Las despedidas verdaderas son las que nunca se dijeron o se explicaron.
Karol Sevilla.
—No lo puedo creer, Karol. —susurra Montserrat y me río cerrando la mochila.— ¿Estás segura?
—Muy segura.
—¿Estás consciente de que le vas a romper el corazón a Manuel?
—Si, y por eso mismo voy a terminar con él antes de irme.
—Y lo dices tan tranquila.
—No lo creas, claro que me duele y mucho porque Manuel ha sido una persona maravillosa conmigo. Pero No todos los cuentos de hadas tienen a su princesa hasta el final. Ella a veces puede preferir huir y quedarse en su novela de romance.
—Cállate, pendeja.
Una amarga sonrisa adorna mi rostro, ella suspira aferrándose a mi brazo.
He decidido contárselo a ella porque no podía sola con tanta emoción y remordimiento. Sé que esto traerá consecuencias malas.
Pero, vamos. Es algo que no podía pensarlo mucho.
Amo a Ruggero. Demasiado para mi gusto.
Era obvio que un día pasaría algo así.
En este momento estaba recogiendo el resultado de mis análisis de embarazo. Realmente estaba deseando que el resultado sea negativo.
Y es que le encantaría ser madre de nuevo, pero debido a las circunstancias, no creo que sea correcto que haya uno en mi vientre.
Ruggero es jodidamente especial.
—¿Y entonces? —Leonardo sonríe sentándose frente a nosotras. Arrugo el sobre con nerviosismo.
—No quiere abrirlos porque está atravesando el momento más difícil de su vida. —explica Montserrat.
—Anda, mami. Quiero saber.
Sonrío, estiro mi mano y acaricio su mejilla. Liam, mi pequeño hijo.
Nada me alegra más que saber que las cosas para nosotros van a cambiar.
Y demasiado.
—Ya está bien, abriré el sobre. —acepto incorporándome mientras rompo el bendito sobre.— Ya van a ver que....
Leo el resultado, sonrío.
Me aclaro la garganta y vuelvo a guardarlos en el sobre para luego meter el bendito sobre en lo más fonde mi cartera. La promesa que hice viene a mi memoria.
Sea cual sea el resultado, iré a verlo hoy. Y juntos huiremos hacia cualquier destino.
—¿Y entonces?
—No hay bebé. —sonrío poniéndome de pie.— ¿Qué esperan? Tenemos mucho por hacer todavía.
—¿Entonces no hay sorpresas?
Niego, Leonardo sonríe poniéndose de pie también. Montserrat suspira.
Es que esto no es nada bueno para ella. Las cosas suelen ser difíciles de este modo.
Y sé que Ruggero y yo vamos a tener que pagar ese error. Pero lo mejor de todo es que enfrentaremos las consecuencias juntos.
Y si estamos juntos, nada malo sucederá.
O al menos eso espero.
Pasamos toda la tarde buscando camas, pintura y todo lo necesario para la habitación de Liam que Leonardo y sus padres se han ofrecido a pagar.

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Love Her
Storie d'amore¿Qué sientes cuando ves al amor de tu vida? Muchas veces me pregunté eso, y para saberlo, debía ver la historia desde tres puntos distintos. Jamás imaginé que uno de ellos dolería tanto. Y no iba a ser el mío precisamente.