LA TORRE 11ª parte

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Me deshice de la armadura y del escudo, eran mas una molestia que otra cosa si la magia no funcionaba, quedándome solo con un pantalón marrón y una casaca negra, en cambio cogí la espada, la daga y el arco, no eran mágicos, pero menos daba una piedra y después de tranquilizar a Bowi dándole un beso en la frente, me adentré en la jungla, probando además si la magia funcionaba, pero tampoco funcionaba así que estaba doblemente jod/ido.

Si tenia que decir la verdad no tenia ni las mas mínima idea de como salir de aquí y ni siquiera si saldría, pero no estaba solo, así que no podía rendirme, decidí volver atrás y abrí la mochila sacando la capa negra y me cubrí con ella, no me daba nada habilidad especial y tampoco era mágica, pero al menos estaría mas tapado y camuflado, mis habilidades de ocultación eran poco mas que normales, pero por lo que pude ver que las escamas de Medusa brillaban cuando nos tuvo a su merced , así que seria fácil detectarla o al menos eso pensaba.

Llevaba unas tres horas cuando de repente, algo, una sensación extraña que me erizó el pelo e hizo que un escalofrío me subiera por la espalda, me dijo que me tirara al suelo y sin pensar lo hice, un segundo después, una flecha se clavó en el lugar en el que estaba mi cabeza y escuché sisear a unas cuantas serpientes, rápidamente y a cuatro patas me aleje lo que pude, escondiéndome detrás del tronco de una palmera.

Después de eso, asomé la cabeza con mucho cuidado, pero allí ya no había nadie y de repente, los pájaros comenzaron de nuevo a cantar y ahí es cuando recordé lo que había pasado cuando llegamos al piso y las aves miraron hacia el lugar en el que había estado la Medusa, si no me equivocaba de esa forma podría detectarla, pero vencerla seria algo mas difícil que eso, debía encontrar o un lugar mas alto o un lugar sin vegetación, pero no había encontrado un lugar así, así que solo había una cosa que podía hacer o al menos la única cosa que se me ocurrió y, sin dejar de vigilar a los alrededores, encendí un fuego y prendí fuego a la selva, me dolía, pero aunque habían pájaros, ellos podían volar y alejarse del incendio, esperaba que el resto de animales pudieran huir a tiempo, no sabia cuanto se propagaría, pero esperaba que no fuera mucho, en la selva había mucha humedad así que estaba casi convencido que no se propagara mucho ya tenia la trampa preparada así que respiré hondo y grité.                                                                                                                    -¡A TU AMOR NO CREO QUE LE GUSTE SI SE QUEMA SU JUNGLA!

Después de ello, me subí a un árbol, cubriéndome con la capa negra para que no se me viera y espere pacientemente a que ella llegara, además no tenia muchas flechas, apenas media docena y las necesitaba todas.

no tardó mucho en llegar, buscándome alrededor, pero la capa y las luces y sombras del incendio le impidieron verme y muy, pero que muy, despacio estiré de la cuerda del arco mientras que mantenía la respiración y la solté mientras soltaba el aire, apuntaba a su pecho, pero en el ultimo segundo, se apartó y la flecha se le clavó en el hombro.

-¡Maldito! -gritó Medusa mientras se arrancaba la flecha con un gesto de dolor y se alejaba de allí.

Bajé rápidamente y la seguí, pero la perdí en la jungla, intente buscarla de nuevo, pero me fue imposible encontrarla y cuando me iba a dar la vuelta, noté un golpe en la frente y algo que goteaba por mi cara, cuando lo toque vi que era un liquido verde cuya textura era similar a la sangre y  rápidamente me tiré al suelo y rodé como un gusano intentando que de esa forma fallara si decidía disparar y así fue, una flecha se clavó apenas a unos centímetros de donde yo estaba, tan pronto se clavó me puse de pie y desclavando la flecha que ella me había lanzado, la disparé al lugar donde yo sabia que estaba ella, ya que la luz del sol se reflejaba en sus escamas, clavándose profundamente en su pecho y haciéndola caer al suelo con un fuerte golpe y dejándola inconsciente, cosa que aproveche para, rápidamente, cortarle el cuello y una sonrisa irónica se cruzó por mi cara al ver su cabeza cercenada.

La verdad es que había sido demasiado fácil vencerla, como si estuviera oxidada y falta de entrenamiento, ya que, como ella misma había dicho, nadie había llegado hasta ella en casi tres mil años. Al llegar hasta la niña la vi sentada en medio de todos los constructors, protegiéndola y sonreí, tan pronto me vio llegar, se lanzó a mi cuello y casi me derribó al suelo, llorando en mi hombro.

Decidimos dormir allí y luego seguir subiendo, solo quedaban cuatro pisos, pero no me importaban, si la Medusa estaba desentrenada, el resto estaría igual, así que no tenia ningún miedo acerca de las bestias que salieran a partir de allí.
No me equivoqué y aunque las criaturas eran poderosas, se veían desentrenadas y mal preparadas.

El piso 17  resulto ser un desierto helado, donde la temperatura de día era de -10° podían llegar a -40º grados por la noche, pero por suerte, entre mi armadura y mi resistencia al frío pude soportarlo muy bien, Bowi no tenia esa defensa, así que se ella normalmente iba tapada con todas las pieles que tenia, además la tienda de campaña impedía que el frío entrara y cada vez que había una tormenta de nieve y viento, lo cual era varias veces al día, la montábamos y nos metíamos dentro, ya que además, por muy fuerte que soplara el viento, la tormenta, por muy fuerte que fuera, no podía moverla.
Nuestros enemigos de esa planta eran gusanos de hielo: criaturas de doce metros de largo y cinco de grosor, con cientos de pequeñas patitas y que además lanzaban fuego por la boca, al estilo de los dragones; también habían sabuesos de céfiro de hielo que lanzaba alientos de hielo y el jefe de planta resulto ser un yeti gigante de nivel 18, lo cual era un poco decepcionante, ya que yo era varios niveles mas que el y aunque era muy fuerte era muy lento.

El nivel 18 era un volcán que parecía estar a punto de entrar en erupción, pero aparte de eso no había ningún problemas ya que las criaturas eran sabuesos de céfiro como los del piso anterior, pero el aliento era de fuego, en cuanto al jefe de planta que era el que guardaba el paso al piso superior resulto ser un cancerbero también de nivel 18, tenia tres cabezas, si, y era mas grande que yo también y mas rápido, pero la diferencia entre él y yo fueron los hechizos y aunque recibí algunos mordiscos, no fueron graves y pronto acabé con él.

El nivel 19 resultó ser una montaña que parecía no tener fin, pero al parecer en lo alto de la cima se encontraba el portal para el siguiente y ultimo piso, así que me dirigí hacia arriba mientras que Bowi estaba a mi lado convertida en un sabueso de céfiro de fuego y la verdad es que me ayudó bastante, los adversarios aquí eran unos osos cavernarios de casi cuatro metros de altura cuando se alzaban sobre sus dos patas, pero ahí estaba su fallo, digamos que su parte mas sensible quedaba a la altura de mi espada, se que no es una forma honorable de luchar, pero el honor no gana batallas, así que podía vencerlos sin mucha dificultad. El jefe de ese piso resultó ser un enorme wivern de nivel 20 y casi me dio pena tener que matarlo, pero aunque fuera mi animal mitológico favorito era el o yo.
Alcé el vuelo y me dirigí directamente a por él, atacando a fondo una de sus alas antes de que él me atravesara con su aguijón venenoso.
Cayó desde unos doce metros de altura estrellándose con un fuerte golpe en el suelo y antes de que pudiera moverse le corté el cuello de un tajo limpio.

Solo quedaba un piso y ya estaría, no quedaba nada, llevaba casi un mes allí dentro y tenia una ganas enormes de salir de allí y saber que había pasado con el resto del grupo.
Había decidido no usar a los constructors desde que vencí a la medusa, había descubierto no era mas tonto por que no me entrenaba, resulta, y aunque fuera lógico yo no me di cuenta, que de todos los enemigos que ellos mataban yo no recibía ni medio punto de experiencia.

Así que con paso firme y decidido subimos al piso de arriba, sin sospechar todo lo que iba a descubrir allí.



EL ELEGIDO... O NO.   (En Revisión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora