Los celos son una molestia para los demás, pero un tormento para si mismos.
Ruggero Pasquarelli.
Es increíble.
¿Por qué deciden venir al cine cuando nosotros también lo hacemos? ¿Qué sentido tiene?
Me basta con haber quedado como un idiota ayer. Ya tuve suficiente de esa parejita que se encuentra junto a nosotros.
—Hola, Karol. ¿Cómo estás? —susurra mi esposa y la castaña sonríe.— Hola, mucho gusto. Yo soy Candelaria. ¿Y tú eres...?
—Manuel. —completa el imbécil.— Mucho gusto.
Mi esposa les sonríe, les hace saber que está feliz de verlos.
Y les asegura que nos debemos una conversación. Una que ellos por supuesto no quieren tener.
Yo mucho menos. No quiero tenerlos cerca. No después de todo lo que pasó ayer.
Ese idiota creyendo que puede mandarme y Karol haciendo cosas estúpidas para llamar mi atención. Vamos, no puedo con esto.
Rodando los ojos me centro en la película. Estoy maldiciendo al mundo entero.
Justamente hoy había convencido a mi esposa para que veamos algo diferente. ¡Y justamente hoy vienen ellos!
Es que no es justo.
Durante las dos horas los escucho reírse, murmurar apenas audibles y coquetear sin descaro. Pero bueno, se supone que son novios, es obvio que van a actuar así.
Me basta con que no sea delante de mi.
Cuando la película acaba y las personas comienzan a abandonar la sala, pretendo hacer lo mismo antes de que las luces se prendan. Pero mi esposa salta del asiento y los saluda efusivamente.
Dios, que tenso es todo.
—Es un placer conocerte, asumo que eres el novio. —dice señalando a la castaña. Ambos se ríen.— Ay no me digan que me equivoco.
—Algo. —admite Karol.— Es apenas nuestra primera cita en realidad.
—Oh, vaya. Lamento ser tan imprudente.
—No, nada de eso. Está bien. —asegura él.— Bueno, nosotros nos vamos ya y....
—Ay no, cenemos los cuatro juntos.
¡¿Qué?!
De inmediato tomo su mano y le sonrío dándole un apretón. Pero ella ni se inmuta porque sonríe y se hace un lado dejándolos pasar.
Noto la dificultad de Karol para caminar.
Vaya, al parecer me perdí de algo.
Confundido veo como el tipo ese le ofrece su brazo para ayudarla a salir. Karol le sonríe y de inmediato gira para despedirse.
Pero como digo, mi esposa tiene otros planes.
—Nosotros invitamos. —asegura tomando mi mano.— ¿Verdad, Rugge?
Quiero decir que no, pero por tratarse de ella sonrío y asiento.
Me las voy a cobrar.
Cuando veamos a Facundo, su ex. Haré exactamente lo mismo.
Nada más para que vea lo que de siente.
—Nos encantaría pero...
—Está bien. —interrumpe él la disculpa de la castaña.— Otro día vamos a mi casa.

ESTÁS LEYENDO
Love Her
Romance¿Qué sientes cuando ves al amor de tu vida? Muchas veces me pregunté eso, y para saberlo, debía ver la historia desde tres puntos distintos. Jamás imaginé que uno de ellos dolería tanto. Y no iba a ser el mío precisamente.