EL ELDER

398 42 35
                                    

Delante de mí se encontraba un elfo lleno de arrugas y con el pelo blanco, pero debido a la vejez, apoyado en un bastón y ligeramente encorvado, mirándome fijamente con cara de enfado. Siempre había creído que los elfos, aunque eran antiguos, no parecían envejecer, se que suena raro, pero siempre lo había creído así, pero había comprobado que no podía estar más equivocado.

Su túnica era muy similar a la que llevaba la elfa que había visto en el barco y que me había dado la daga, pero las constelaciones se movían y daban vueltas alrededor de pequeños soles y de vez en cuando un cometa cruzaba la túnica rápidamente, tenía un efecto hipnótico que te parecía atraer hacia el interior de ese universo. 

-¿Estas sordo? -pregunto mirándome fijamente como un gato miraría a un ratón-, ¿¡que quien eres y que haces aquí!?

yo simplemente me encogí de hombros sin saber que decir, estaba cansado de este mundo y ya estaba hasta las narices de los put#s elfos

-No estoy seguro, hace apenas unos días morí al intentar salvar a un muchacho y ahora estoy aquí, así que si no te importa me explicas quien eres y que Coñ. hago yo aquí.

-Estamos condenados y ya no queda tiempo para nada mas -murmuró en un tono apenas audible mientras se sentaba con gesto cansado en un sillón que no había visto-, tu gesto altruista ha condenado a un mundo a perecer.

-¿Perdona? -su tono no me había gustado lo mas mínimo y por mucho archimago que fuera, ya que suponía que era el maestro de la elfa, me había infravalorado aun mas que el guerrero-. ¿¡POR SI NO LO SABES YO MORÍ ESE DÍA, ASÍ QUE POR LO MENOR ME DEBES EL SABER POR QUE ESTOY AQUÍ, NO CREES!?

El Elder se levantó lentamente y pareció crecer mientras que en su túnica los soles explotaban y los planetas se consumían en las llamas, creía que iba a matarme allí mismo, pero su miraba se suavizo de repente y esbozo una sonrisa triste.

-Es cierto, perdona, he olvidado mis modales, pero el saber que no hay solución pudo conmigo -se giro a un lado, donde yo no podía ver nada, todo oculto en un muro de oscuridad y musitó "es cierto, tiene valor como dijiste pero, ¿tiene algo mas?.. el por que - añadió mirándome-. sientate y te explico.

De repente, a mi lado apareció un sillón, mullido y confortable y sin pensar me senté, llevaba todo el día caminando y me dolían los pies, mientras el archimago se volvía a sentar mas tranquilo.
A la vez que el elfo empezaba a contarme su historia podía verla detrás de él como si fuera en un cine "lastima de palomitas" pensé y él me miro con desaprobación.

-Debes saber que esto es muy serio, mi nombre es Iskendar, Alto Archimago de la nación élfica: hace mas de tres mil años, este mundo estuvo a punto de perecer a manos de un ser infame y cruel: Balthazar, un demonio cruel que subyugó y esclavizo a otras razas de demonios y dragones negros y lanzo una ofensiva atroz contra el resto del mundo; destruyo países enteros y extermino razas de la faz de la tierra, simplemente por placer: halfings, dríadas y nereidas, centauros y sátiros: todo lo que no eran demonios simplemente eran comida para sus tropas y sus dragones -los latidos acelerados de mi corazón resonaban en todo el lugar, no me gustaba ni un pelo lo que me estaba imaginando-, las razas mayores, elfos, humanos, enanos y avíanos se unieron todos bajo la bandera del bien y lo vencieron en una batalla en la que miles de grandes guerreros dieron su vida para derrotarlo y acabar con su reinado de muerte, dándolo por muerto, pero -ese pero no me hizo ninguna gracia-, no murió y hace unos trescientos años detecte su energía, aunque muy débil, en los volcanes donde estaba su reino, pero la zona estaba llena de dragones y no pude acercarme para comprobarlo. Cuando volví aquí, intente hablar con el consejo elfico, pero no me hicieron caso, desvaríos de un viejo senil, dijeron -note como apretaba los puños y de nuevo los planetas explotaban-, los avíanos habían desaparecido, escondidos en sus castillos en las nubes, era la raza que mas había sufrido y decidieron separarse del resto del mundo, los enanos y los elfos son enemigos acérrimos y los humanos son débiles, además después de esa guerra, el poder de la magia perdió fuerza y ya no hay héroes como los de antaño -murmuró agachando la cabeza, en ese momento una elfa, esa elfa, apareció de un lateral y le murmuró algo al oído, antes de desaparecer me miro y sonrió levemente.

EL ELEGIDO... O NO.   (En Revisión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora