¡Hola! Espero que estén bien :)
Parpadeo varias veces, sabiendo que ha pasado un buen rato y que me he quedado dormida. La habitación está completamente a oscuras y me toma un par de minutos estirarme y decidirme a salir de la cama. Paso por el baño, me limpio un poco y me miro al espejo por unos segundos, notando ese brillo extraño que queda en mis ojos luego de ser follada.
Suspiro y hago una mueca cuando la piel de mi espalda y mi culo tiran y miro mis muslos, aún con ligeros surcos rojizos por culpa del cuero. Auch.
Salgo del baño, recupero mi ropa y me la acomodo, conteniendo la respiración cuando la tela roza mi piel. Luego, dejo la habitación, escuchando las voces de los dos hombres en la cocina, así que camino hasta allí, encontrando al policía de espaldas a mí, con las manos ocupadas en algún tipo de comida y al abogado sentado en diagonal, frente a su portátil.
Antes de que pueda hacer algún sonido para advertirles que estoy aquí, Andrei me mira y me da una sonrisa lenta.
—hola, nena.
—hola— murmuro, acercándome hasta poner mis manos sobre la isla del centro, donde también está él y suelto un bostezo. Ambos se ríen— ¿Saben qué hora es?
—cerca de las nueve— me dice Nikolai, mirando el reloj en su muñeca.
—debería ir a casa— bufo.
—creíamos que pasarías la noche aquí, nena— Andrei no tarda mucho en pasar sus brazos a mi alrededor y arrastrarme hasta sus piernas. Hago una mueca por el roce de la tela áspera de sus pantalones y mi culo, pero no digo nada al respecto. Posiblemente, lo hizo adrede.
—debería buscar ropa y algunas cosas para mañana— murmuro.
La boca de Andrei se presiona contra la base de mi cuello y su respiración choca contra mi piel, sin decir nada por unos cuantos segundos.
—podemos ir a buscar ropa, conejita— acota Nikolai, luego de girarse, tras haber movido algo en la sartén— tal vez sea buena idea que dejes algo de ropa aquí, además.
Parpadeo, intentando no lucir sorprendida pero aprieto los labios y asiento. En realidad, no es que me moleste o cause algo negativo, pero sí implica dar un paso más. Ni siquiera me sorprende, porque lo hemos hablado en el coche, de camino aquí. Además, sólo es ropa.
—si, podemos hacer eso— acepto, saliendo de la nube de pensamientos en la que me he metido. Tomo una respiración profunda antes de soltar un chillido, porque los labios que presionan mi piel, se transforman en dientes y salto del regazo de Andrei— ¡Sádico!
Los idiotas se ríen.
—lo siento, conejita, pero parecías apetecible.
—eres un maldito canibal— escupo las palabras mientras paso mis dedos por la marca de sus dientes en mi piel, aunque en realidad no dolió tanto.
—¿Recuerdas lo que pasó la última vez que comenzaste a insultarnos?— Nikolai ha apagado el fuego y tiene toda su atención centrada en mí.
—pues no creo que morder a una persona deba considerarse algo normal— le digo y luego, miro al abogado— deberías tener un castigo por eso.
Tiene el descaro de reirse.
—voy a morderte cada vez que pienses demasiado las cosas que no deberías pensar— me dice con una sonrisa ladeada.
—yo no...
—claro que sí— Nikolai cruza los brazos— solo es ropa, Gemma— me dice.
—lo sé— murmuro— no lo estaba pensando de más... bueno, tal vez un poco pero no estaba diciendo que no, solo estaba... pensando.

ESTÁS LEYENDO
Barroco | SEKS #2
RomanceSERIE SEKS, LIBRO #2 Gemma acaba de salir de una relación complicada y está dispuesta a dejar todo el dolor atrás y seguir adelante, sin involucrarse en serio con nadie más. Nikolai y Andrei no están dispuestos a escuchar protestas cuando ponen sus...