capítulo 44

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Capítulo 44.
Bharet Mustly.
¡Maldita sea!



Corro detrás de ella como un loco desesperado, me ha evitado, no contesta mis llamadas, y maldición. La entiendo.
Esto no puede estar pasando.

No podemos estar en esto otra vez.

──¡Grace! ──grito tomando su mano, se zafa de mi agarre y me golpea el pecho.

──No me toques. No quiero que me toques. ──grita con lágrimas en sus ojos.


──Grace, mírame. Me estoy muriendo con esto.

──¡Me importa una mierda! ──grita en medio del estacionamiento. ──. Me importa una mierda… ya no puedo, no puedo más. Lastime a Hailey por ti… no puedo. ──niega entre lágrimas. ──. Vete con ella y con tu hijo.

Lo que dice es un golpe duro al estómago, siento un maldito nudo en la garganta, y miles de cosas resuenan en mi cabeza.

──Esta diciendo eso para separarnos. ──susurro. ──. Grace, yo no he tocado a Hailey desde que llegamos a Sydney. No me he acostado con ella, te lo juro. ──musito con desesperación.

──Pero antes de venir sí, ¿Verdad, Bharet? ──pregunta secando sus lágrimas con brusquedad, bajo mi rostro con vergüenza.  ──. Se acabó… no voy a seguir haciendo sufrir a mi mejor amiga, una que perdí tal vez para siempre y no voy a ser la maldita culpable de que un niño nazca sin su padre, no puedo.

Quita el mando de su auto y camina hacia él, me acerco apresuradamente a ella y pego mi cuerpo con el suyo.

──No puedo vivir sin ti. ──susurro al borde del maldito abismo.

──Me importa muy poco, vive por tu hijo, a mi déjame en paz. ──gruñe empujándome con todas sus fuerzas, entra en su auto pasando los seguros y se marcha, se marcha a pesar de mi súplica y de mis gritos pidiendo que me escuche.

¡Maldita sea!

La perdí.

La perdí otra vez…

La noticia fue como un condenado balde de agua helada recorriendo mi espalda, llegue a su apartamento para buscar mis cosas, iba a darle fin a todo sin esperar pruebas porque esos días con Grace fueron lo mejor de mi vida, y ya no podía seguir fingiendo. 

No podía.

Pero Hailey como siempre tenía algo que decir… y fue un impacto.

──¿En serio viniste a buscarla? ──su voz resuena a mi espalda.

──¿Qué coño haces aquí? ──gruño girándome a verla.

──¿Así tratas a la madre de tu hijo? ──pregunta con falsedad.

──¡Ya deja de mentir! ¡Maldita sea, Hailey! ¡Deja de mentir! ──grito mientras ella me observa sin inmutarse. ──. No estás embarazada…

Abre su bolso frente a mí, saca un sobre para acercarse a mí y extendérmelo.

──¿Qué mierda es esto? ──gruño.

──La prueba de que si estoy embarazada… muy embarazada. Tal vez no tuvimos sexo aquí en Sydney porque evidentemente estabas con mi amiga Grace… pero en Texas, si tuvimos y bastante, Bharet. ──musita con demasiada confianza.

Abro el sobre desesperado y el positivo hiela mi piel…

──Esto no puede estar pasando. ¿Por qué mierda haces esto?

──Porque las lágrimas que derrame por tu culpa y por ella serán cobradas. No puedes dejarme sola, no puedes abandonarme con un bebé. ──sentencia mirándome fijamente.

Sabe muy bien que jamás haría eso.

──¿Lo sabías, verdad? Sabías de ella y de mi… sabías que la amaba, sabías que vendría por ella, ¿Sabías todo verdad, Hailey? ──pregunto con un nudo en la garganta.

──¿Tú que crees? ──pregunta con ironía. ──. No puedes hacerle a nuestro hijo lo mismo que hizo tu padre, no puedes, Bharet. ──susurra llevando su mano a su vientre. 

Mi corazón se detiene.

Maldita sea.

Una fuerte punzada se instala en mi cabeza, una fuerte punzada que me hace cerrar los ojos con fuerza.

Ella pasea sus dedos por mi mandíbula, me alejo de su toque con brusquedad.

──Jamás serás mi Grace… jamás te amare como a ella. ──gruño en su cara para sentir su mano estamparse en mi mejilla con fuerza. ──. No voy amarte… jamás, Hailey.

──Si lo sabía. Desde el principio… y ¿adivina quién ganó? ──pregunta llena de furia. ──. Nos vamos a casar, porque nuestro hijo tendrá a sus padres felices y en matrimonio, querido.

Se gira para caminar hasta su auto.

──Deja en paz a Grace… ──pido.

──Dame un anillo de compromiso, y casémonos… y la dejaré en paz. Es fácil y sencillo. ──musita con una sonrisa en sus labios. ──. Te espero en casa, querido. Recuerda… debes cuidarnos.

Entra en su auto y se marcha.

Siento que el aire se me corta, y que no puedo respirar. Estaba a solo un paso de ser feliz con Grace, a sólo uno…

Vivika tenía razón, Hailey lo supo todo desde el principio, todo fue planeado.

Conduzco por la cuidad, necesito aire y calma, mi mente no deja de pensar en todo lo que debe estar sintiendo Grace, en el daño que le he causado, no dejo de sentir el dolor profundo de perderla para siempre…

Porque la perdí para siempre…

No haré lo mismo que mi padre, no puedo, y no debo.

Bajo de la camioneta para conseguirme con sus ojos azules puestos en mí, ya lo sabe… camina hasta dónde me encuentro y gruñe cerrando sus manos en puños.

──Juro que quiero matarte en estos momentos, la lastimaste… te estaba ayudando porque sabía que podías hacerla feliz. ──gruñe hacia mí. ──. ¿en qué coño estabas pensando al cogerte a Hailey sin condón? ──grita histérica.

──Vik… ──susurro. ──. No puedo vivir sin ella.

──Odia a la maldita de Hailey, lo juro… quiero estrangularla. ¡Por dios, Bharet! Tendrás un hijo con esa maldita… ¿Estás seguro que está embarazada?

──Me mostró una prueba de embarazo a su nombre, si te soy sincero lo dude al principio, porque yo no he estado con ella desde que llegamos a Sydney, pero…

Me callo al recordar nuestra última noche en Texas…

──Me dijo que si sabía desde un principio todo. ──susurro. ──. Y Grace me odia, le dije que Hailey solo quiere separarnos pero Vik, ¿y si está embarazada de verdad?

Vivika gruñe sus manos tiemblan.

──¡Arg! ¡La odio! ──grita. ──. Tengo que irme… estoy de guardia con un maldito adjunto que me tiene la vida triste… solo voy a decirte una cosa, llévala a un médico, si está embarazada aléjate por siempre de Grace y encárgate de tu hijo, pero sino lo está manda a la maldita al mismo infierno para que se pudra. Llama a Jason… ya tiene todo para que te desligues de Tyler, no volveré a ayudarte a menos que sepa que Grace será feliz. ──dictamina. ──. Puedo tolerar cualquier cosa en esta vida, menos que Grace sufra… mi familia es sagrada, ella es sagrada para mí, ni tú ni nadie va entender lo mucho que adoro a Grace.

Se marcha dejándome con muchas cosas por decir… y la entiendo, porque lo que menos deseo en esta vida es hacer sufrir a Grace y es algo que jamás me perdonaré, porque ella solo ha intentado hacerme feliz, solo ha buscado amarme… en cambio yo, he arruinado todo.

Soy un maldito.

Grace AsghariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora