Mi vida no es perfecta, pero tiene momentos maravillosos.
Ruggero Pasquarelli
Es increíble como las cosas pueden cambiar en solo un segundo. Un momento eres feliz, y al siguiente, simplemente no sabes en dónde te encuentras exactamente.
Cuando me casé, supe que las cosas no serían fáciles debido al poco tiempo que nos conocíamos. Pero estaba seguro de haber conocido al amor de mi vida. Aún lo estoy.
Pero eso no quita que ahora mismo estemos sufriendo el peor de los dolores. No se trata de nosotros o del amor que nos tenemos.
Se trata de nuestro hijo, de nuestro pequeñito de apenas tres años que por algún motivo que no logro comprender, tiene leucemia. Claro que me siento mal.
Esto simplemente no estaba en mis planes. Y puedo jugar que Candelaria tampoco.
Nosotros solamente pretendíamos ser felices. Nunca pedimos nada más que eso.
La felicidad absoluta.
Jamás pedí estar sentado en una clínica de especialidades en la espera de alguna noticia más.os resultados están claros.
Y ahora solamente debemos esperar que una enfermera llegue de su hora del almuerzo para el proceso que debemos seguir. Gael debe comenzar sus quimios cuanto antes.
Haré todo lo que está en mis manos para salvar a mi hijo. Lo juro.
—No sabía que tu ex novia trabajaba aquí. —Cande me saca de mis pensamientos.— Estaba nerviosa, y sumamente asustada. Pero aún así pude ver que es hermosa.
—No sé. —me limito a decir.— Lo que menos me importa ahora es fijarme en Karol.
—¿La quisiste mucho?
—No.
—¿Por qué no?
—Bueno, ella tenía solo diecisiete años, yo tenía veintitrés. Y aunque admito que fue un noviazgo bonito, la diferencia de edad era evidente y no congeniamos. Fue un juego. —me limito a explicar.— ¿Quieres por favor dejar de preguntar por eso?
Dibuja una sonrisa en su rostro, se disculpa y al final asiente apoyando su cabeza en mi hombro. Suspiro y paso mi brazo por sus hombros.
Sé perfectamente que está nerviosa, y cuando está nerviosa solo habla de cosas sin sentido. Como hoy.
Espero pacientemente hasta que finalmente veo a una de las enfermeras ingresar. Nos ve, se disculpa por la tardanza y pide que expliquemos lo que sucede.
Lo hago, espero que pueda ayudarnos para que nos de la autorización que necesitamos para que ingresen a mi hijo en una de las habitaciones y puedan tratarlo con más calma.
Pero me fastidia escuchar que tiene primero que hablar con una tal Adriana que no se digna en venir. ¿Es que no se da cuenta de que se trata de una emergencia?
Tenemos que esperar, de nuevo. Y esto me impacienta.
Como si no fuese suficiente que voy a tener que ver a mi ex novia todos los días durante un periodo de tiempo bastante largo. Bendita suerte la mía.
—Buenas tardes. —y hablando de...
—Karol, hasta que llegas. —dice la chica aliviada.— Trabajaste toda la mañana aquí, deberías saber cuál es la contraseña.
—No, no sé. —musita distraída.— ¿Por qué no le preguntas a Adri?
—Porque no ha llegado.

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Love Her
Roman d'amour¿Qué sientes cuando ves al amor de tu vida? Muchas veces me pregunté eso, y para saberlo, debía ver la historia desde tres puntos distintos. Jamás imaginé que uno de ellos dolería tanto. Y no iba a ser el mío precisamente.