Que bonito es despertar a mitad de la noche y verte ahí, a mi lado....
Karol Sevilla.
No sé qué es más frustrante, que me hayanandado inyecciones en vez de pastillas o que Ruggero se haya reencontrado con esa amiguita que tan mal me cae.
La vi una sola vez, salimos una sola vez con ella cuando fue a visitar a Ruggero en México. Y esa única vez bastó para que me cayera mal y lo que le sigue.
Es una encimosa.
Recuerdo todo el día ladró..., digo habló de lo que hacían juntos, de lo lindo que era Ruggero con ella y del baile de graduación al que fueron juntos. Asquerosa mujer.
Es que... ¡Dios! Quiero ahorcarla con estas manitas tan bellas que me diste, señor.
Quiero, quiero...
¡Ah!
Y aquí estoy, fingiendo una sonrisa mientras la veo reír con mí suegra. Sí, mía de mi, no suya.
Que alguien le diga que se vaya, por favor.
—¿Chocolate?
Clara atrae mi atención, tiene una taza de chocolate caliente en las manos. La tomo sin dudarlo.
Le doy un buen sorbo y acomodo mi mantita sobre mis piernas. Le echo una rápida mirada a Ruggero, y él al sentir el peso de esa mirada, me mira también y sonríe.
—Que lindo se ve cortando leña para la fogata. ¿No?
—Nah, más lindo se ve Maxi. Viste sus ojazos.
—Clara, tiene novia.
—Lo sé. —sonríe.— Tampoco quiero nada con él, solo que disfruto de la vista.
Niego divertida y le doy un nuevo sorbo a mi café mientras busco a Montserrat con la mirada.
Ni ella ni Leonardo están cerca del radar.
Esperen, Melania y Agustín tampoco están. Ay no, seguramente se están peleando los pendejos.
—¿Sabes una cosa? Me alegra que no te hayas casado con Manuel, no te lo dije hace dos meses porque no quería sonar insensible. Pero es la verdad, con Ruggero tienes una vida muy bonita y estoy feliz por eso.
—Bueno, llevamos muy poquito tiempo viviendo juntos y eso influye en que todo sea miel sobre hojuelas. —me rio.— Pero si, mi Ruggerito bonito es todo lo que está bien en mi vida.
—Júrame que seré tu dama de honor más importante.
—Si. —me río.— Tú y Adriana serán mis damas de honor, Montse mi dama de amor y Melania la madrina.
—Si, ya Ruggero me dijo.
—¿Cómo?
Ella se ríe, toma un sorbo de su café y desvía la mirada.
¿Cómo dijo?
—Clara...
—¡Si, mami Caro! Ya voy. —musita poniéndose de pie.— Lo siento, me están llamando.
Le hago saber que es una mala amiga mientras se aleja y ella se ríe.
Niego.
Vuelvo a centrar mi vista en Ruggero, ahora está ayudando a su padre a encender la fogata.
Que lindo se ve con ese buso azul que se amolda muy bien a su muy bien trabajado cuerpo. Es que Ruggero es lindo de la manera que sea.
Hasta cuando está enojado se ve lindo.
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Love Her
Romance¿Qué sientes cuando ves al amor de tu vida? Muchas veces me pregunté eso, y para saberlo, debía ver la historia desde tres puntos distintos. Jamás imaginé que uno de ellos dolería tanto. Y no iba a ser el mío precisamente.