Votan y comentan el capítulo o les mando a Skol para que les muerda los pies :)
Mi día es bastante tranquilo. A pesar de la exponencial tormenta en el exterior, varias personas estuvieron rondando el museo y, sin visitas guiadas para niños, yo pude quedarme alrededor para hablar con los visitantes y responder sus dudas sobre las esculturas y las pinturas.
Además, mi jefe no vino.
Nunca viene los días de lluvia y creo que por eso me agrada tanto el museo cuando hay tormentas.
Cuando el gato se esconde por la lluvia...
—Gem, ¿Quieres un café? — Ana se acerca a mí.
—si, por favor— mientras la veo preparar las bebidas, yo respondo el mail a un colaborador del Museo del Prado, sobre unos cuadros de Velázquez. Cuando le doy a enviar, mi teléfono suena por un mensaje y me sorprendo un poco cuando veo que Policía ha creado un grupo de WhatsApp.
Me río al ver que el nombre es La fugitiva y pienso en posibles cambios a futuro. ¡Ja! Como si fuera a dejar el grupo tal y como está. ¿Dónde está la diversión en eso?
El primer mensaje es de Andrei y llega pocos segundos después.
¿A qué hora sales del trabajo, conejita? — abogado.
Le digo que salgo a las seis.
Pasaremos a buscarte —policía.
No puedo —Gemma.
@andreipavlov, le preguntamos? —policía.
No... iremos y te llevaremos a tu casa, mascota— abogado.
Pongo los ojos en blanco y apago el móvil, sin responder por unos cuantos minutos mientras pienso qué decirles. No es que no quiera verlos, pero la lluvia parece bastante intensa y no quiero que conduzcan en una tormenta.
Me pone nerviosa.
Para las cuatro, la lluvia ha cesado un poco y yo sigo sin responder nada. El museo está prácticamente vacío y como no hay gente alrededor, me escabullo hacia mi santuario.
La obra desconocida que me cautivó hace dos años cuando fue traída, está a unos cuantos pasos de varias obras famosas pero siempre llamó más mi atención. Es oscura, sutil y transmite demasiado en unas pocas gotas de color. Apenas se ve una porción de la piel de la modelo y las manos sobre ella. Todo parece cubierto en un velo.
Me quedo allí por vaya uno a saber cuánto tiempo, mientras el gorgoteo de la lluvia golpea contra el techo victoriano. Los vidrios que permiten la entrada de luz no dejan ver mucho hacia afuera, porque están entintados. Toda la iluminación del museo —de todos— es especial, para que no se estropeen los colores de las obras. Habiendo pinturas con más de trescientos años de historia, no podemos permitir que se arruinen.
Hola, Gemma nerd. Vuelve a tu casa.
Un carraspeo me hace voltear mi cabeza hacia la voz, pensando que tal vez alguien quiere consultar algo, pero me sobresalto al ver al dúo.
—¿Qué hacen aquí?
—son más de las seis—Nikolai levanta su móvil y me muestra la pantalla—te llamamos, pero como no salías, decidimos entrar.
Saco mi teléfono del bolsillo viendo que, efectivamente, son más de las seis.
—llevamos viéndote más de diez minutos y tú ni cuenta— Andrei sonríe.
—acosadores— murmuro— yo... — ni siquiera busco una excusa creíble, porque no hay ninguna. Es difícil explicarle a alguien que no está tan mimetizado por el arte que, a veces, pueden pararte frente a una pintura por dos horas y dejar que tu mente vuele por completo.
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Barroco | SEKS #2
RomanceSERIE SEKS, LIBRO #2 Gemma acaba de salir de una relación complicada y está dispuesta a dejar todo el dolor atrás y seguir adelante, sin involucrarse en serio con nadie más. Nikolai y Andrei no están dispuestos a escuchar protestas cuando ponen sus...