maratón 2/3
Cuando bajamos del coche frente a mi edificio, yo suspiro.
—bien, yo subiré a buscar mis cosas y ustedes esperaran aquí.
—sigue soñando— gruñe el policía.
—para ser una persona que acaba de decir que no le gusta dar órdenes, eres bastante contradictoria.
Suspiro.
—¿Qué pasa si él está arriba? No quiero que les...
—con más razón, nena— Nik me observa— tú vas a quedarte aquí abajo hasta que me asegure de que tu apartamento está libre de imbéciles.
—no, no vas a subir allí, ¿Y si él está e intenta hacerte algo?
Andrei suelta una risa seca.
—no creo que tenga ganas de ver a Nik luego de lo de ayer— ni siquiera pregunto cuales fueron los daños.
—Gem, no va a pasar nada— me dice el policía—¿Confías en mí?
—maldito manipulador, ¡No puedes preguntarme eso ahora!
—te lo dejaré pasar por esta vez— me gruñe— pero no seas irrespetuosa y responde, ¿Confías en mí?
Él lo sabe. Ambos lo saben perfectamente.
—si— musito.
—entonces confía en mí cuando te digo que si tu jefe está allí, no podrá hacerme daño, ¿Bien? —asiento con una mueca— ustedes deberían ocuparse de hablar con el encargado del edificio—sugiere— vamos a conseguir que cambien las cerradura.
Lo veo tocar su costado y sacar el arma de la correa por debajo de la chaqueta. Ni siquiera me sobresalto pero retrocedo un paso.
—Vamos, Gem— Andrei pone su mano en mi espalda y los tres entramos al edificio. Nik sube hasta mi piso mientras Andrei y yo hablamos con el encargado del edificio. Andrei realmente se luce usando todas sus habilidades como abogado y el hombre no tarda mucho en entender por qué debemos cambiar la cerradura. Él mismo lo hará mientras yo armo una maleta.
—Nik dice que es seguro subir— me dice el abogado y ambos nos metemos en el ascensor— también deberías ver si no falta nada.
Una vez que estamos dentro, veo que mi departamento está igual a grandes rasgos y reviso la cocina, el comedor y el balcón. Luego, entro a las habitaciones y no parece que falte nada, así que comienzo a meter ropa en un equipaje.
Ellos se quedan a mi alrededor, sin alejarme mucho más que unos pocos metros, excepto cuando el encargado llega para cambiar la cerradura.
Para cuando he metido lo esencial en un bolso y más ropa en una maleta, decido que ha sido suficiente y dejo las cosas cerca de la entrada.
—¿Algo más que quieras llevar?— Nik cruza los brazos sobre su pecho y arquea una ceja.
—¿No crees que sea suficiente?— señaló el equipaje.
—hablo de las pinturas y esas cosas— dice— tal vez quieras tener algo de eso contigo.
Me muerdo la lengua antes de pensar un poco y decidir que podría llevarme alguna de mis cosas para que todo mi entretenimiento no recaiga sobre ellos. Regreso al cuarto, busco algunos lienzos pequeños y la caja de pinturas al óleo que más uso, donde también hay pinceles.
Una vez lista, vamos a salir del departamento pero mis vecinos aparecen.
—¡Gemma, qué bueno verte!— Kendra y Evan me saludan —¿Vas a mudarte?
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Barroco | SEKS #2
RomanceSERIE SEKS, LIBRO #2 Gemma acaba de salir de una relación complicada y está dispuesta a dejar todo el dolor atrás y seguir adelante, sin involucrarse en serio con nadie más. Nikolai y Andrei no están dispuestos a escuchar protestas cuando ponen sus...