¡PUFF! ¡ELFOS!

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En la parte de la amura del barco, tres elfos me observaban con curiosidad y con cierto desden, al menos uno de ellos, el que parecía el jefe de los tres, un guerrero con una armadura completa y un par de espadas cruzadas a la espalda, moreno, con el pelo muy corto, a su lado había lo que, por su túnica, parecía ser una maga con el pelo largo casi blanco de lo rubio que era y largo recogido con un coleta; al otro lado un elfo oscuro, con la tez negra y el pelo completamente blanco, pero eso no me cuadraba, siempre creí que eran enemigos mortales, armado con un arco corto y un par de dagas.

-¿Sera este el elegido? pregunto con una voz suave y aterciopelada la maga a sus compañeros, lo cual hizo que mi mandíbula se abriera de la impresión: había comprendido lo que había dicho.

-¿Este el elegido? -murmuró con desden y prepotencia el guerrero-, no ves que es poco mas que un despojo, creo que tu maestro, el archimago, esta senil y se le va la cabeza con la edad, ¡vámonos.!

A mi me hervia la sangre, llevaba días luchando por sobrevivir aquí y ahora este elfo me llamaba despojo.

-EH, OREJAS PICUDAS -grite lo mas alto que pude-, DESPOJO SERAS TU!

El elfo saltó del barco y aterrizó levemente, levitando hasta el suelo, lo cual me hizo tragar saliva de un modo claramente visible, mi bocaza me había metido en un lío, pero no me acobarde y empuñe con fuerza el "martillo", cuando de repente, algo cayó entre mis piernas, al agachar la mirada vi una daga de acero.

Tanto el elfo como yo volvimos la mirada al barco, sorprendidos, el drow sonreía con un rictus de ironía y la elfa asintió en silencio.

Recogí la daga y la sopesé, era ligera y muy bonita, larga como un estilete, y en la empuñadura brillaban varias gemas que no supe reconocer.

-Bien -murmure-, vamos a ...... -pero antes de que pudiera acabar de hablar, en un parpadeo, el elfo recorrió los quince metros que lo separaban de mi y me dio un golpe con la palma abierta en el pecho Mandándome volando a seis metros de distancia, donde aterrice con un golpe seco, por suerte la hierba alta paró la mayor parte del golpe, aun así y aunque no tenia nada roto casi no podía mantenerme en pie.

El elfo sonreía con desden mal disimulado, mire hacia la borda, levantándome lentamente mientras el mundo giraba a mi alrededor sin dejar de apretar la daga, el drow me miró y durante un segundo me pareció que me demostró respeto, pero luego volvió a mostrar una cara inexpresiva, en cambio la elfa parecía estar asustada y negó varias veces con la cabeza, indicándome que no me levantara, pero lo hice.

Tan pronto me puse en pie, el guerrero volvió a atacarme y esta vez no pude levantarme y mientras caía en la inconsciencia escuché a la maga decir con un tono altanero que no quería la daga, que yo la había tocado con mis indignas manos y la había corrompido, pero antes de caer vi sus ojos y reflejaban solo pena.

No se el tiempo que estuve inconsciente, pero era de noche y me intente incorporar asustado por que estaba a la intemperie y no sabia que podría haber allí, me apoye en una roca y me levante aun medio aturdido, no se quienes eran esos tipos, pero no me gustaba nada como se había comportado conmigo su jefe, cuando me di cuenta de que seguía empuñando la daga y Sonreí. una daga de acero me daba muchas mas posibilidades de sobrevivir allí, no solo por que era un arma mucho mas eficaz para defenderme, podía incluso hacer fuego con ella usándola como si fuera una especie de chisquero y muchos usos mas que se me ocurrían, cuando jugando con ella tirándola y cogiéndola de la empuñadura falle y dio en una roca "que bien" pensé, la daga a la mierd... pero cuando mire vi que la punta se había clavado en la roca y ahí se había quedado, clavada.

Mis ojos se abrieron como platos al desclavarla y ver que no tenia ni una muesca, estaba intacta e impoluta; aun no sabia por que había llegado a este mundo, pero ya tenia una misión: hacerme lo suficiente poderoso para devolverle la daga a la elfa después de clavársela al elfo en uno de sus "tres" ojos.

De repente, mientras yo seguía jugando con mi juguete nuevo, un enorme jabalí, que al parecer iba al río a beber, se cruzo en mi camino y en cuanto me vio se lanzo a la carga a por mi, pesaría unos cincuenta kilos, pero sus colmillos eran mas que suficientes para destriparme y no podía huir, ya que era mucho mas rápido que yo, así que solo podía hacer una cosa: atacar.

Cogí la daga con una mano y el martillo con la otra y me lancé a la carga, debía evitar que pudiera coger toda la velocidad para poder esquivarlo, cuando estaba a punto de golpearme, me pare en seco y salte por encima, pero me rozo con el colmillo, haciéndome una herida superficial en la pierna, mientras que yo le daba un golpe en la cabeza con el martillo que se deshizo cayendo la piedra por un lado y mi animo por otro.

Caí al suelo y me levante rápidamente, ya estaba sudando, no estaba hecho para esto: el jabalí sacudió la cabeza y se giro hacia mi, con los ojos inyectados en sangre y con intención asesina, yo retrocedí lentamente hasta que tope con una piedra mas alta que yo que no me dejo continuar y ahí me quede, asustado mientras el jabalí volvía a la carga, pero cuando estaba a punto de engancharme con sus colmillos, me aparte de golpe y el jabalí golpeó en la roca y perdió el conocimiento, yo no perdí la oportunidad y de un golpe seco le corte el cuello, matándolo.

Me senté al lado de la piedra recuperando el resuello, después encendí un fuego e hice varias fogatas a mi alrededor para impedir que se acercaran carroñeros y con mucho cuidado, le quite la piel al jabalí, y la puse encima de la roca, para que se secara, un jabalí era demasiado para mi y yo no pensaba destriparlo así que simplemente, le corte un jamón, los dos colmillos que median unos quince centímetros y la piel, apague a conciencia las hogueras y me aleje de allí, a sabiendas de que nada se iba a desaprovechar, la naturaleza se ocuparía de él.

A la mañana siguiente sonreí, mi suerte había cambiado al menos eso pensaba yo, volví a encender un fuego y después de hacerme una buena loncha de cerdo a la brasa de piedra y poner a ahumar el resto, lave mi ropa en el río lo cual le hacia muchísima falta, y mientras se secaba, me tumbe encima de la piel del jabalí.

Me aleje del río, buscando algo para poder defenderme si me atacaban, cuando vi los que parecían ser alcornoques y lo tuve claro, con un par de piedras, ya que no sabia si la daga se rompería, corte un par de trozos de la corteza de apenas un palmo de largo y unos diez centímetros de ancho, los cuales y debido a su curva natural, fueron perfectos para, con dos tiras finas de la piel del jabalí, construirme unos brazales rudimentarios y atarlos por encima de la chaqueta, tenían un grosor de unos cuatro centímetros y con eso estaba protegido de los mordiscos y las garras de los goblins, así que imaginad la pinta de un cuarentón vestido con un traje marrón, una daga de acero, dos brazales de corteza de árbol, portando un hatillo hecho con una rama y una piel de jabalí... lamentable.

Seguía el camino del río, pensando que no debería tardar mucho en encontrar una aldea cuando  cuando, al girar un recodo, me encontré cara a cara con dos goblins tan sorprendidos como yo, solté de golpe todas mis cosas y antes de que pudieran hacer nada, le clave a uno la daga en el corazón, el otro se abalanzó sobre mi con las garras hacia mi y los ojos llenos de furia y odio, pero retrocedí de un salto, esquivándolo a duras penas y sin dejar que volviera a atacarme, contraataque, atravesándole el cuello.

En el momento que la adrenalina dejo de hacer su efecto, empecé a temblar como un flan, pero no podía perder tiempo y me aleje, si habían dos, habrían mas y no quería saber cuantos eran esos "mas", creí que no llevarían nada interesante, pero vi que portaban varias calabazas huecas, al parecer habían bajado al río a recoger agua así que cogí yo dos y me aleje rápidamente de allí.

Había caminado apenas un centenar de metros, cuando todo se hizo negro a mi alrededor y escuche una voz malhumorada en mi cabeza que decía -¿QUIEN ERES TU!?




EL ELEGIDO... O NO.   (En Revisión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora