-Jul, esta mañana recibí unos documentos del abogado de Nayeli . -Jul no dijo nada. Estaba segura de que iba a caer otra bomba-. Va a denunciarte.
*****
-¿Por qué? -dijo, sorprendentemente tranquila. Sabía que su mejor amigo estaba conteniendo el aliento.
-Por trescientos mil dólares -dijo, todavía sin respirar.
-¿En concepto de qué?
Beltran vaciló; Jul supuso que no quería herirla. La amistad entre ellos iba más allá de una relación normal entre hombre y mujer. Aunque Jul no solía pensar en él como hombre. Cuando lo miraba, el género no contaba: sólo veía a un amigo sincero y fiel, y sabía que él sentía lo mismo por ella. Habían batallado juntos los temporales de rigor, desde ligues de una noche hasta fracasos en relaciones más duraderas. Jul había sido la primera persona a la que Beltran presentó a Cristal, su futura esposa, y había sido su principal testigo el día en que se casó, trece meses más tarde.
-Por alienación de afecto, fraude y difamación. Es ridículo, desde luego, puesto que tú no has hecho pública tu opinión. Supongo que no supo encajar que le dijeras que era un mal polvo.
Jul suspiró. No le sorprendía que la situación hubiera llegado a ese extremo. Sabía que Nayeli le iba a traer complicaciones; sólo faltaba por saber cuántas.
-Continúa.
Era astuta y sabía que en aquellos documentos legales había muchas cosas más que proyectaban una sombra sobre su vida. Por lo último que habían hablado, dedujo que Beltran había dejado todo lo demás en cuanto recibió los documentos por correo a las ocho de la mañana. Había estudiado las diecisiete páginas haciendo anotaciones al margen, a medida que se le ocurrían ideas, y había encargado a su asistente que rastreara la web y recogiera toda la información que encontrase sobre Nayeli Alonzo. Se moría de curiosidad por saber lo que había descubierto, pero Beltran había insistido en estudiar el caso en profundidad y determinar con exactitud la forma de deshacerse de Nayeli de una vez por todas.
-Tengo una noticia buena y otra mala -le dijo-. ¿Cuál te cuento primero?
Pasaron unos veinte minutos hablando de los diversos elementos del caso. Beltran repitió varias veces que, a pesar de que las cosas podían ponerse feas, lo ganarían. A Jul la animaba la seguridad de su amigo, pero el instinto le decía que no iba a ser fácil.
Toda su atención se centró de pronto en una frase del lexico legal.
-Repítelo, por favor. ¿Qué testigos va a presentar?
-Toda persona que haya mantenido contacto sexual con la acusada anteriormente o que lo mantenga en la actualidad, así como toda persona que pueda llegar a mantenerlo en un futuro inmediato.
-A ver si lo entiendo -dijo Jul, frotándose los ojos-. ¿Piensa mandar una citación a todas las personas con las que me he acostado y a todas con las que cree que pienso acostarme? ¿Es eso? -Aquello empezaba a parecer una locura. Se la podía acusar de muchas cosas, pero de ninguna de las que figuraban en el documento.
-Va a intentarlo. -El comentario de Beltran implicaba que se comprometía a impedirlo.
-¿Y puede hacerlo? -Jul rezó en silencio.
-No! Es el típico montaje. Por otra parte, si quiere mandar una citación a toda persona con la que quieras acostarte, nos moriremos todos de viejos antes de que llegue a la «eme».
-No estoy segura de lo que quiere decir eso -respondió, animada por la risa de Beltran-, pero me lo tomo como un cumplido.
-No estoy seguro de habértelo dicho en ese sentido. -Beltran se puso serio enseguida-. Esto puede ser un problema si no llegamos a un acuerdo con ella. Ya sabes quién será la primera a la que cite, y no es necesario que te diga cómo le sentaría al senador Jaimes que el nombre de su hija Amanda saliera a relucir. No es necesario molestar a este hombre. Tiene muchas influencias en el sector financiero.
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Cuando Tú Quieras (TERMINADA)
RomansaQué harías si una mujer irresistible te dejara una preguntita al aire ¿Si me quieres, llámame, búscame? Ese es el dilema al que se enfrenta Jul Valdes, directora general de Valdes & Cohen, cuando conoce a la atractiva Valentina Carvajal. A Jul no le...