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En mi próxima vida, espero poder llegar a tiempo a la tuya.

Manuel Rivas.

—¿En serio le pediste una cita a una extraña solo porque te pareció guapa?

—Efectivamente. —sonrío.— ¿No te parece genial?

—Me parece que ya no voy a dejar que lleves a mi hija a las terapias. —dice finalmente.— Mira, conozco a Karol. Es una chica maravillosa, y demasiado tierna, y por eso mismo, no deberías estar con ella.

—¿Por qué? Solo saldremos una vez, y si funciona, serán dos veces, y luego dos, y luego tres, y luego....

—Si, ya entendí que estás enamorado hasta las huesos.

—Enamorado no, Luisa. Solo nos haremos amigos.

—Solo no la lastimes, Manuel. Ni dejes que ella te lastime a ti.

—Anotado. —sonrío.— Ahora dime, ¿A donde la llevo?

—¿Cuando será la cita?

—Mañana porque es sábado y porque no trabajo.

—Pues llévala al cine, y luego a tu departamento, prepárale la cena. A ella no le gusta lo material, prefiere que le demuestres lo que sientes.

—Siento ganas de no cocinar.

—Ya, Manuel. ¿Para eso viniste?

Me río, esquivo la servilleta que me lanza y me siento en el taburete más cercano.

Si estoy en esta situación es por culpa de Anne, su hija. Y por culpa de la increíble belleza de esa mujer.

Si es preciosa sin maquillaje, ¿Cómo se verá con todo eso que las mujeres se ponen para verse lindas?

Es risueña, su risa, aunque escandalosa, te relaja. Y pese a que es pésima para coquetear, se me hace muy atractiva físicamente.

Quiero conocerla y comprobar lo que mis instintos dicen;

Su corazón es mucho más risueño.

—¿Qué haces aquí todavía? —me encojo de hombros.— Era mentira lo de no llevar a Anne. Apresúrate que yo no puedo.

—Se dice por favor.

—Si, amigo. Por favor y gracias.

Rodando los ojos me pongo de pie y le aseguro que solo voy porque quiero ver a Karol. Como lo he hecho el miércoles.

Aunque nos vemos no hemos podido hablar en persona. Ella ya no está detrás del mostrador. Ahora está ayudando a los niños con las quimioterapias.

Totalmente aburrido para mí, ella ama lo que hace. Y me lo ha dejado claro por mensaje.

Si, estamos hablando por mensajes. Es para no perder el hilo de nuestra reciente conversación en la que planeamos una cita nada perfecta para nosotros.

Ella no quiere nada caro o elaborado. Es lo único que me ha dicho.

Voy por Anne a la escuela, tiene un permiso especial para estos días así que el proceso de sacarla y llevarla a la clínica no es nada difícil.

—Escucha bien, niña. Nada de estarle contando a Karol de mis planes. —le advierto y ella se ríe.— Es en serio, Anne. Quiero que sea una sorpresa.

—Está bien, amargado. —suspira.— ¿Y a dónde iremos mañana?

—¿Tú? A dormir desde muy temprano. Y nosotros, a una cita.

Love HerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora