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Aparece de la nada, te mueve el mundo y se va.

Manuel Rivas.

—Pero cuando llegue va a ver. —dice Carolina para sí misma mientras deja el teléfono en su lugar.— ¿Qué hora es?

—Las diez y media de la mañana, tía. No hagas drama tan temprano.

—Temprano qué, niña. Levántate y lleva a Liam a la cama.

Montse gruñe, se destapa y mira a ambos lados buscando a Liam que duerme en el sillón más grande. Había estado toda la noche preguntando por su madre según lo que dijo Montserrat apenas llegué.

Y bueno, es normal si hace básicamente un día no la ve.

Veo a Mauricio bajar listo para salir, Carolina le hace saber que no sabemos nada de Karol y que ella no quiere contestar el teléfono.

Él le resta importancia.

—Mamá, está con Ruggero. —le recuerda.— Tu ex yerno, ese que cuidaba a Karol como si fuese de cristal.

—Literalmente, ¿se acuerdan cuando Karol se enfermó por pendeja? Le pagó las consultas con el doctor, le cocinó, limpió su cuarto, hizo todo por ella. —agrega Montse.— Tia, está más sana y salva que estando contigo.

—¿Están locos ambos? Ruggero está casado. Y no voy a permitir que mi hija pase la noche entera con un hombre casado.

—Tia, bájale a tu intensidad.

—Es Karol, lo último que me imagino dándole a Ruggero es un buen golpe. Probablemente ya lo mató y ahora está ocultando el cuerpo y por eso tarda. —finaliza Mauricio.— Sea como sea, Montse y yo sabemos lo que pasará.

La antes nombrada levanta su pulgar y sigue durmiendo desinteresada del retraso tan grande que tiene su prima.

Ayer por la noche literalmente dijo que no tardaría más de tres horas. Y resulta que ni siquiera llegó a dormir.

Es obvio que está con Ruggero. Hace sólo cinco minutos Candelaria me llamó preguntando por su esposo o por Karol.

Y para no crear malos entendidos, le inventé que Karol estaba enferma y que no tenía ni la más mínima idea de en donde estaba su esposo. Aunque teóricamente es cierto.

La puerta se abre. Es ella.

—¡Pero qué bonitas horas de llegar, Karol!

—¡Ay, mamá! —chilla asustada.— ¡Mamita!

Emocionada salta abrazándola con fuerza. Mauricio se ríe afirmando que ya lo sabía. ¿Sabía qué?

Diablos, no quiero ser celoso o paranoico. Sólo quiero saber.

Necesito saber.

—Estoy tan feliz. —susurra sonriente.— Y hoy nadie me va a quitar esa felicidad.

—¿Qué pasó? —pregunta Mauricio. Ella sonríe aún más.

—Prometí ser madura y dejar de discutir con él delante de nuestro hijo. —dice orgullosa.— Y fue por la garrita. Las promesas de garrita con Ruggero son sagradas.

—Confirmo. —Montse sonríe asomando su cabeza por el sillón.— ¿Te acuerdas cuando cumpliste dieciocho?

Karol se sonroja, asiente y confiesa que precisamente de eso hablaron en la madrugada. Recordaron el pasado, y por el bien de esos recuerdos han decidido ser amigos.

Dice también que establecieron un horario irrompible respecto a las visitas de Ruggero hacia Liam. Serán todos los domingos durante todo el día.

Love HerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora