—¿Por qué Nik no está aquí?— le pregunto al abogado mientras él está tonteando con la tira de mi top.
—porque se está haciendo cargo del club y no me ha dejado ayudarle—me responde y luego se inclina para besarme.
Respondo su beso con avidez, sintiendo una sensación de paz indescriptible por saber que ambos están cerca y que Andrei ya no se está congelando el culo en Rusia.
—¿Entonces no va a estar con nosotros hoy?— Andrei niega, sin dejar de pasar su boca por mi cuello. Las marcas se fueron del todo, pero aún me da una sensación extraña cuando alguien me toca ahí—¿Por qué?
—porque él quiere darnos espacio— me dice finalmente.
—¿Él está enojado por algo?
—no, sólo cree que ya te ha soportado lo suficiente estos días y que ahora me toca a mi aguantarte — sonríe.
Resoplo e intento contener la risa.
—¿Así que él ya no me soporta?
—no, cariño, así que me toca a mí aguantarte— repite. Luego, vuelve a besarme.
—¿Crees que Lianna y Demian vuelvan a estar juntos?— le pregunto segundos más tarde.
—Gem, necesito dejar de pensar en toda la mierda por un rato, por favor— Andrei nunca suplica y su tono no es una súplica pero realmente noto que está harto de todo eso.
—¿Qué quieres hacer?
Sus manos están prácticamente acunando mi trasero mientras me mira. Sus ojos verdes están enmarcados por ojeras oscuras.
—quiero tocarte... besarte —murmura— me privé de tu cuerpo por mucho tiempo.
—sólo fueron tres días.
—demasiado tiempo— insiste.
—tal vez debería ir contigo la próxima vez que vayas a Rusia.
—planeaba ponerte en mi maleta, si— bromea.
No puedo evitar inclinarme un poco y besarlo, clavando sin mucha fuerza mis uñas en sus hombros cubiertos por una camisa y él me obliga a retroceder un poco.
Lo cierto es que todo va bien y mi cuerpo vibra en excitación hasta que mi espalda se estrella contra la pared más cercana y su mano suelta mi cadera para tocar mi cuello, como usualmente lo hacen él y Nik.
Solo que esta vez, mi respuesta no es agradable. El terror puro me recorre las entrañas y lo empujo antes de siquiera pensar en lo que estoy haciendo.
—Barroco, barroco, barroco.
Se siente exactamente igual que el día en que Álvaro me atacó y el sudor frío recorre mi espalda.
—¿Gemma?
Sintiendo como mis manos tiemblan, cierro los ojos y comienzo a negar, tratando de alejar la sensación nauseabundo de revivir ese momento. Tomo unas cuantas respiraciones profundas antes de poder parpadear, sin poder prestarle atención a las palabras del abogado.
—¿Qué ha pasado? —una segunda voz que reconozco llega a mis oídos y yo parpadeo.
Estamos en Seks. No hay peligros aquí. Seks es seguro, Alvaro jamás entraría aquí y si lo hiciera, no podría hacerme daño.
—me asusté —admito— lo siento.
Sintiendo rabia e impotencia, me alejo de la pared, notando que varias personas se han reunido a nuestro alrededor y yo solo puedo mirar con pánico los rostros desencajados de los rusos al tiempo que, detrás de ellos, veo a Carol, Marianne y Dorian luciendo preocupados.
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Barroco | SEKS #2
RomanceSERIE SEKS, LIBRO #2 Gemma acaba de salir de una relación complicada y está dispuesta a dejar todo el dolor atrás y seguir adelante, sin involucrarse en serio con nadie más. Nikolai y Andrei no están dispuestos a escuchar protestas cuando ponen sus...