Reencuentros

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La verdad es que entrar en la ciudad había sido mucho más fácil de lo que me había parecido en un principio, pero teniendo en cuenta las opciones que habían sus habitantes no había otra, la decisión había sido la única correcta y viable, ya que por un lado, el señor de la ciudad la había abandonado volando a toda velocidad y los guardias de la ciudad se habían refugiado en la ciudadela interior dónde estaba la zona rica y la del castillo, dejando a la zona de la gente común desprotegida.

Por otro lado, si se intentaba plantar cara, teniendo en cuenta de que fuera de las murallas de la ciudad habían decenas de miles de Saurios y que los soldados los habían abandonado, estaba claro cuál iba a ser el resultado, pero cuando les expliqué que solo queríamos entrar para recuperar unos huevos robados y que solo entraríamos nosotros dos y que luego se irían dejando en paz a la ciudad, hasta ellos se comprometieron a buscar los huevos y todos los aventureros se repartieron por toda la ciudad, bueno, todos no, un grupo de Aventureros supuestamente poderosos iba con nosotros, digo supuestamente por qué el más fuerte de ellos era de nivel 50 y yo era el más débil de los dos con nivel 63.

Miré al saulernario que estaba a mi lado y, desde mí punto de vista,  parecía un Velociraptor gigante, pero algo más enderezado y recto, llevaba una especial de cota de mallas negra, más parecía un personaje de un libro que leí hace tiempo llamado Dragonbait.

Me di cuenta que mi compañero lo miraba todo con los ojos muy abiertos, parecía ser algo más que un simple guerrero y parecía mirar todo con la curiosidad de un niño aunque tenía más de trescientos años.

Me dijo que se llamaba Drakkius y que aunque tenía el poder más que suficiente para ser un Capitán de los saulernarios, que era el nombre de su raza, había desarrollado una característica que no había tenido ningún guerrero y que solo tenían un par de saulernarios más, pero enfocados al cuidado de los huevos, tenía una especie extraña de vinculación que le permitía saber en todo momento dónde estaban los huevos en un radio de más de mil kilómetros y por esa razón no lo dejaban entrar en combate, pero por lo menos le permitían luchar de vez en cuando para no perder práctica, pero no era eso lo que él queria.

Al salir del gremio de magos, donde habíamos conseguido media docena de huevos de diferentes colores, pero ninguno blanco ví, bajo la promesa de que volvería ya que había un par de hechizos que necesitaba, delante de mí a un enano con una cota de mallas medio deshecha, una elfa con arco y un druida de casi dos metros y no pude evitar sonreír ya que eran los que se habían unido a mí antes de que yo me fuera y no pude evitar mirar alrededor buscando a Gloria y a Bowi cuando ví un enorme puño de piedra surgiendo del suelo que se acercaba a mi cara y sin que pudiera evitarlo me envió volando a más de cinco metros de distancia chocando contra el muro de la casa de enfrente, la cual atravesé, empotrandome contra la otra pared, cayendo al suelo con un golpe seco.

Me levanté magullado, pero no estaba herido de gravedad, cuando ví que el elemental de piedra que me había golpeado se iba transformando en la elfa que yo conocía y lanzandome un hechizo de Curación, salí de la casa, no sin antes dar 20 monedas de oro a la asustada familia para que se arreglaran la casa.

La elfa se abalanzó sobre mi con los puños apretados y la cara con un gesto de furia, cerré los ojos no sin antes darme cuenta de que Drakkius había empuñando su alabarda, pero le dije que no hiciera nada, tenía claro que no me iba a defender, me merecía la somanta de palos que me iba a pegar, así qué simplemente suspiré y esperé a que descargara su furia.

Me dió un par de golpes en el pecho, que no me hicieron absolutamente ningún daño y luego paró, abrí los ojos y la ví llorando de forma desconsolada.

La abracé, pero en un primer momento, ella se apartó y cuando me retiré un par de pasos, fue Bowi la que me abrazo a mí y me miró fijamente.¡Me lo prometiste, me dijiste que nunca me dejarias y que me cuidarias ahora que Iskendar ya no estaba.

Yo tragué saliva, no sabía que decir, en un principio me había ido para que no les pasará nada, ya que gente que me importaba había muerto, como Iskendar y Jesnnae y no quería que les pasará nada, pero luego me dí cuenta de que lo había hecho por egoísmo, no por que les pasará algo, si no por que el que no quería sufrir era yo.

-Lo siento Bowi, se que te lo prometí, prometí cuidarte y en aquel entonces lo mejor que podía hacer para protegerte era apartarme de tu lado, la gente a mi lado se acababa yendo y...

Ella me miró y sonrío, después me dijo que ya sabía lo que había pasado con sus padres, con Iskendar y con Jesnnae y que la elfa ya le había explicado lo que yo le había dicho, pero que aunque lo entendía no me perdonaba, pero ví el principio de una sonrisa, así que la abracé con fuerza con una mano mientras le acariciaba el pelo lentamente con la otra.

Estuvimos un rato así abrazados, hasta que ella me dijo que la soltará y luego, junto con ellos y Drakkius, nos dirigimos hacia el mercado mientras que el enano me contaba todas las aventuras que habían pasado hasta venir aquí, incluso me contó que habían intentado entrar en la Torre que había en el reino enano a sabiendas de que Bowi no era contada por la Torre como un ser vivo, pero la puerta no se había cerrado y habían escuchado un mensaje que les había dicho que mientras que el que había destruido cualquier Torre no muriera no se podría entrar a ninguna otra, BALTHASAR había sido muy listo, de esa forma evitaba que cualquiera fuera entrar la sus Torres y destruirlas. Los miré y ví que todos rondaban el nivel 40 más o menos, pero decidí no revelar ni el mío ni mis características

Después de hablar decidimos ir al mercado donde recuperamos cinco huevos más y el resto de buscadores trajeron unos cuantos más, pero ninguno de ellos era el huevo de color blanco que buscaban los saulernarios, pero Drakkius me dijo que había otro huevo dentro de la ciudadela en el lugar donde se había atrincherado los soldados, así que nos dirigimos hacia allí, pero antes de llegar Drakkius me dijo que había recibido un mensaje telepático del mago, en el que nos exhortizaba a que nos dieramos prisa, ya que los vigias de su cuidad habían detectado movimientos de los NO-MUERTOS, al parecer habían lanzado una macro ofensiva con todas sus tropas.

Llegamos a la ciudadela interior y al MIRAR hacia los soldados que estaban en alto de la muralla no pude evitar dar un respingo y un escalofrío recorrió mi espalda: los soldados del gobernador de la ciudad, no estaban vivos, no sabía cómo tal cosa era posible, pero todos eran NO-MUERTOS y el menos poderoso de ellos estaba en nivel 50, ahora entendía el por qué todos llevaban una armadura completa hiciera el tiempo que hiciera.

De repente, lo que parecía ser un hombre con una túnica oscura y una capucha que le cubría toda la cabeza se asomó por encima de la muralla y al vernos allí comenzó a reírse como solo pueden hacerlo los maníacos.

-¡Vaya, ¿Que tenemos aquí, un saulernario y al destructor de dos Torres del gran BALTHASAR? JAJAJAJA ¡Llegáis tarde, oh poderosos guerreros, el huevo de vuestra querida reina está maldito y cuando la reina albina nazca, para lo cual ya no queda mucho será controlada por mi, ¿Sabes lo que significa, verdad, buscador?

Drakkius asintió en silencio y me miró fijamente.

-La reina tiene el poder de controlarnos mentalmente, nunca lo han utilizado, por que no les hace falta, pero en este caso nos podría obligar a atacar a todo Thule y que quedara a merced de estos espantajos.

El chamán oscuro rió como un maniático y siguió hablando mientras que yo lo miraba y era poco más de nivel 50, yo era mucho más poderoso que él y nada me apetecía más que cortarlo en trozos muy pequeños, pero no podía si tenía la más pequeña posibilidad de salvar al huevo, aunque aún no sabía cómo, así que decidimos, de momento retirarnos hasta ver qué haríamos.


EL ELEGIDO... O NO.   (En Revisión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora