Grace Asghari

Capítulo 18

Capítulo 18
Bharet Mustly.
Todo colapsa.

¿Miedo?
¿Qué sabes de eso?

Yo puedo decirte que el vacío que invade tu estómago te hace sentir en un precipicio, el corazón golpea tan fuerte tu pecho que puedes ver el movimiento, las manos tiemblan recordándote lo que sucede.

Tu mente vuela imaginándose escenario terroríficos.

La vida es un ciclo y aunque lo sabemos, cuando llega el momento quisieras que no fuese así, que la vida fuera eterna…
Deseas con tu alma prolongar los pequeños momento de felicidad que compartieron juntos, deseas regresar el tiempo y volver a ese instante donde muchas frases se quedaron en el aire.

Miedo a morir…

Miedo a perder a alguien.

Creo que es el peor sentimiento que existe, deseas con todo tu ser que todo sea una pesadilla, que nada sea real. Deseas con fervor abrir los ojos y ver que solo era un mal sueño…

Que era una muestra de lo que puedes llegara sentir… pero, adivina. No es así… todo es real, un día estamos sonriendo y hablando de la vida y al cabo de un par de minutos estás viendo cómo la vida de quien más ama se está apagando frente a ti, y sabes… no puedes hacer nada, no existe nada humanamente posible que puedas hacer para que ese hecho se detenga.

El chasqueo de los dedos aquí no funciona, los deseos de cumpleaños no son real, las estrellas fugaces no harán realidad lo que deseas… todo es real, y duele como la mierda.

Odias la vida.

Odias la muerte.

Odias tener miedo.

Odias el entorno, y lo injusto.

No es fácil aceptar algo que te niegas a vivir, estás solo rodeado de miedos y mucho dolor.

No piensas en nada, solo sufres por no poder hacer nada y la impotencia forma parte de tu ser. Reniegas de todo aquello a lo que en algún momento le tuviste fe y te hundes en un maldito hoyo oscuro y frío.

Odio mi vida en estos momentos.

Odio el maldito mundo.

Siempre fuimos ella y yo contra el mundo y hoy… mi fortaleza y mi razón de ser, se está marchitando… y yo no puedo hacer nada.

Mis lágrimas caen por mis mejillas, mientras ella lucha por respirar.

Démosle una muerte digna…

Esas palabras resuenan en mi cabeza, una y otra vez.

¿Cómo se puede dar algo así?

Ella no quería ser invadida, se negó… no quería más dolor, más estrés para su cuerpo, y aquí estoy sosteniendo su mano como cuando ella lo hacía para llevarme al colegio de pequeño haciéndome sentir seguro y con fuerza, intento mantener mis sentimientos a raya, pero, ¡Maldita sea! Es imposible.

Nadie puede decirme ten fuerza, Bharet.

Y el que lo diga por dios lo mato, porque no se puede, en este maldito momento no se puede, quiero derrumbarme y hundirme en la miseria de ser posible, todo para dejar de sentir este terrible dolor se cala por mis huesos.

Los recuerdos de ella riendo conmigo en el comedor cuando tan solo tenía 6 años siendo un niño inseguro y debilucho vienen a mi mente.

Sus palabras resuenan.

“Recuerda siempre Bharet, eres más fuerte de lo que crees… el único que no lo ve, eres tu hijo… abre los ojos y date cuenta, la fuerza que tienes en tu interior es maravillosa”