EMPIEZA LA LEYENDA

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Mi flecha dio en el mango de su arma y del golpe casi se la arrancó de la mano, no lo hizo, pero lo desequilibro lo justo para fallar su ataque.
El enano me miró con furia y ordenó al resto de su equipo que me atacara: la muchacha me miró con angustia, pero con un gesto le indiqué que no se moviera, en cambio, el resto se acercó hacia mi con malas intenciones.

MIRE al druida que hacia unos gestos extraños con su bastón.
NOMBRE: GEORN  RAZA: BEORNIDA  EDAD: 57 AÑOS (no aparentaba mas que treinta)                                          
PROFESIÓN: DRUIDA NIVEL: 4
BO: 80 BASTÓN
BO: 70 PROYECTIL MÁGICO (PIEDRAS)
PUNTOS DE VIDA: 100
HABILIDADES:
REGENERACIÓN: CURA HERIDAS DE CUALQUIER ÍNDOLE Y GRAVEDAD ADEMÁS DE PODER HACER QUE CREZCAN NUEVOS MIEMBROS SI ESTE NO SE PUEDE VOLVER A UNIR.
LICANTROPÍA HOMBRE OSO (Perdona?)
HECHIZOS: HASTA NIVEL 10
DETECCIÓN DE PLANTAS
CRECIMIENTO DE PLANTAS
CREAR COMIDA
LANZAMIENTO DE PIEDRAS
CONVOCAR ANIMALES
INVOCAR ANIMALES

Me lanzó un hechizo que ya me esperaba: PIEDRAS, que hacia que cayera sobre mi un ataque que consistía en lanzar todas las piedras que habían en metro y medio a su alrededor contra mi, pero usé un EMPUJÓN cuando llegaron a mi alcance y le devolví el ataque, cayendo al suelo sin sentido, la elfa me disparó, pero  PIEL DE PIEDRA hizo que su ataque fallara automáticamente.

El enano se lanzó contra mi después de desclavar la flecha con rabia, pero él era nivel 7 y yo era 18, así que lo desarmé con un giro de muñeca y lo tire al suelo mientras veía por el rabillo del ojo que Skan se plantaba delante de la elfa y simplemente lo miraba fijamente con los brazos cruzados.

¿Por que lo haces? -Escupió con rabia en enano-, son nuestros, esta misión la hemos cogido nosotros y nadie puede venir y quitarnos algo que es nuestro.

-Se han rendido, no digo que no sea vuestro derecho, pero si un enemigo se rinde, lo normal es darles cuartel o ¿ahora un enano tampoco sabe que es el honor?

Mientras hablaba, me di cuenta de que el druida se había levantado y me miraba fijamente con rabia.

-Skan, -añadí mientras no dejaba de mirarlo-, ¿tu sabes si las armas mágicas pueden matar a los licántropos?

Skan asintió sin comprender.
-Si, es lo único que lo daña cuando se transforman, ¿Por que lo preguntas?

-Solo por curiosidad -y sin decir nada saque mi arma y la inmolé en electricidad, lo que hizo que todos abrieran la boca sorprendidos y el druida se tranquilizara.

-¿Por que los defiendes? -preguntó Gloria intrigada, ella no sabia que yo me había hecho una promesa: la de no matar a ningún ser humano, enano, elfo o gnomo si no es que fuera realmente malvado y no sabía si los bandidos merecían morir.

-No los defiendo a ellos, se habían rendido y era de justicia dejarlos vivir, pero si sus crímenes son tan graves como para que deban morir yo mismo me ocupare de ellos -sinceramente esperaba no arrepentirme de mis palabras o no sabría que hacer.

-Mi señor -murmuró al que yo había salvado-, no somos malvados, nuestra aldea fue arrasado por un duque del rey, todas las casas destruidas y la gente secuestrada para que el noble investigara con ellos y todo por que mi hermano se negó a que su esposa se fuera con él debido al DERECHO DE PERNADA.

Una mujer, también vestida de negro se acercó a nosotros, era morena, con el pelo muy corto y con los ojos tristes, pero lo que mas nos llamó la atención fueron dos cicatrices, una en cada mejilla que iban desde su labio hasta su oreja y que le deformaban la cara de una forma atroz.

EL ELEGIDO... O NO.   (En Revisión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora