Cíclopes avergonzados

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Se giró a una velocidad endiablada y se abalanzó sobre mí mientras yo desenvainaba la daga de la elfa, esquivé por casualidad más que por habilidad un zarpazo que me habría arrancado la cabeza de cuajo y le clavé la daga de la elfa la cual rebotó inofensivamente sobre su piel.

El León se apartó a unos cinco metros de distancia y Rugió, de repente me SILENCIÓ, mi magia estaba bloqueada y me di cuenta de que se me habían olvidado las palabras de mando para activar a los Constructors y que mi equipo comenzaba a pesar más de la cuenta, hasta EJ estaba callado.

-Ahora lucharemos uno a uno y solo el mejor podrá colgar la piel del otro, aunque tú no eres Heracles.

Sonreí fingiendo un valor que no tenía, pero luego recordé lo que significaba Heracles: Regalo de Hera.

-Es cierto, yo no soy él, pero también soy un regalo -vi como fruncía el ceño extrañado, pero como no se acercó me fui quitando la armadura que también me pesaba, sin perderlo de vista-, soy un regalo para estas tierras para erradicar a Balthasar y sus secuaces, me trajo Iskendar, así que soy Iskendarcles .

-Pense que eras valiente, pero tienes miedo a que un héroe tan poderoso como Heracles te venza.

-Mas que el León de Medea creo que eres un León de Oz, te falta mucho valor.

El león sonrió. -poco sabes de mi, el señor al que sirvo me ha prometido que cuando renazca y no seamos necesarios, seremos devueltos a nuestros lugares de procedencia con el poder más que suficiente para vencerlos a todos.

Yo estaba asustado de verdad, si eso llegaba a pasar y Heracles (Hércules como nombre romano) era derrotado, el mundo no existiría tal y como yo lo conocía y no me podía ni imaginar que desastres podrían pasar en La Tierra.

-Dejémonos de tonterías -rugió el leon arrojándose sobre mi a una velocidad endiablada, pero esta vez yo estaba preparado y pude escribarlo fácilmente dándole un puñetazo en el costado que le hizo rugir de dolor como yo esperaba, las armas de corte no hacían ningún efecto sobre el, pero las contundentes le harían daño debido a su piel ya que era tan resistente que lo hacían mis golpes eran dañar los órganos internos, así pues, mi intención era derrotarlo a puñetazos.

El león rugió de nuevo y esta vez me tiró al suelo con un golpe de viento y se lanzó sobre mi, pero se equivocó cuando intento morderme ya que abrió demasiado la boca y yo aproveché para pegarle un puñetazo en el paladar haciéndolo retroceder de un salto mientras gruñía de dolor.

Llevábamos luchando durante varios minutos y yo había sufrido varias heridas leves de sus garras mientras que mis golpes causaban menos daño de lo que yo creia, uno de sus ataques me había dejado una herida de cuatro líneas paralelas en el pecho de muy poca profundidad, pero que aún así dolía como si me hubiera atravesado el pecho, por suerte había podido esquivar cada uno de esos mordiscos, si no, posiblemente yo ya estaría muerto.

Después de darle un puñetazo en la cabeza que lo atontó un poco me lance sobre él, pero antes de poder golpearlo se aparto de un salto y se alejo a 15 metros dando vueltas a mi alrededor mientras buscaba una brecha en mi defensa para matarme como un cazador que sabe a su presa indefensa, pero está presa tenía dientes y sin dejar de míralo fijamente me acerqué lentamente a donde estaban mis cosas y cogi una pocion de curación antes de que león pudiera hacer su movimiento, tomandomela rápidamente con lo que todas las heridas que me había hecho con sus garras estaban cerradas y todo el daño que había recibido había sido curado mientras el león que no comprendía que había pasado me miraba extrañado, busqué lo que pareciera ser una poción de velocidad ya que de fuerza estábamos más o menos igualados, pero me ganaba en velocidad y sólo era cuestión de tiempo que me venciera y de esa forma tenía una posibilidad de vencerlo porque yo ya me estaba cansado y a él se le veía más fresco que una rosa y también recogí la daga de la elfa.

EL ELEGIDO... O NO.   (En Revisión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora