ISKENDAR

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-¡MIERDA!  -Exclamé sin poder remediarlo, o sea, que me habían estado controlando desde el principio, esto era una cagada de proporciones épicas, desde el principio el elfo de los huevos me había engañado.
Estaba tan enfadado que no me di cuenta de que ya no estaba en la ciudad, si no en una habitación que no conocía.
-¿Querías hablar conmigo? Dijo una voz que reconocí al momento.
Me giré mientras desenvainada e inmolaba la espada, frente a mi, estaba el elfo que me había traído aquí.
-¿Así que ya te has cansado de esperar? -pregunté mirándolo fijamente, apretando fuertemente la empuñadora.
Iskendar me miró fijamente sin comprenderme.
- No se de que me hablas, solo se que Brank me dijo que querías hablar conmigo y aquí estoy, te he traído mediante un poderoso hechizo a mi casa, así que no entiendo nada de lo que dices, sientate por favor.
Eso me desconcertó, ya no sabia que pensar, pero aun no lo tenia todas conmigo, me senté despacio soltando la empuñadura de mi espada, pero preparado por si tenia que lanzar un relámpago, metí la mano en una de mis bolsas y cogí un PEÓN, no sabia si haría falta, pero no estaba de mas estar preparado y miré a mi alrededor, pero mientras lo hacia, le pregunte si no sabia la verdad acerca de mi brazalete y su hechizo de rastreo. Iskendar me MIRO. 
    
-Rápido -exclamó el elfo sacando una caja de uno de los cajones y abriendola-, dame tu brazalete.
En el momento en el que la abrió noté que tanto como la armadura y el escudo recuperaban sus pesos y a mi espalda, la mochila temblaba.

Tan pronto le di el brazalete lo metió y lo cerró con fuerzas, después de eso se recostó en el sillón y suspiro de alivio.

-Tu brazalete esta dentro de una caja de GREGORA, así que de momento no hay problema en que te localicen ya que la Gregora anula temporalmente la magia hasta el caso de que si el objeto en cuestión esta mucho tiempo en contacto con la Gregora este pierde del todo su poder.

El elfo se levantó de su sillón y se me acercó con una mirada triste en sus ojos grises.

-Antes de nada me gustaría pedirte disculpas, además de dejarte tirado durante tres meses cuando debería haber estado guiándote y explicándote todo acerca de este mundo, te estaba pidiendo demasiado al decirte que te necesitábamos para derrotar a Balthazar, un demonio al que gente mas poderosa que tú no pudo matar, ya moriste una vez por mi culpa y seria muy egoísta por mi parte que arriesgaras tu vida en una lucha que no es la tuya así que entendería que decidieras irte y vivir tranquilo.
Lo mire sonriendo y luego negué con la mirada.
-Mi destino esta pegado a Thule desde que vine aquí, así que no hay vuelta atrás, solo te pido que me cuentes como es que en las Torres hay inscripciones escritas en un idioma de mi mundo.
-¿ Y tu lo entiendes? -preguntó con curiosidad el mago sentándose de nuevo en su sillón y haciendo aparecer dos copas vacías y una botella de vino elfico y llenándolas, me ofreció una, pero cogí la que tenia delante de él ya que aun no las tenia todas conmigo, no dijo nada y tomó un sorbo de la copa.
-Poco y solo palabras sueltas, nunca fui muy dado a los idiomas, si soy sincero puedo hablar en cuatro, pero ese justamente no es uno de ellos y leerlo poco mas que lo básico.
-¿Entonces que harás? Preguntó mientras apuraba de un trago su copa y se servía un poco mas.
-Por lo que yo se, las TORRES no se hicieron para evitar que los demonios salieran, se hicieron para evitar que los héroes entraran y destruyeran al demonio antes de que se regenerara del todo, así que eso haré, primero destruiré la TORRE que esta al norte de aquí y luego iré a por las demás, se que es un viaje largo, me llevara mas de un año y medio visitarlas todas, así que cuanto antes empiece mejor.
Iskendar asintió en silencio y me miro con cierto orgullo.
-Creo que al final mi hechizo si que trajo a un verdadero héroe y yo debo estar a tu altura -afirmo con resolución, aunque las mejillas las tenia mas sonrosadas de lo normal.
Saco el brazalete de la caja y como la otra vez, todo mi equipo se puso a temblar antes de que la cerrara, pero antes de dármela la dejo encima de su mesa y le lanzó un hechizo.
-Desde este momento, nadie sabrá donde estas, el hechizo ha sido anulado, pero me gustaría saber quien lo puso, aunque se quien te lo dio -confesó el archimago mientras me enseñaba uno igual que llevaba en su muñeca-, tanto el tuyo como el mio me los entregó Lalinar, mi "supuesta" aprendiz, pero al parecer me quería tener controlado al igual que a ti.
-¿Donde esta ahora?
-No lo se -confesó mirando alrededor-, se fue hace unos diez días de repente, poniendo como excusa que había pasado algo grave con uno de sus hechizos y debía irse.
Sonreí, creía saber por qué salió corriendo: hacia diez días había entrado en el sótano de la casa y se lo dije a Iskendar, el cual no dijo nada y me MIRO
Su cara me lo dijo todo y no pude evitar sonreír.
-Por lo que veo el sótano ha funcionado muy bien, pero ten en cuenta que solo se puede utilizar una vez al año, así que como máximo solo podrás usarlo dos veces mas antes de que Balthazar aparezca, pero ten en cuenta de que a partir de cierto nivel te costara mas crecer, otra cosa que debes tener en cuenta es el tamaño de la escalera y el sótano, si alguna vez hiciera falta meter a mucha gente, tanto la escalera como el sótano se adaptara a ese tamaño.
Eso no me lo esperaba, pero daba un giro a todo lo que estaba pensando, pero no tenia tiempo de pensar en ello ahora mismo, tenia algo mas importante que hacer y así se lo dije al elfo.
-Antes de irte necesito un par de favores tuyos y vi como sacaba un bolígrafo (cosa que me hizo sonreír) y un pergamino, primero que firmes aquí -vi que estaba en blanco y enarque una ceja mientras que él seguía hablando-, te prometo que no sera nada malo y segundo es que voy ha hacer todo lo que este en mi mano para que sepas todo lo que se sabe acerca de la verdad sobre Balthazar.
En la biblioteca privada del consejo de ancianos élfico hay pergaminos acerca de lo que pasó durante esa época y seguro que encontraré algo nuevo para informarte.
Había algo que me escamaba y se lo dije: su brazalete tenia el mismo hechizo que tenia el mio y le pregunté que por que no se lo quitaba y me dijo que no, si lo hacia su enemigo lo sabría y debía intentar sonsacarle todo lo que sabían, aunque fuera peligroso, debía hacerlo por el bien de la buena gente que vivía sin saber que el mal estaba a punto de volver a la vida y a destruir el mundo que conocían.
-Debes volver, pero hay una cosa que debes tener en cuenta, tú solo no podrás enfrentarte al ejército de Balthazar y solo con tus juguetes no sera suficiente, como mucho puedes controlar 1 por nivel debido a su tamaño, así que necesitarás algo mas que eso, no se cuantos quedaran, pero seguramente varios cientos, entre Minotauros, Nagas, Harpías y Gárgolas entre otros, además de Dragones negros y Humanos que vendieron su alma al mal a cambio de poder.
El archimago se levantó y me miró fijamente
-Es hora de seguir con tu destino, Héroe, pero en breve tendrás noticias mías.

De repente aparecí de nuevo en la puerta del gremio de aventureros, al parecer no había pasado el tiempo mientras estuve con Iskendar y nadie se había dado cuenta de nada, así que después de pasar por la tienda para comprar mas comida por si acaso, llegué a la mansión de la DERRUI.
Después de guardarla, salimos de la capital con dirección norte, hacia la TORRE que se encontraba apenas a tres días.
Llevábamos dos días de camino cuando escuchamos ruido de pelea y gritos de terror.
Al llegar vimos a varias personas muertas, vestidas con ropajes oscuros, llenos de lamparones y con la cara tapada, seguramente bandidos a los que la emboscada les había salido mal.
Aparte  de esos habían diez o doce mas luchando...¡contra el enano y su equipo! Y uno de los asaltantes estaba de rodillas delante del enano implorando por su vida mientras que el enano sonreía de forma cínica.
-Valéis mas muertos -contestó mientras balanceaba su arma.
Serian bandidos, pero eran personas -pensé mientras sacaba el arco y disparaba contra el enano.

EL ELEGIDO... O NO.   (En Revisión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora