Barroco | SEKS #2

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¡Hola! Espero que les guste :) Hay una nota bastante importante al final del capítulo que m gustaría que lean. <3

La semana termina y, finalmente, mi jefe decide regresar al trabajo. Es increíble lo mucho que me alivia no estar a cargo.

Aunque mi ámbito laboral se tranquiliza, las cosas en casa están extrañas. Andrei está cada vez más encerrado en sí mismo por la situación con su tío y yo no sé qué hacer. Esta semana ni siquiera nos hemos visto mucho porque he estado bastante conflictuada con todas las responsabilidades del trabajo y realmente llegaba a casa solo con la necesidad de dormir.

El único rato donde los he visto es cuando religiosamente se han turnado para aparecer en el horario del mediodía por mi trabajo. Sí, realmente no se tomaron bien que no me preocupara por almorzar así que, en resumidas cuentas, hasta que yo pueda ser responsable por mí misma, ellos lo harán.

Ni siquiera puedo decir cómo me lo tomé cuando el martes Ana me dijo que había visto a los dos hombres en la entrada y que preguntaron por mí. Pensé que solo era una broma, pero de todos modos salí y los encontré a ambos, luciendo ligeramente enfadados.

Repitieron la misma secuencia durante el resto de los días y, aunque el primer día ambos vinieron, luego sólo lo hicieron por separado.

—realmente no tienen que seguir haciendo esto— le digo al abogado cuando aparece por el museo— en serio, puedo cuidar de mí misma.

—si lo hicieras, te ocuparías de comer— señala y me tiende una bolsa cerrada con la comida— además, todos aquí sabemos que te gusta.

Intento no sonreirle, pero fallo. Lo cierto es que sí, me gusta y a una parte de mí le enternece que lo hagan.

—demonios, lo adivinaste— le sonrío.

Andrei se ríe y antes de que él lo haga, yo me lanzo a besarlo. Sus manos me atrapan por la cintura y puedo sentir la musculatura dura debajo de su ropa pegándose contra mi cuerpo. Debería contenerme un poco más por estar frente a la puerta de mi trabajo, pero en realidad me importa poco lo que puedan decirme.

El abogado se detiene luego de lo que parece un periodo muy corot de tiempo y suspira.

—debo regresar al trabajo, nena— planta otro beso sobre mis labios— pero vendré a buscarte a la salida, ¿Bien?

—está bien— asiento lentamente— gracias por la comida— él me da una sonrisa rápida antes de que regrese dentro del museo y él se vaya.

—realmente tú no pierdes el tiempo— Ana me sonríe.

Le devuelvo el gesto y regreso a mi escritorio, porque estoy haciendo algunas investigaciones sobre las pinturas nuevas que llegaron. Quiero incluirlas en las recorridas, pero no sé bien el trasfondo de todas ellas, así que hago mis búsquedas y consulto en otros museos donde también se han expuesto las obras, para saber un poco más. Mientras tanto, disfruto de la comida.

Son casi las tres de la tarde cuando he tomado suficientes notas sobre los cuadros y comienzo a caminar por el museo, mientras me aseguro de ver bien las nuevas ubicaciones.

Me siento en mi elemento mientras camino por las siete galerías del museo e incluso me entretengo viendo las cúpulas. También aprovecho a sacar el móvil y escribirle a Demian, porque no sé mucho sobre él desde que fue a Rusia y realmente me preocupa la condición de su padre. Principalmente, porque él y Andrei me importan y no quiero que sufran.

Mi amigo responde el mensaje unos cuantos minutos después, diciendo que llevarán a su padre a internación, porque su condición no ha mejorado, pero no cree que se queden allí por mucho tiempo. También me pregunta cómo estoy y cómo está yendo mi relación con su primo y su amigo. Le doy una respuesta honesta, diciendo que las cosas van bien y que, al menos por ahora, no puedo decir nada.