Capítulo 2

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Capítulo 2.
Grace Asghari.
Mi viaje.




Llegar a las Vegas ha sido relajante.
Estoy en la piscina del hotel tomando el sol mientras mi papá se reúne con viejos amigos empresarios, estar rodeados de ellos no sería divertido.

Así que aprovecho este momento para tomar algo de sol.

Una sombra me tapa la luz, quito mis lentes y observó a un mesero con una margarita la cual coloca en la pequeña mesa que se encuentra a mi lado.

──Yo no pedí eso. ──digo.

──Se lo envía el caballero que se encuentra en la barra. ──susurra para hacerme desviar la mirada.

¡Mierda!

¡Santa mierda!

Es… un condenado sueño húmedo, corpulento, musculoso tanto que me siento diminuta y estoy lejos de él, cabello oscuro al igual que sus ojos, tiene un pequeño aire latino pero… su semblante es lo que me deja con la boca seca.

──Regrésalo, no lo quiero. ──ordeno colocándome mis lentes para poder verlo sin descaro.

──Como guste.

──Dile que no acepto bebidas de desconocidos.

¡Rayos!

Sonríe en la distancia mostrando su perfecta sonrisa blanca.

Sexo…

La voz de Vivika resuena en mi mente.

──¡Mierda! Ni en la distancia me deja quieta. ──gruño para mí.

Intento relajarme pero siento que soy vigilada y observada con demasiado énfasis, cierro mis ojos evitando darle cabida a la voz de Vivika en mi mente pareciera que me hiciera un lavado cerebral.

Tal vez, si.

Solo necesito sexo… mucho sexo.

──Ya que no aceptas bebidas de desconocidos, pensé en venir a presentarme. ──me giro a verlo y siento que el corazón está por salirse de mi pecho.

Su voz ronca, sexy con un leve acento me hacen temblar.

──No estoy interesada. ──digo haciendo que su sonrisa se marque.

Rayos…

──Mientes… ──susurra inclinándose un poco hacia mí. ──. Quieres conocerme… puedo verlo aunque lleves esos lentes oscuros qué crees que ocultan tu mirada recorriendo mi cuerpo.

──Ya lo sabía… eres de esos que se creen que tienen a todas las mujeres babeando por ellos. ──gruño tomando mi toalla para ser sujetada por el.

Su mano se aferra a mi muñeca con delicadeza…

──No necesito tener a todas babeando, en este instante solo quiero a una y la tengo. ──dice con un tono tan soberbio que me quema la piel. ──. Soy Bharet Mustly…

──Y a mi eso me importa un carajo. ──digo alejándome de él.

Tomo mis cosas y salgo huyendo del lugar, siento su mirada recorrer mi cuerpo pero se queda sentando con esa estúpida sonrisa que acentúa sus rasgos.

Entro al hotel para conseguirme a mi papá conversando con sus amigos, también huyó del él para ir a mi habitación siento mi cuerpo arder…
Maldito idiota.

Me coloco mi vestido de playa para entrar al elevador, presionó el botón y lo veo mirarme con una gran sonrisa divertida, me lanza un beso y siento que voy a arder de la rabia.

¡Engreído de mierda!

En cuanto llegó al piso donde me hospedo salgo caminando rápido hacia mí habitación y entró a ella como si fuese perseguida por un fantasma y obvio no es así.

Estoy sola… en mi habitación. Observó todo a mi alrededor y mi equipaje está abierto mostrando mi consolador púrpura, se muestra como si pudiese atención… o acción.

Cada segundo que pasa me doy cuenta que sí, necesito acción…

¿Cómo un hombre como él me hizo sentir tan caliente siendo tan arrogante?

Me quito mi vestido de playa para dejarlo caer a mis pies, y con cada paso que doy hacia mi cama una pieza cae… cuando llego a ella estoy completamente desnuda y con el aparato púrpura en mis manos.

Necesito un orgasmo.

Me recuesto en la fina tela que acaricia mi piel sensible, esa piel que necesita el tacto de y el calor de otra persona, paseo por mis muslos internos el apartó que ya empieza vibrar en su segunda velocidad… el cosquilleo que se instala en mi centro anticipa lo que sucederá y me humedece tanto que siento mis labios fríos… y llenos de fluidos, aunque mi cuerpo emane calor.

Acarició mis labios mayores con el consolador y cierro los ojos con fuerza haciendo que su mirada intensa aparezca en mi mente, su mirada oscura… su voz ronca y esa arrogancia de mierda que aunque no lo admita me excita, me excita tanto que dejó de estimularme para meter el aparato de golpe… aumentando su velocidad.

Lo saco y lo meto con unos movimientos lentos pero concisos, imaginando que ese extraño y arrogante me hace suya a un ritmo pecaminoso…

──Dios… ──jadeo, mientras estímulo con mimo mi clítoris.

Necesito un maldito orgasmo y sí, necesito sexo…

Sexo real, crudo y puro.

Necesito las manos de un hombre tocando mi piel, mientras se entierra en mí y jadea en mi oído lo rico que se siente meterse en mis piernas, en mi sexo…

Su nombre resuena en mi mente… Bharet Mustly y explotó en un potente orgasmo.

Intento recuperar mi respiración y calmar mi cuerpo de las sacudidas, saco el aparato de mi vagina y lo dejó a un lado para escuchar unos golpes en mi puerta.

──¿Grace? ¿Todo bien? ──mi papá.

¡Mierda!

Me levanto de golpe y me pongo lo primero que consigo encima y corro lanzando mi consolador a la maleta, para abrir la puerta totalmente sonrojada y agitada.

──Hola… ──digo viendo en sus ojos preocupación.

──¿Todo bien? Escuche…

¡Mierda!

Me escucho gritar…

──Si, me golpee el dedo del pie con la cama, nada del otro mundo. ──digo.

──¡Oh! Eso duele… Bueno, cariño está noche comienza la conferencia, vendré por ti a las 7. Viste elegante. ──asiento, se despide de mi para irse a  su habitación.

Me quedo observando como se marcha para conseguirme con él… y con su mirada, me sonríe en la distancia y guiña un ojo mientras me recorre el cuerpo.

¡Mierda!

Me tapo lo más que puedo y entró a mi habitación. Ahora me lo voy a conseguir hasta en la sopa, ya lo vi todo…



****


Un vestido verde oliva largo cubre mi cuerpo, cepillo mi cabello largo y salgo de mi habitación para ver a mi papá en un traje de tres piezas que por supuesto fue escogido por mamá.

──¿Mamá te vistió, verdad? ──pregunto para verlo sonreír de oreja a oreja.

──Si, tiene 26 años haciéndolo, pero tú estás bellísima hija… te ves muy hermosa, seré un papá celoso. ──me río dejando un beso en su mejilla.

──No es necesario, sabes que nadie se me acerca por lo amargada que soy. ──bromeo.

──Cariño, tienes que ser más flexible… ──susurra. ──. Quiero verte sonreír… y espero que lo logres en este viaje.

──Papá, la felicidad es solo un estado de ánimo… así que vámonos.

Me extiende su mano y nos vamos…

Bajamos hasta el gran salón de convenciones que tiene el hotel, mesas y música a todo volumen, una gran tarima al final del salón en donde se hace la inauguración del evento, me siento junto a mí papá y sus amigos, revisa su teléfono a cada instante intercambiando mensajes con mamá.

No se hayan el uno sin el otro, me encanta la manera en la que se aman.
Es bonito ver que el amor real existe y lo he visto en ellos todos los días de mi vida.

──Ella debería estar durmiendo… ──digo para verlo sonreír.

Tenemos de diferencia 19 horas… mientras allá son la 1 de mañana del viernes acá son las 8 de la noche del sábado…

──Si, y a mi me costará dormir sin ella, entre jet lag, y su ausencia… será terrible mi noche.

──Papá, eres demasiado… ──susurro dejando un beso en su mejilla un acto que lo toma por sorpresa y que lo hace sonreír.

──Ustedes me hacen ser demasiado, ahora ve a caminar y socializa, conoce a los jóvenes empresarios y tráelos a la empresa familiar, es tu momento de lucirte. Hazlo. ──me incita.

Me levanto y comienzo a andar, no es fácil para mí socializar por mí forma de ser, suelo no caer bien a la primera… pero logró poco a poco acercarme a un grupo de empresarios que han empezado sus inversiones y quieren hacerlo a nivel internacional.

──Nuestro socio mayoritario está por llegar… ──dice uno de los hombres que intenta mostrarse afectuoso, es más que evidente que le gusto.

──¿A qué edad comenzaron? ──pregunto llevando la copa de champagne a mis labios.

──a los 23 años… Bharet es el mayor de todos, el quiere irse a Australia. ──dice uno de ellos.

Tyler, Ryle y Bharet…

¡Bharet!

Ese nombre enciende mis alarmas, y un leve carraspeo en mi espalda me hace girar. Y aquí está frente a mí, el mismo engreído de mierda de la piscina.

──Buenas noches… imagino que ahora sí querrás hablar conmigo. ──dice con esa sonrisa que debe asegurarle muchas bragas mojadas.

──Prefiero lanzarme de un octavo piso. ──gruño haciendo que sus amigos abran sus ojos en demasía.

──Eres dura, y eso me gusta. ──dice divertido.

──Que lástima que tú a mí no me intereses ni un poquito. ──se acerca más a mí invadiendo mi espacio personal.
Sus amigos se marchan dejándonos  solos.

──Por eso fue que te masturbaste está tarde y gritaste mi nombre en pleno orgasmo. ──susurra muy cerca de mi oído.

Abro mis ojos en demasía, y siento como roza su nariz en mi oreja.

──¿Cómo? ──musito torpemente.

──Quiero escuchar esos gemidos en vivo… prometo que la experiencia será increíble. ──sentencia dejándome sin habla. ──. Además, estoy seguro de que lo necesitas, eres muy seria y estirada, mucho sexo te vendría bien. Necesitas relajarte, Grace… ──susurra mi nombre como si fuese un dulce.

¿Cómo sabe mi nombre?

¿Será amigo de Vika?

La mato.

──¡Eres un maldito engreído! ──gruño
Camino entre las personas, y tomo uno de los shot que lleva un camarero de golpe, y entró al elevador con la esperanza de huir del lugar.

Me mojé.

Mojé mis bragas, muevo mis piernas causando fricción en mi zona pélvica, lo necesito. Jadeo muy bajito y el calor en mi cuerpo se expande.

¡Mierda! Me gusta.

Las puertas no se terminan de cerrar por culpa de una mano que se lo impide.
Su cuerpo músculo entra en el pequeño espacio, una sonrisa lobuna se dibuja en sus labios.

──Déjame quitarte esas ganas. ──susurra, trago grueso viendo todo su cuerpo.

──Hazlo antes de que me arrepienta.


Grace AsghariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora