Capítulo 6

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Capítulo 6.
Grace Asghari.
Una semana.


Mi papá me observa de pies a cabeza buscando algo mal en mi cuerpo, algún cabello mal colocado pero no consigue nada.

──Me costo mucho entender que ya eres una mujer independiente, que vive sola y que está por graduarse, escuchar la voz de un hombre contestando el teléfono de mi hija Fue… ──se calla por un instante.

¡Mierda!

¡Mierda!

Y doble mierda…

──Lo siento papá, me quedé dormida. ──digo mientras caminamos hasta el restaurant a almorzar.

──¿Me dirás por lo menos quién es? ──pregunta.

──No necesitas saberlo, solo necesitas ver qué estoy bien y con todo mi cabello intacto. ──le sonrío tomándolo por sorpresa, asiente con una inmensa sonrisa.

──Me gusta esa sonrisa en tu rostro, no es fingida, es real… ──dice tomando mi mano.

──Papá… ──sentencio.

──Grace… ──imita mi tono haciéndome reír. ──. Eres joven y puedes… divertirte un poco, soltarte. Solo dime dónde y con quién estarás, ya me parezco a tu madre. ──susurra ayudándome a sentar.

Siempre caballero…

Mi papá es único.

Casi siento mi rostro hervir de vergüenza al verlo esperando fuera de mi habitación esperándome.

Si soy mayor de edad y vivo sola desde hace un par de años pero igual respeto a mi padre, y para el no fue nada fácil aceptar que su niña, que su pequeña Grace había crecido y tenía vida.
Bueno… tenía.

No se qué pasó, que todo de la noche a la mañana cambio, me volví sombría, callada, ajena…

Perdí ese toqué, esa chispa que te hace amar la vida y todo lo que te rodea.
Me perdí…

Y por estúpido que parezca, anoche en brazos del troglodita engreído de Bharet Mustly, me encontré por unos pequeños segundos.

Un leve carraspeo me hace elevar mi mirada para verlo sonriéndome con esa condenada seguridad y diversión que hace que su sonrisa sea perfecta.

¡Maldita sea!

Trágame tierra. 

Lo dije… tengo mala suerte.

Mi papá lo observa algo confundido y acepta su mano en cuanto se presenta y dice su nombre, eleva sus cejas y recuerda que el contesto mi teléfono, me observa de reojo y quiero morirme en este instante.

¡Dios! Esto no puede estarme pasando…

Desearía ser Vivika, tener su seguridad y importarme muy poco lo que piense el maldito mundo, pero… me importa lo que piense mi papá, y demasiado.

Y cuando el increíble Beethzart Asghari lo invita a almorzar con nosotros siento que ardo.

──Papá… debe estar ocupado. ──susurro, intentando que eso no suceda.

Solo fue una noche de sexo, y mi papá está tratando de emparejarme con él.

¿En serio?

──En realidad, sí. Estoy en una reunión en estos momentos, solo quería presentarme. ¿Grace? ¿Podemos hablar? ──Se gira a verme y me extiende su mano con esa sonrisa de niño malo que juro hizo que me mojara. ──. Fue un placer, no tardaremos mucho.

Soy guiada por él hasta las afueras del restaurant, sin ser soltada por su mano, mi cuerpo se calienta con su toque…

Mi mente recuerda sus besos, sus caricias, sus gemidos, su facciones mientras teníamos sexo. Su cuerpo sudado y esa piel bronceada mezclada con mi palidez, tiemblo de solo recordarlo.

¡Mierda!

Estoy excitada frente a él, mientras me pide una semana de sexo… y no solo eso, quiere mi equipaje en su habitación.

No seas Vivika… piensa con la cabeza, no con la vagina, Grace.

No seas Vivika.

No seas Vivika.

No seas Vivika.

¡Mierda!

¿A quien engaño?

Claro que seré Vivika.

Seré Vivika, haré que este orgullosa de mí.

Su cuerpo se pega al mío, y siento que el iris de sus ojos me hipnotiza… me descubro en ellos.

──No fue una vez… y lo sabes, Grace… no te hagas la dura, también quieres, deja de resistirte. ──susurro rozando su nariz con la mia. ──. Sexo… toda la semana, a la hora que quieras, muchos orgasmos. ──mis labios ahora buscan los suyos.

¿Qué estoy haciendo?

──Mas te vale darme muchos orgasmos, idiota. ──gruño soltándome de su agarre, tengo que huir… y rápido.

Estoy por dejar a mi papá solo en una mesa, para tener sexo en la entrada de un restaurant.

Me siento con torpeza en la mesa bajo la mirada azul cielo de mi padre, pasa sus manos por sus rizos llenos de cana y me sonríe haciendo que me sonroje más de lo que ya estoy.

──Grace…

──Papá, no. ──niego arreglando mi cabello.

──Te diré algo, solo una pequeña cosa. Cuando tenía tu edad, conocí a una pelirroja de ojos cafés que hizo que me descubriera, que mi identidad saliera a flote… el chico rebelde, me dediqué a vivir la vida con ella, y no me arrepiento de nada. Vivir un poco la vida, no hace daño. Eres adulta, y tienes una vida… no tengo y la verdad no quiero saber los detalles, pero disfruta de estos días, no te preocupes por mí. ──dice tomando su copa de vino. ──. Eso es trabajo de tu mamá…

Me río al escucharlo.

──Gracias. ──es lo único que digo con una amplia sonrisa y tomando su mano.

──Soy el mejor, ¿Verdad? ──ambos reímos. ──. Tienes que decirlo frente a Balthazart… por favor, quiero escucharlo gruñir.

Almorzamos conversando de lo que queremos en la empresa y lo que mencionaron los amigos de Bharet me gusta, me gusta mucho…

Es una idea innovadora, y llegaría a Australia por nuestra empresa.
Mi papá se encarga de invertir en empresas, lo hizo hace años con la empresa de mi abuelo y hoy él se encarga de ella, la ha ampliado de tal manera que tenemos sucursal de alimentos en todo el país.

El apellido Thompson o empresas L. Thompson es conocido en el país, gracias a mi papá y a mi abuelo. Un empresa que le quedó a mi mamá, luego de que mi abuelo falleció.

Fue duro verlo partir, y más para mamá… él hizo de todo por ella durante años, fue un papá ejemplar y soñado, su objetivo de vida fue darle todo a mamá, sobre todo salud.

Recordarlo es maravilloso.

Me tomo mi tiempo para arreglarme para la convención que está por comenzar, observó mi equipaje y esa pared que me distancia de él.

De esa chispa…

Vivir…

Solo es una semana, luego el vuelve a su vida y yo a la mía, y todo acaba.

Puedo permitirme eso, liberarme solo un poco.

Salgo de mi habitación para tocar su puerta, espero que esté aquí porque presiento que me voy a arrepentir sino está.

La puerta se abre y aparece sin camisa frente a mí, su mirada recorre todo mi cuerpo y sonríe al ver mi equipaje en el suelo.

──No hagas que me arrepienta. Te espero a las 7. ──digo, intentando alejarme pero me toma de la muñeca y me acerca a él.

Pega mi cuerpo a la puerta, y mis manos ansiosas viajan por su duro torso.

──Sera la mejor semana de nuestras vidas, te lo juro. ──susurra rozando sus labios con los míos, sonrió al escucharlo.

Eso es lo que quiero…

La mejor semana de mi vida.

Grace AsghariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora