Andrei
Estiro mi brazo sobre el colchón buscando el cuerpo de Gemma, pero lo único que toco, es algo que ciertamente no le pertenece a ella.
—¿Por qué coño me agarras de la mano, Andrei?
Abro los ojos para ver el rostro enfadado y confundido de Nik y alejo mi mano de la suya.
—creí que eras Gemma— murmuro, esperando a escuchar su risa por el error, pero la rubia revoltosa ni siquiera está en la habitación— ¿La has visto salir?
—acabo de despertar, como tú— me explica, mientras se frota el rostro para borrar el sueño.
Ambos saltamos de la cama y nos ponemos algo de ropa antes de salir de la habitación. La conejita no está en la cocina, ni en el comedor y comienzo a ponerme un poco ansioso al no encontrarla, especialmente luego de anoche.
Dijo que nos ama. A ambos. ¿Quizás decidió irse por eso?
Más le vale que no esté huyendo de nosotros por decirnos que nos ama, porque podría apostar mi vida entera a que Nik y yo iríamos a buscarla para hacerle entender algunas cuantas cositas.
Como que nosotros también la amamos, por ejemplo.
—¿En dónde está?— le pregunto a mi amigo, comenzando a sentir desesperación al no encontrarla.
—¿Crees que ella se fue?— al parecer, el tiene la misma idea que yo.
Miro a mi alrededor viendo que todas sus pertenencias están en donde las dejó anoche. Incluso su teléfono está en la mesa y no creo que ella se hubiera ido sin él.
—no, ella tiene que estar aquí.
—veré si está afuera— me dice, antes de salir de la casa.
Yo reviso la habitación de Nik y la mía, pensando que tal vez ella está allí pero no hay rastros de la chica.
Comenzando a sentir algo nauseabundo en mi estómago, paseo por el pasillo del baño de invitados y el terrario de Skol, sin muchas esperanzas de que ella esté aquí. No sería muy lógico pensar que ella podría estar aquí sabiendo las reacciones que usualmente le tiene a nuestra mascota, pero de todos modos, no descarto la opción.
Nik parece tener la misma idea que yo y ambos caminamos hasta la puerta. Entreabro un poco y logro distinguir la cabellera rubia de Gemma antes que cualquier otra cosa.
¿Por qué demonios ella iría a meterse al lugar de Skol, si lo detesta?
—¿Está pintando?— me pregunta Nik por lo bajo.
—eso parece— murmuro en respuesta, notando como su cuerpo se inclina sobre un lienzo pequeño, con un pincel en su delicada mano.
Gemma ni siquiera se percata de nuestra presencia cuando abro la puerta. Tiene una mancha de pintura en el rostro, un moño mal hecho y un gesto concentrado. Además, lleva una camiseta que le pertenece a Nik y que ahora tiene manchas de tinta verde, que seguramente le valdrán un castigo más tarde por parte de mi amigo.
Los dos entramos al terrario y la chica finalmente parece darse cuenta de nosotros. Miro a Nikolai velozmente, antes de devolver mi vista a la rubia escurridiza.
—¿Todo bien, nena?— no puedo evitar preguntar con cierta cautela.
Tal vez un alien la reemplazo y ese es el por qué lógico de por qué ella está cerca del camaleón al que tanto le teme.
—ajá— ella nos da una sonrisa que podría iluminar toda una ciudad a oscuras— ya casi lo termino. He decidido inmortalizar a Skol.
—¿Quién eres y qué has hecho con nuestra conejita? — me burlo— ¿Eres un alien?
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Barroco | SEKS #2
RomanceSERIE SEKS, LIBRO #2 Gemma acaba de salir de una relación complicada y está dispuesta a dejar todo el dolor atrás y seguir adelante, sin involucrarse en serio con nadie más. Nikolai y Andrei no están dispuestos a escuchar protestas cuando ponen sus...