Torre de perdición

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Después de pensarlo durante un buen rato se me ocurrió la única idea que podía llegar a tener éxito aunque para ello alguno de los habitantes de la ciudad tendrían que hacer un pequeño sacrificio, pero serían compensado con las sufcientes monedas de oro para vivir bien el resto de su vida.

Quedaban apenas tres horas para que anocheciera y habían muchas cosas que hacer, solo había una lista de hechizos que pudiera salvarla a la reina saulernaria, así que fui hacia el gremio de magos y después de que Drakkius los amenazara y yo prometiera volver a darles lo que había conseguido, me dejaron leerla, no era una de las listas de magia que yo había querido, pero no había otra opción si quería salvar a su reina.

En el momento en el que anocheció, unas fuertes explosiónes resonaron en la oscuridad y tres de las puertas de la ciudad saltaron por los aires y se escucharon gritos de terror cuando el ejército saulernario entró en tromba en la ciudad incendiado varias casas mientras se acercaban a toda velocidad hacia la fortaleza interior a la vez que los pocos humanos que estaban en el ejército del gobernador salían huyendo por la única parte en la que, supuestamente, no había ningún enemigo, pero más allá de la parte iluminada estaba llena de aventureros esperándolos para apresarlos y sonsacarles todo lo que pudieran acerca del nigromante que había salido huyendo cuando llegó el ejército de saurios.

Yo por mi parte me lancé una INVISIBILIDAD MEJORADA, lo que, en teoría, me hacía invisible incluso ante los NO-MUERTOS, pero ante la duda, prefería que no me descubrieran, así que, después de subir volando la muralla y meterme dentro de una de las alas de la fortaleza, fui sembrando algunas habitaciones con Constructors desactivados, camuflados como simples figuritas y otros activados como simples armaduras decorativas, todas listas para empezar a dar caña a una orden mía.

Mientras cruzaba por el patio de armas, para dirigirme hacia la torre del homenaje y dónde yo pensaba que estaría el huevo o por lo menos eso me había dicho Drakkius, una enorme piedra impregnada en fuego aterrizó a pocos metros de mi, casi salpicandome trozos de piedra y fuego ardiente al explotar, por suerte no me había dado, pero estaba claro que los saulernarios se estaban tomando demasiado en serio su "distracción" y mientras me encaminaba hacia mi lugar, tenía que ir esquivando más rocas de fuego.

La puerta de la torre del homenaje estaba cerrada con llave, de un golpe la podría abrir, pero no quería que mi INVISIBILIDAD desapareciera, así que volví a salir volando esta vez hacia el techo de la torre y bajar en vez de subir, pero no tenía otra opción si quería salvar al huevo o destruir a la reina antes de que saliera de él y controlara a los saulernarios, ya que tan pronto rompiera el cascarón podría hacerlo y tendría que matarla y no estaba yo por la labor.

Una vez arriba miré a la ciudad y sonreí, el plan estaba saliendo tal y como yo había planeado: los saulernarios estaban atacando la fortaleza mientras yo me infiltraba en su interior con mis constructors, así que abrí la trampilla de la torre y bajé muy despacio hasta la planta dónde supuse que estaría el huevo, todo estaba saliendo muy fácil y más teniendo en cuenta que como mucho me enfrentaría a NO-MUERTOS de nivel 50.

Eso significaba que el nigromante que había huido era por lo menos de nivel 65, ya que los NO-MUERTOS creados solo podían tener 3/4 partes del poder de su creador.

Descendi hasta la planta de la torre y en ese momento activé a todos los constructors, cuatro de ellos estaban en la puerta de la torre y la destruyeron entrando en ella a sangre y fuego, mientras que las demás arrasaban la fortaleza, les había dado la orden de dejar inconsciente a todos los humanos y en destruir a los NO-MUERTOS y en convertir en polvo sus caderas para evitar que se regeneraran en un futuro próximo.

Demasiado contento estaba yo y muy fácil lo veía, ya que cuando entré en la habitación, además del clérigo oscuro y de media docenas de soldados esqueléticos de nivel 50, justo al lado del huevo blanco había una armadura completamente negra cuya aura oscura se notaba desde donde yo estaba, a más de diez metros de distancia.

Tan pronto entré en la habitación, el clérigo oscuro sonrío cuando me vió y ordenó a los seis esqueletos que me atacarán, pero la armadura levantó una mano y se detuvieron antes de llegar hasta mí.

-El es mío -retumbo una voz grave y cavernosa desde su interior, mientras el clérigo le hacía una reverencia-,  no permitas que nadie se acerque al huevo.

El caballero tumulario me miró con sus ojos rojos, lo único que se podía ver a través de su yelmo y el alma se quedó paralizada en mi cuerpo y yo me quedé aturdido hasta que un grito resonó en mi mente cuando EJ se dió cuenta de mi aturdimiento.

Después de eso me lancé un Protección contra el mal, el hechizo solo era de nivel 50 y mi adversario de nivel 73, pero gracias al bonus de resistencia de mis características y a mi propio nivel, estaba seguro de que no me iba a hacer efecto alguno.

El caballero tumulario se abalanzó sobre mi tan pronto vió que si hechizo había perdido fuerza, empuñando con rabia una Estrella de la mañana casi más grande que yo, la cual había aparecido de repente en su mano igual que un escudo cuyo emblema era una cara demoniaca y me atacó con una velocidad que no esperaba, pero mi brazo subió controlado por la espada, aunque el golpe me hizo volar más de seis metros, empotrandome contra la pared y cayendo al suelo con un golpe seco que, lo más seguro, me había roto un por de costillas.

Me levanté despacio, mientras me lanzaba un Regenerar, sin perder de vista al caballero tumulario, el cual se acercaba lentamente, como quién se sabe vencedor y no tiene prisa, pero se iba a llevar más de una sorpresa y levantando mi escudo descargué más de medio centenar de Tormentas de Relámpagos no solo dirigidos a él, si no también a los esqueletos y al clérigo oscuro, los cuales cayeron destruidos ante el ataque y en cuanto al caballero tumulario, su armadura retumbó en el suelo cuando sus ojos se apagaron.

Me levanté magullado, pero contento, ahora solo me quedaba salvar o, por lo intentar,salvar a la reina saulernaria, me acerqué al huevo cuando una voz resonó a mi espalda.

-No ha estado mal mortal, ¿pero eso es todo lo que tienes?

Me gire muy despacio para ver al caballero tumulario de nuevo en pie y de nuevo empuñando su Estrella del amanecer y su escudo y sin pensar le lancé un relámpago, pero antes de que le impactara, su arma se convirtió en una espada y lo partió por la mitad.

Mi ánimo se hundió en el suelo, no podía ver ni sus habilidades ni los atributos de su equipo, pero no tenía otra opción de luchar contra él.

Me lancé sobre él de un salto y antes de que pudiera levantar su espada contra mí, EJ lanzó un destello, esperando cegarlo, no era un destello normal, si no uno con un atributo de Luz Santa, la cual solo dañaba a los NO-MUERTOS y a los demonios y después lancé un mandoblazo lateral esperando partirle por la mitad, pero antes de poder lograrlo, de algún modo pudo detectarme y me detuvo con su escudo, haciéndome retroceder y esquivando su ataque por centímetros.

Me arrodillé con solo una pierna, mientras en el exterior la batalla estaba en todo su apogeo, cuando de repente escuché un chasquido y al mirar hacia el lugar donde lo había oído, ví una grieta en el huevo, se estaba abriendo y yo estaba atrapado sin saber que hacer, aunque tenía claro que no me iba a rendir.

Me levanté despacio y el se lanzó de nuevo a la carga, podría no ser bueno, pero al menos era noble, me había permitido levantarme, eso se lo podía conceder y solo por eso le iba a dar una muerte rápida, antes de que llegara hasta mi, usé un TELEQUINESIS para golpearle con los restos de los esqueletos, molestándote apenas unos segundos, pero cuando fui a golpearlo con la espada, simplemente levantó una pierna y me envió contra otra pared, pero yo me lancé un caer y dando una voltereta en el aire, cogí impulso al rebotar contra la pared e inmolando la espada en electricidad me lancé de nuevo contra el caballero tumulario, el cual levantó el escudo intentando detenerme.

Justo cuando estaba a punto de impactar, escuché la voz de EJ, gritando que cerrará los ojos con fuerza, al parecer el escudo tenía una habilidad de control mental parecida a la del caballero, así que los cerré y escuché una explosión cuando mi arma impactó en su escudo, tras lo cual  escuché de nuevo a la armadura caer en el suelo, pero antes de que se formara de nuevo cogí su yelmo y aplastandolo con fuerza lo metí dentro de mi mochila y el resto de la armadura lo fui repartiendo entre varias de mis bolsas de almacenaje y otros trozos los fui arrojando por encima de la muralla lo más lejos que pude.

Después de eso, me acerqué hacia el huevo, pero antes de que pudiera hacer nada, Drakkius apareció atravesando una puerta, seguido de cuatro de mis constructors y se dirigió hacia él empuñando la alabarda con intención de destruirlo.

EL ELEGIDO... O NO.   (En Revisión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora