capítulo 52

5.3K 531 28
                                    

Capítulo 52
Vivika Asghari.
Mi vida.


──¡Vivika! ──gritan haciendo que suelte mi taza cayendo al suelo.

Es Thezart…

Camino hacia la entrada de la casa y su rostro lleno de sangre hace que me llene de temor, me desespero al verlo… está golpeado lleno de sangre.

──Thezart… ──susurro. ──. ¡Thezart! ¡por dios! ¿Qué carajos te paso? Te caíste de esa maldita máquina… lo sabía, mira como estás…. ¡Sabina! ──grito pero sus ojos me llenan de temor.

No es eso…


──No me caí de la motocicleta, creo que sabes muy bien que fue lo que pasó. ──gruñe.

¡Maldita sea!

Se enteró.

Su rostro me hace pensar lo pero, sus nudillos están llenos de sangre y puedo asegurar que no es de él.

Mi hermano es el hermano más dulce del mundo, pero no sabe controlar su irá…
Pietro…

──Thezart… ¿Qué hiciste? ──pregunto. ──. ¿Dónde está Pietro?

──Me mentiste, soy tu maldito hermano y me mentiste en mi cara, siempre hemos sido sinceros entre nosotros, siempre… ──grita.

Resopló con fuerza y frotó mi rostro ante la condenada frustración que me está invadiendo…

Esto no puede estar pasando.

Son días de mierda.

──Te mentí, porque eres un idiota que no ve más allá de sus manos, porque eres irracional y testarudo porque crucificarías lo de ellos sin si quiera darles una oportunidad de descubrir que sentían, y es maravilloso ver lo que se aman… pero esa mierda tu jamás la vas a entender porque eres un bruto que sufre de celopatia ──grito.

──Thezart… ──Sabina llega para desesperarse al verlo.

Mi hermano se derrumba al verla, ella es su vida.

──Ellos son felices Thezart, así como tú mereces serlo también, no te ciegues. ──susurro viendo cómo se abrazan.


──No quiero escucharte, Vivika. No quiero saber nada de ustedes… nada.
Me quiebran sus palabras.

Las lágrimas se acumulan en mis ojos, y siento el nudo formarse en mi garganta.

──Te amo, eres todo en mi vida. Siempre hemos sido los dos juntos en todo… y entiendo si te lastime, lo siento.  Pero necesitas entender que cuando el amor está presente nada lo detiene, y no te dijimos nada porque sabíamos que actuarias así. Por favor… no nos alejes. Sabina, cura sus heridas. Llámame cualquier cosa.

──Lo haré. ──Sabina intenta levantarse pero no la deja y ella se abraza con fuerza a su pecho. ──. Necesito curarte…

Me alejo viéndolos desde la puerta…

Lo que dije es cierto.

Cuando el amor llega, nada lo detiene.

Yo no puedo detenerlo, ¿quién soy para detener lo que Hope y Pietro sienten?

¿Quién soy para detener lo que Grace y Bharet sienten?

¿Quién soy para detener lo que Jedidiah y yo sentimos?

Mi teléfono vibra al subir a mi auto, respiro con fuerza e intento relajar mi cuerpo.

──¿Si?

──¡Vik! Hope… Hope esta mal… ──Solloza Grace erizado mi piel 


****



Corro por los pasillos encontrando a mi mamá encima de Hope invadiendo su cuerpo de soluciones y monitores, me bloqueó…

Me bloqueó por completo, mi mamá gira a verme y me sostiene de los brazos.

──Esta bien, ve a ver a Pietro, esta muy golpeado. ──susurra.

──Ella

──Solo hizo un síncope. ──asiento, viendo como la giran para ver su espalda, tiene un hematoma enorme.

──Fue Thezart… ──es lo único que logró decir, mi mamá abre sus ojos de golpe y las lágrimas empiezan a caer por mis mejillas. ──. Fue Thezart… fue Thezart. ──es lo único que repito llorando como nunca en mi vida lo he hecho.

──¡Balthazart! ──grita mi mamá y siento los brazos de mi papá rodearme para sacarme del cubículo donde Hope empieza a reaccionar.

Mi papá me abraza con fuerza, e intenta consolarme pero no encuentro la llave que debería cerrar el flujo de lágrimas de mis ojos, lloro como si no existiese un mañana.

Mi hermano hizo eso…

Fue mi hermano.

Seco mis lágrimas y respiro profundo para ponerme a trabajar, no me quedaré aquí llorando, está no soy yo. No soy la frágil… soy la dura y fuerte Vivika Asghari.

Ayudo a mi mamá en lo que puedo, monitoreo el ritmo cardíaco de Hope que se encuentra completamente normal, y comenzamos con los análisis… tenemos que descartar todo, hace un par de días se hizo algunos estudios y los resultados de estos arrojaron que solo sufre de arritmias… un tratamiento puede normalizar su vida.

Pero lo que más me estresa es su espalda…

El golpe fue fuerte.

──¿Fue Thezart? ──pregunto mientras sostengo su mano.

──No fue intencional… solo perdió los estribos. ──lo excusa.

──Deja de excusarlo. ──gruño. ──. Estoy cansada de la maldita actitud que tiene, el tiene que cambiar… ──me levanto al ver que Pietro entra, su rostro está lleno de golpes.

Dios, Thezart… ¿Qué hiciste?

Me alejo dándole espacio para que se acerque a ella.

Es momento de dejarlos solos…

El aire me falta, Grace se abraza a mí y me cuenta todo lo que ella vio, como mi hermano parecía otra persona, alguien irreconocible, y aunque en este momento quiera matarlo, debe saber lo que sucede.

Llamo varias veces pero no contesta, así que marcó el número de Sabina le explico rápido y tranco alejándome de todos…

Yo…

Necesito aire.

Yo lo necesito…

Todo se me vino encima, todo.

Jedidiah, el club, y ahora esto.

──Vik… ──la voz de mi tía me hace girar. ──. ¿mi niña está bien?
Respiro profundo y juro que en este instante quiero matar a mi hermano, quiero hacerlo entrar en razón a golpes, mi tía está sufriendo, y esto… no es justo.

Las lágrimas de mi tía me parte el alma en pedazos.

──Tía, ella está bien. Es tu hija… como no iba a estarlo. ──la abrazo  con fuerza. ──. Vamos a la sala de espera.

Intento calmar mi mente, me encuentro en un punto en el cuál jamás me imaginé estar, siento que me parto en pedazos por dentro, siento que me estoy cayendo y no hay nadie abajo que pueda sostenerme, que pueda sujetarme.
No estoy bien y es difícil admitirlo.
Mi hermano llega junto a Sabina, es interceptado por mi papá y yo solo quiero golpearlo, camino hacia él llena de furia.

──Ella pudo… ──Mis lágrimas caen por mis mejillas, mi hermano abre sus ojos de golpe al verme en ese estado.

No soy de llorar… nunca lo he sido.

──Quiero verla… ──pide afligido.

──No deberías… ──gruño secando con brusquedad mis lágrimas.

──Hija, aquí no. Luego ¿Si? ──Asiento sin más, y me alejo en cuanto mamá aparece para saludarlos.

No puedo con esto.

Me siento en la distancia, y meto mis manos en el bolsillo de mi mono tocando un pedazo de papel que sacó, viendo que es la dirección de los padres se Jedidiah.

Lo necesito.

Necesito sus brazos, y esa seguridad que me embarga cuando el me abraza o me toca.

Me levanto de golpe y corro dejando a todos atrás.

Subo a mi auto armándome de valor, intento llamarlo antes de arrancar pero no contesta, no sé si aún sigue allí, así que me arriesgo conduciendo hasta su apartamento, pensando que quizás ya volvió.

Quizás…

Mi corazón late con fuerza.

Entro al estacionamiento donde su auto deportivo está siendo aparcado, lo veo bajar del auto y freno de golpe llamando su atención haciendo que gire su rostro, sus ojos me observan…

Bajo de mi auto y camino hacia a él… me aferró a su pecho como si fuese mi salvavidas.

──Yo… ──susurro, mientras el acuna mi rostro para obligarme a verlo.

──Shh… ──sisea. ──. Ya estás aquí. ──niego dejando salir las lágrimas.

──Necesito decirlo. Te necesito, Jedidiah… ──recarga su frente con la mía, y seca mis lágrimas con sus pulgares.

──Aquí estoy, siempre estaré para ti. ──musita mientras roza sus labios con los míos.

Y esto es todo lo que necesito…

A él.

Me aferró a sus brazos a sus besos y a sus caricias, a todo lo que él me hace sentir con sólo saber de su presencia en mi vida.

Sus manos viajan por mí espalda, y me carga en sus brazos hasta llevarme al elevador, mi cuerpo se siente como una pluma… ligero y relajado, llegamos a su apartamento… entre besos y caricias.
Mi ropa empieza a estorbar al igual que la suya, el beso va aumentando su intensidad, sus dulces palabras aceleran mi corazón.

La entrada de su apartamento es el fiel testigo de las ganas que sentimos.

──Te necesito, Jedidiah. ──Jadeo mientras una de sus manos sujeta mi cabello y la otra mi rostro, mis manos lo masturban buscando sus gemidos.  ──. Soy tuya. Toda tuya.

──Y yo tuyo, necesito que lo entiendas, no voy a huir, y no voy a lastimarte. ──Asiento mirándolo a los ojos.

──Júralo. ──pido.

──Lo juró. ¡Maldición! Te quiero. ──gruñe lanzando todo de la mesa que se encuentra en toda la entrada para acostarme en ella. ──. ¡Te quiero!

Y siento como me penetra, obligándome a cerrar los ojos…

La sensación de su cuerpo con el mío, es indescriptible. Él me eleva…

Y rayos, que bien se siente.



Grace AsghariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora