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Antes de que lean el capítulo quiero dar algunas explicaciones, porque hay personas que no me siguen ni en instagram, ni en wattpad: este mes comencé a trabajar 12hs por día y eso me consumió por completo el tiempo. Sumado a eso, estuve con muchísimos inconvenientes familiares y retomé mis estudios. Podrán imaginar que no tenía el tiempo ni los animos para escribir. 

Espero poder acomodarme pronto a este nuevo ritmo y mechar la escritura, porque es algo que me gusta hacer. Ojalá puedan entender si demoro días o más de una semana en publicar porque tengo prioridades- como ser mi familia y el trabajo- antes que publicar acá.

Sin más, espero que les guste.

¡Saludos!



Oh, Dios.

¿Qué hice?

¿Por qué creí que gatear debajo de la mesa y hacerle una mamada a Andrei mientras trabajaba era una buena idea? ¿En qué estaba pensando cuando dudé de que él fuera a olvidarlo?

—Gemma —la voz de Nikolai me saca de mis pensamientos y lo miro, desde mi posición en el borde de la cama. Tiene las sogas y el vibrador que Andrei usó y mi rostro palidece pensando en que él quiera continuar con eso.

—¡No hice nada!— me apresuro a decir.

Nikolai se ríe.

—calmate, fiera— se burla. Lo veo caminar hacia las gavetas que están la pared opuesta a la cama— necesito un baño y tú también.

Me levanto del colchón y lo miro por unos segundos antes de asentir. No me siento incómoda, no me da miedo o algo bañarme con él, como tampoco lo haría con Andrei, pero una pequeña parte de mí teme que él tenga algún tipo de problema con lo que pasó hace un rato con su compañero.

—¿Un baño?— me acerco a él y veo la sonrisa burlona en su rostro. Es extraño verlo con ropa deportiva, pero es obvio que ha salido a correr o hacer ejercicio.

—uhm — él pone sus manos en los primeros botones de la camisa que robé antes de salir del cuarto y comienza a desabotonarla. Se detiene en el que está debajo de mis pechos y abre la puerta del baño de la habitación, poniendo su mano en mi nuca para guiarme dentro. Termina de quitarme la camisa y luego, se quita su propia ropa, mientras el agua comienza a calentarse.

Lo hace en silencio, como es habitual en él, ya que no es tan hablador como Andrei y yo me siento un poco nerviosa.

—¿Estás enojado?— pregunto tentativamente cuando ambos estamos bajo el agua.

—¿Por qué debería estarlo?

—no lo sé, tú dime—murmuro— estás callado.

Él suspira, pone algo del shampoo en sus manos y comienza a frotar mi cabello. Me niego a cerrar los ojos, pero cuando la espuma cae por mis rostro, lo hago.

—crees que estoy enojado porque hiciste algo con Andrei mientras no estaba— su voz suena relajada— pero ya ambos te lo hemos explicado, Gemma, no hay celos entre nosotros, ni contabilizamos quién te toca más. Sí es cierto que si no quieres estar con uno de nosotros solamente, pues... supondría algo que debemos hablar, pero meterte con Andrei mientras yo no estoy o meterte conmigo mientras él no está, no es algo que vaya a generar un conflicto— explica.

—¿Entonces no estás molesto?

—no, conejita.

—no planeaba hacer ninguna diferencia—murmuro, solo para aclarar.

Barroco | SEKS #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora