El silencio también tiene respuestas.
Karol Sevilla.
Veamos, después de todo lo que hizo y dijo pretende que hablemos. Tan lindo él.
Pero no, la culpa no es suya. La culpa es mía por boba.
¿Quién me manda a hablar con Montse de ciertas cosas que al final son muy mías? Es que ella se lleva extremadamente bien con Leonardo, claro que le iba a contar.
Por poquito hace que descubran mi verdad.
¿Qué verdad? Bueno, esa verdad.
Esa que solo mi madre, mi prima y mi hermano conocen. Una verdad que duele.
Y ya me cansé de decir tantas veces la palabra verdad.
Volviendo a lo que importa.
Ruggero quiere hablar conmigo porque ha descubierto que yo tengo un secreto que lo incluye a él. Y yo, toda idiota le dije algo como;
Si te lo digo, tu vida estará jodida en un grado mucho mayor. No insistas, por favor.
Claro que quiere saber por qué su vida se va a joder. Y yo no quiero decirle.
Es que en serio, es difícil de explicar.
Pero bueno, volvamos a lo que importa, de nuevo, tengo que largarme de aquí. Así que de inmediato centro mi mirada en Manuel.
Él no tiene que meterse en estos asuntos. Y mientras más rápido lo aleje, mejor.
—Quién soy no debería importarte. —dice el mexicano.— Lo que debería importar aquí es que ella no quiere hablar contigo y no vas a obligarla.
—¿Qué te hace pensar a ti que me das órdenes? Estoy en todo mi derecho de obligarla a hablar conmigo.
—¿En verdad piensas eso?
—Ya, cálmense los dos. —me apresuró a decir poniéndome en medio de ambos.— Ruggero, no voy a hablar contigo. Y, Manuel. Recuerda que estás cuidando de la niña y que no es conveniente hacer un estúpido show.
—Nos vamos. —dice él. Asiento.
—No, tú no te vas.
Jadel cuando Ruggero me toma del brazo, y antes de que cierta persona note que su esposo no está en casa, me suelto de su agarre exigiéndole que me deje en paz.
De acuerdo, Montserrat. Cuando llegue a casa te aniquilaré con mis propias manos.
Y va a dolerte.
Ignorando sus llamados camino tan rápido como puedo alejándome de él. No, tengo que contar tantas cosas que me siento avergonzada con Manuel ahora mismo.
—Es mi ex novio. —comento, él asiente restándole importancia.— Lamento eso.
—No, no lo lamentes. Los problemas con los ex novios existen siempre.
—Bueno, es que fue un poco incómodo para ser sincera. —me río.— Te prometo que jamás volverá a pasar, y que si la cita sigue en pie, no te vas a arrepentir.
—¿Si la cita sigue en pie? Claro que sigue en pie.
—Bueno, gracias.
—Mira, no sé lo que él quiera hable contigo, tampoco sé qué tan grave es, pero tranquila. Yo lo olvidé ya y como sea, nuestra cita será muy buena si ignoramos este suceso.
Asiento, apenas llegamos a la clínica sonrío apenada por tener que despedirme de él. No me siento muy cómoda aún.
Se despide, avisa que mañana a las cuatro me buscará para nuestra cita y finalmente se marcha con la niña. Yo solo respiro profundo, niego y entro a la clínica.

ESTÁS LEYENDO
Love Her
Romance¿Qué sientes cuando ves al amor de tu vida? Muchas veces me pregunté eso, y para saberlo, debía ver la historia desde tres puntos distintos. Jamás imaginé que uno de ellos dolería tanto. Y no iba a ser el mío precisamente.