VALKIRIAS

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-¡VULKAR, DAME TU FUERZA!

Los goblin no sabían lo que se les venia encima, con ese grito Skan, había activado su segunda habilidad pero, aunque no hacia falta gritar, eso a él le parecía mas intimidante.

Berserker era el nombre de la habilidad y ciertamente, no me gustaría enfrentarme a él con las dos habilidades activadas, la primera hacia que yo solo pensara en atacarlo cuerpo a cuerpo, sin usar magia ni nada mas que mis armas y la segunda, Puff eso era demencial

HABILIDAD BERSERKER: DURANTE TRES MINUTOS POR NIVEL AUMENTA FUERZA, VELOCIDAD Y PUNTOS DE VIDA EN UN 50%          

Así que simplemente picaba a los enemigos y luego los trituraba.

Me adentré despacio en la cueva, tan pronto deje de ver con claridad, el yelmo, automáticamente activo los OJOS DE GATO, me cubrí con la capa negra para evitar destellos de la armadura, ya que aunque fuera negra, algunos golpes la habían desconchado y podía brillar si la luz daba justamente ahí y me dirigí hacia el centro de la cueva, donde al fondo veía algo de luz.

Era una caverna espaciosa, en la que la luz llegaba desde un agujero en el techo, no lo suficiente para ver con claridad, pero gracias al yelmo, pude ver sin ningún problema.      

A unos treinta metros vi lo que parecía ser una especie extraña de trono construido con cajas amontonadas de madera cubiertas por unas pieles zarrapastrosas y llena de manchas en la que había lo que parecía ser un goblin, pero mas alto, lo MIRE

HOBGOBLIN NIVEL 9
ATAQUE: 120
ARMADURA TIPO 10 (CUERO RÍGIDO, GREBAS Y BRAZALES)
DEFENSA 30,
PUNTOS DE VIDA: 100.

La verdad es que no me pareció muy impresionante, pero es que además de él, tenia 6 goblins más, dos de ellos arqueros, esos debían ser los primeros en caer, pero estaban todos atentos y mirando en mi dirección, así que antes de entrar decidí prepararme primero.
Me lancé una PIEL DE PIEDRA lo que me daba, a mi nivel 80 pieles, por si acaso fallaba en mi plan, después una VISIÓN BORROSA y para acabar una INVISIBILIDAD.
Con todo eso entre con cuidado en la caverna y me acerque a uno de los arqueros y con muy despacio desenvaine la daga de la elfa, mientras no dejaba de ver un movimiento extraño detrás del trono del hobgoblin.
Entonces me puse en acción: lance un TELEQUINESIS al arquero que estaba mas lejos de mi, usando uno de los restos mas grande que podía mover y le golpeé en la cabeza, matándolo al instante, mientras el resto miraba en esa dirección, con la daga atravesé el pecho al otro arquero

Lance un DESTELLO y vi como esta vez si que habían sido cegados por la luz, no se cuanto estarían ciegos así que acabe rápidamente con los cuatro guardias, sin darles siquiera el tiempo a desenvainar sus armas, cuando el hobgoblin se levantó y bajó lentamente del trono mientras desenvainaba una cimitarra, un arma extraña para una criatura así.
-Eres fuerte humano, es muy posible que me derrotes, pero el hombre es un animal destinado a la extinción solo que aun no lo sabéis, nosotros los duendes lo percibimos en el aire, pero vosotros tenéis los sentidos atrofiados y no podéis daros cuenta de ello -añadió con una sonrisa malvada mientras se lanzaba sobre mí, pero su ataque era muy débil debido al VISIÓN BORROSA, y de un golpe de daga murió, cayendo al suelo mientras que  su sangre verde salia del agujero de su pecho.
-De momento el extinto eres tú.

De repente escuche unos murmullos que provenían de detrás del trono y me acerque, con la daga y el escudo preparado, pero no estaba preparado para lo que vi y que hizo que casi me pusiera a llorar allí mismo.

Dos mujeres, de no mas de veinte años, apenas tapadas por un trozo de tela sucia y maloliente estaban atadas de pies y manos con claros signos de desnutrición.

-Mátanos, por favor -murmuro una de ellas mientras que la otra cabeceaba afirmativamente, dándole la razón a su compañera.

Empuñe con fuerza la daga, dispuesto a cumplir su ultima voluntad, pero en el ultimo momento una idea fugaz paso por mi cabeza y sin darme cuenta sonreí y me senté a su lado, saque dos mantas de la mochila y se las di y mientras ellas se tapaban con ellas deje la daga delante de ellas.

-Yo no soy un asesino, jamás he tomado la vida de un ser humano si antes no había hecho algo malo, así que deberéis ser vosotras la que os lo hagáis -una de ellas cogió la daga, pero yo le cogí la mano y la mire fijamente-, o podéis evitar que otras mujeres pasen por lo que vosotras.

Ella me miró sin comprenderme.                                                                                                                                   -Yo llegue aquí por casualidad, encontré a un goblin y lo mate y luego rastreé su camino hasta llegar aquí, pero fue por casualidad, si no lo hubiera encontrado, no se que habría sido de vosotras.

-Lo sabemos -comenzó una de ellas mientras la otra asentía sin decir nada-, éramos tres, pero había una muchacha que no podía tener hijos y tan pronto ellos se dieron cuenta la mataron y se la comieron delante de nosotras para que supiéramos cual seria nuestro destino si no les dábamos crías.

Un escalofrío subió por mi espalda y note como tenia unas ganas inmensas de vomitar, pero no podía dar muestras de flaqueza, ellas necesitaban a alguien fuerte ahora, saqué la cantimplora mientras mi mente intentaba calmarse.

-De donde yo vengo, existía un grupo de mujeres que se dedicaba a luchar contra todas las bestias que amenazaban a las aldeas y pueblos, eran grupo de mujeres valientes y decididas que nunca se rendían, por que sabían que la gente dependía de ellas, por que pensad en todas las mujeres como vosotras que están presas de esas bestias y no hay nadie que luche por ellas, mirad a vuestro alrededor -añadí mirando los restos de los goblins repartidos por toda la cavernas, estos son los restos de los que os hacían daño a vosotros pero, ¿Quién se ocupara del resto de monstruos?

-No podemos volver a casa -murmuro la que aun no había hablado-, saben que fuimos secuestradas y saben lo que hacen, si volvemos seremos repudiadas por nuestros padres, hermanos y esposos.

-Entonces no los necesitáis, si no pueden comprender lo que os paso y si no pueden comprender que no teníais otra opción, entonces no deben ser llamados hombres.                              Pero aun no me habéis contestado, ¿que haréis?

La que había hablado en primer lugar, me miro fijamente  y una sonrisa triste afloró en su cara     -No sabemos luchar.

En ese momento entro Skan a la carga, pero al ver lo sucedido se detuvo, mientras ellas se escondían detrás del trono, pero las tranquilicé y muy despacio salieron y lo miraron mientras que el muchacho limpiaba la sangre verde con una de las pieles que cubría el trono.

recogí las armas que vi mas limpias y luego use DETECTAR MAGIA que era el hechizo de nivel mas bajo que tenia la lista RESISTENCIA MÁGICA y percibí algo de magia debajo del asiento del trono, no era muy fuerte, pero algo había y me acerque.

El tesoro era algo pobre, algunas monedas de bronce, cobre y una o dos de plata, pero lo importante eran los objetos: un anillo y un par de pendientes, pero tenia algo mas importante que MIRARLOS y salí de la cueva acompañando a dos muchachas asustadas, pero decididas.

-Decid que no sabéis luchar, pero si queréis yo os puedo enseñar los rudimentos, no es mucho, pero eso puedo hacerlo, pero antes, os aconsejo un baño, el río esta hacia allí y luego descansareis como toca, mañana os enseñare.

Me pidieron una daga por seguridad y les di una normal, mientras estaban en el río saque la tienda grande para ellas y saque también la barbacoa, además en la mochila llevaba algo de carne, ya que debido al hechizo no se estropeaba y cuando volvieron tenían la carne preparada y se asombraron, aunque yo también lo estaba, habían contado las mantas y se hicieron dos vestidos cortos con ellas, con tiras finas se hicieron cinturones, pero lo mas impresionante de todo era su mirada, algo había cambiado en ellas, al principio eran son cervatillos asustados, pero veía fiereza en ellos así como una fuerte determinación, la mas alta, la que mas había estado hablando se me acercó y con una voz clara, mientras me devolvía la daga añadió.

-Enséñanos a combatir.





EL ELEGIDO... O NO.   (En Revisión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora