Drows

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Los drows me habían rodeado, casi todos sobre nivel 20, y antes de que pudiera moverme, lanzaron sobre mi un FUEGO ILUSORIO, lo cual significaba que, si intentaba hacerme invisible y salir corriendo, sabrían dónde estaba en todo momento y no saldría vivo de allí, así que de momento me quedé quietecito y sin respirar a la espera de sus movimientos, pero a lo mejor un saltar hacia arriba y un volar me daba una pequeña posibilidad de salir vivo de allí, mientras que mantenía una mano en el bolsillo agarrando un Peón.

De repente, se abrio un pasillo entre los drows y escoltada por cuatro drows de nivel 25 con cota de mallas negra y un par de espadas a la espalda capaces de cortar metal como si fuera mantequilla, apareció una sacerdotisa cuyo andar solamente podía ser descrito como majestuoso, pero lo más extraño es que la túnica en la sacerdotisa era blanco, un blanco puro e inmaculado que me extrañó muchísimo, nunca hubiera pensado yo que un drow llevará esas ropas.

-¿Cuál es la razón para que un aventurero invada nuestras tierras? Está prohibido pasar el Stix por aquí.

-Está prohibido y todo aquel que lo haga está condenado a muerte, así que dame una buena razón para que no te matemos al instante a una simple orden mia -añadió la drow levantando una mano con el dedo índice extendido.

-No soy de estas tierras, no sabía que pasar por aquí es sinónimo de muerte, mi única intención es llegar hasta la ciudad de los enanos y entrar en la TORRE, esa es mi única intención, sé que no es de vuestro agrado, pero mi intención es destruir la TORRE e impedir el resurgir de Balthasar.

Los drows comenzaron a reírse mientras me señalaban con el dedo de forma despectiva y burlona mientras la sacerdotisa enarcaba una ceja sorprendida.

-¿Y que hace creer que si te dejamos pasar podrías destruir la TORRE? -pregunto intrigada la sacerdotisa drow

Yo sonreí de forma irónica, al menos no me iban a matar por decir la verdad, así que por qué no seguir diciéndola.

-Por que ya he destruido una.

De repente todas las risas se acallaron y me miraron como si me hubieran visto por primera vez y algunos de ellos dieron un paso atrás.

-¿Y porqué deberíamos creerte y que nos dice que no eres otro simple aventurero que intenta llegar a la torre para destruirla para conseguir gloria y fortuna y lo único que va a conseguir es qué su alma sea absorbida por los demonios que la protegen y que sirva para dar más fuerza a Balthasar, al demonio, y que se despierte antes de tiempo y destruya Thule

El drow que había hablado me sonaba lo había visto en otro lugar antes de aqui, pero no estaba seguro de que, mientras que mi alrededor, los murmullos y las miradas de reproche subían en fuerza, así que sin decir nada, saqué de la mochila, con muchísimo cuidado de no hacer movimientos bruscos la piedra más grande que me quedaba de las que había cogido de la TORRE y se la arrojé al drow que la cogió con una mano visiblemente aturdido, pero sin decir nada se la mostró a la sacerdotisa que me miró con una sonrisa extraña y ordenó a sus hombres que bajarán las armas.

-Bienvenido a nuestras tierras, aventurero, acompáñanos por favor a nuestra ciudad, allí descansarás y te repondras de tu largo viaje y hablaremos del legado del gran archimago Iskendar.

De repente, uno de los jinetes de lagarto, salió corriendo con la piedra que les había dado, a una orden casi imperceptible del drow, mientras que el resto se colocaba al lado de la sacerdotisa como si fuera una barrera y me indicó con un leve movimiento de su mano que me colocará a su lado, a la vez que el drow se colocaba detrás de nosotros.

Yo estaba caminando tranquilamente a su lado, pero puse mi mano en el bolsillo dónde había uno de los nuevos peones de nivel 25, había una cosa que no que no me olia bien y simplemente era la sacerdotisa, que era de 30. Me gustaría saber cómo alguien tan poderoso estaba simplemente en el campo cuando un vulgar aventurero llego a sus tierras.

Llegamos, después de dos horas a una enorme ciudad en medio de ninguna parte, sus edificios, incluso desde casi el kilómetro de distancia al que aún nos encontrábamos eran simplemente titanicos, sus murallas, de casi treinta metros de altura lanzaban destellos negros desde la distancia, cuando me hacerme más parecían ser de mármol negro.

Altas torres de vigilancia la salpicaban cada veinte metros y varios wiverns, como el que ví el primer día sobrevolaban la ciudad, con una pareja de drows en cada uno.

Los edificios dentro de la muralla también de mármol negro, altos de más de 50 metros de altura, pero lo más impresionante era una torre que se alzaba en pleno centro de la ciudad de más de 200 metros de altura que refulgia con los rayos de sol.

Los soldados nos van directamente a esa torrqe mientras que la población me miraba fijamente con cara de sorpresa, no sabía cuando era la última vez que alguien no Drow había atravesado las murallas.

Yo sin saber que hacer ni qué pensar, estaba convencido que si dentro de la torre tenían intenciones hostiles hacia mí no saldría vivo aunque sacará todas los piezas.

Entramos y simplemente el interior era algo asombroso, Miles de piedras preciosas reflejaban la luz del sol dándole una apariencia asombrosa pero la sacerdotisa no se detuvo ahí y me llevó hacia el fondo de la catedral que es lo que me explicaron que era, una catedral para la gloria de la gran diosa Lolth.

El lugar al que me llevo estaba a oscuras y la puerta parecía ser una serie de telarañas entrelazadas, no sé por qué pero ya me parecía a mí que algo así habría en un lugar como este: mucha luz mucha iluminación, pero toda luz tiene su parte de oscuridad y sentía una presencia poderosa emanando a través de la puerta me quede mirando a la sacerdotisa que asintió en silencio y después de tragar de forma ostensible y ruidosa entre dentro con una mano en el bolsillo y la otra en la empuñadura de EJ el cual me decía que simplemente saliera corriendo y sin mirar atras.

Tan pronto entre se cerró una puerta de forma silenciosa detrás de mí y pequeñas antorchas comenzaron a encenderse solas en la pared y el techo iluminando tenuemente la bóveda llena de piedras simulando ser el cielo estrellado y extrañamente algunas constelaciones eran de La Tierra.

Reconocí Casiopea, La Osa Mayor y Orión y además al hacer la tangente de Casiopea y La Osa encontré la Estrella Polar, al igual que en La Tierra, pero muchas otras me eran desconocidas.

Me fuí adentrando poco a poco hacia el interior de la sala.

Al fondo ví una representación gigantesca de una draraña en el techo pintada con colores vivos que reflejaban la poca luz de las antorchas  dando la sensación de que se movía mientras que yo me acercaba y estaba pintada con tanto realismo que parecía que sus ojos me seguían a cada paso que daba, mientras que EJ parecía temblar en mi mano, no me atrevía a desenvainarla, pero mi mano estaba en su empuñadura por si acaso.

Me acercaba hacia el fondo donde parecía haber un trono plateado, pero lo más extraño es que sentada allí parecía haber una estatua de alabastro brillante de una Drow, pero lo más extraño es que era la estatua de una anciana drow, jamás hubiera pensado que una drow pudiera envejecer.

Cada vez me fiaba menos, pero algo me decía que debía acercarme a la estatua, algo que tiraba de mi hacia allí, pero mientras me acercaba, fui dejando caer Peones, nunca estaba de más ser precavido.

Al final llegué hasta el primer escalón que llevaba hasta el trono, pero no me atreví a subirlos, en cambio MIRÉ desde allí a la estatua, pero no me dijo nada, siquiera de que material estaba hecho, cuando de repente, la estatua comenzó a resquebrajarse hasta romperse en miles de pequeñas partículas de polvo que ascendieron hacia el techo y salieron por un pequeño agujero que no había visto.

De repente, percibí un movimiento por el rabillo del ojo y al poner de nuevo la vista sobre el trono ví a la elfa más hermosa que había visto jamás, su oscuro rostro hacia resplandecer aún más sus ojos y su largo pelo blanco rodeaba su cara ovalada.

Y su túnica blanca cubría su piel solo lo justo, encima de ella llevaba otra túnica, está de tul transparente que acentuaba las curvas de su cuerpo lo cuál hizo que el mío se revolucionará y no poco.

-Saludos, Unnak, Heredero del gran Iskendar y elegido por él para salvar a Thule. Bienvenido a Darkcastle, hogar de los elfos oscuros y también su tumba. -comentó con una sonrisa triste mientras se levantaba del trono y bajaba lentamente del trono.

EL ELEGIDO... O NO.   (En Revisión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora