Barroco | SEKS #2

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Usualmente no dedico capítulos, pero quiero dedicarle este a Alexandra, Andrea, Eli, Flo, Javi, Lis, Manu y Tiara por todo el apoyo que me están dando con los grupos de WhatsApp y la dedicación con la que lo están haciendo. GRACIAS <3

Pd: Si quieren estar en los grupos de WhatsApp, tienen que escribirle a lectorasdecas en Instagram para que las agreguen.

—¿Qué estás haciendo?— le pregunto al abogado, mientras él atrapa mis muñecas.

—Vamos a jugar contigo, Gemma— dice lentamente— ahora, necesito que te quites la camiseta.

—pero dijiste... — me callo. En realidad no quiero ni pienso quejarme, aunque recuerdo perfectamente que le dije que no iban a tocarme, así que lucho un poco para soltarme y salgo de la cama— no, no, no. Dije que no dormiría con ustedes.

—Por Dios, Gemma...

Niego.

—Descansen —agarro una manta con brusquedad y salgo del cuarto, escuchando la risa mal disimulada del policía y la queja en ruso de Andrei.

Ni siquiera estoy enojada, pero ahora que me siento bastante mejor, mi lado descarado necesita recuperar el control de mi cuerpo, así que dejaré que lo haga.

Envuelvo la manta a mi alrededor y camino hacia el otro pasillo, donde está uno de los baños y el terrario de Skol. Miro hacia atrás, notando que ninguno de los dos me sigue.

Yo sonrío.

A ver cuánto tiempo les toma.

—hola, Skol, seré tu compañera de cuarto esta noche— el lagarto ni siquiera se mosquea cuando entro y me acomodo en el sofá, para luego agarrar uno de los libros que está en el estante a un costado.

El camaleón definitivamente está en el cuarto más creativo de la casa.

Leo algunas páginas, sin prestarle verdadera atención a lo que dice, porque mi cabeza se distrae fácilmente con los pensamientos. Álvaro está preso y, aunque sé que no tendrá una cadena perpetua, al menos serán unos años de alivio.

¿Y después? Prefiero no pensar en eso.

No sé cuánto rato pasa antes de que la puerta se abra muy suavemente y yo cierre los ojos, fingiendo estar dormida. Se me da fatal y ellos posiblemente lo noten, pero no me importa. Escucho dos pares de pasos diferentes y sé que ambos están en el terrario.

—no veo la hora de que le quiten los puntos para poder azotar su culo descarado— escucho murmurar al abogado.

—no sé si ella está tan mal. Quizás podríamos hacerlo ahora.

Me remuevo un poco.

—¿Gemma? —la mano de Andrei mueve el cabello de mi rostro y podría jurar que está sonriendo— Conejita descarada, ¿Estás fingiendo?

Entreabro mis ojos, solo un poco. Lo mínimo e indispensable.

—No... Ustedes interrumpen mi sueño de belleza— mascullo, pretendiendo que voy a seguir aquí.

—de acuerdo, ya terminamos con esto, Gem, vamos a la cama.

Resoplo y me incorporo, sabiendo que es un tontería seguir fingiendo.

—ustedes no quieren tocarme, ni dejan que los toque, ¿Por qué demonios me iría a la cama con ustedes, entonces?

—porque somos buenos calentadores— acota Nikolai— y porque no puedes dormir en un sofá— añade— vamos, Gemma.

Los miro con el ceño fruncido y luego, asiento. Antes de que pueda terminar de levantarme, Andrei envuelve la manta a mi alrededor, como si fuera un burrito y me alza en brazos.