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Lo mejor de mi vida es estar en la tuya.

Karol Sevilla.

No puedo creer esto.

—Yo menos. —me río sin dejar de mirarme al espejo.— Me encanta como está quedando.

—¿Pero qué dijo Manuel al respecto?

—No le he contado ni voy a hacerlo. —explico levantando con cuidado el vestido para no ensuciarlo.— Ayúdame con esto.

Ella se acerca y baja el cierre, yo aprovecho para meterme en el vestidor. Me quito el vestido y no tardo en vestirme para salir.

Montserrat sonríe, el vestido es una muy buena elección. Es que estoy feliz, demasiado emocionada de saber que voy a casarme con un increíble hombre que me hace sentir como nunca antes.

Y el que dos personas que sé perfectamente que no tienen buenas intenciones hayan “soñado” exactamente lo mismo, quieran arruinar mi vida, me jode un poco. Pero como sea.

Lo importante ahora es que todo salga bien.

Voy a casarme a mis veintidós años. Eso es demasiado incluso para mí.

Un sueño hecho realidad.

—Hoy tengo la prueba del pastel, las damas de honor vendrán conmigo. —aviso, Montserrat asiente.— ¿No quieres venir también?

—Como la dama de honor prefiero ayudar a Manuel en la sorpresa.

Me río, asiento y termino de recoger mis cosas. Cuadro la siguiente prueba del vestido para dentro de dos semanas.

Estamos cada vez más cerca del día especial y siento que el tiempo va a faltarme.

—Recuerda que tienes una cena con los padrinos hoy.

—Si, lo recuerdo. —aseguro mientras caminamos por la calle.— Y tú dile a Manuel que recuerde que debemos estar en el curso prenupcial antes de las cinco.

—Anotado, se lo diré. —promete.— Y sobre Melania.

—No quiero hablar de eso. —repito.— Y si me permites, tengo que verme con Adriana y las demás chicas para probar los pasteles.

—¿Y la recepción?

—Mañana, con mamá y Manuel. —ella asiente.— Nos vemos en casa, te quiero.

Ella mueve su mano y yo detengo un taxi que me lleva al lugar que necesito.

Tal y como lo acordamos, Adriana llega con el resto de damas de honor que en total son cuatro para ir a la prueba del pastel. Un asunto menos en mi lista.

Son tantas cosas....

También tenemos que hacer la lista de invitados, pero eso es algo que sólo nos pertenece a Manuel y a mí. Así que hay que comenzar pensando en las personas que invitaré.

Tengo muchas opciones.

—Entonces díganme, ¿chocolate o vainilla?

—El relleno de frutas está delicioso. —acota la pelirroja.— A Manuel le encantaría.

—¿Y por qué no vino? —pregunta Sonia y sonrío.

—Dice que está preparando una sorpresa y anda muy concentrado en eso.

—Espero que esa sorpresa valga la pena o se perderá tanta delicia por nada.

Me río mientras Nath le da una nueva mordida al pastel relleno que tanto le gustó. Yo ni siquiera sé por cuál decidirme. Todos saben muy bien.

Love HerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora