capítulo 26

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Capítulo 26
Bharet Mustly.
Grace Asghari… Mi Grace Asghari.



La observó irse con un hombre desde el balcón, entro al apartamento y me encierro en la habitación con el corazón completamente agitado.

¡Maldición!

Esto no puede estar pasando…

Grace y Hailey se conocen.

──¡Maldición! ──exclamo lanzando lo primero que consigo, observó el bolso de Hailey en una esquina de la habitación.
Paso el cerrojo y tomó su bolsa en busca de su teléfono, es la amiga que ella estaba llamando con tanta insistencia esta mañana.

Era Grace, Mi Grace.

Desbloqueo la pantalla al recordar la clave y busco en el directorio el número de Grace, y lo guardo en mi teléfono. Dejo todo como estaba y salgo de la habitación para ver a mi novia riendo con unos amigos mientras yo me estoy muriendo.

──Hailey… ──digo llamando su atención, se acerca a mí con una gran sonrisa.

──¿Pasa algo?

──¿Tu amiga? La que se fue… ──intento no sonar tan interesado.

──¿Grace? ──asiento. ──. ¿Qué pasa con ella?

──¿Desde hace cuanto la conoces…? ──Hailey se acerca a mí y acaricia mi mejilla con dulzura.

──Desde el primer año de universidad, vivimos juntas el primer año y desde allí nos volvimos inseparables, ella es la prima de Vika, estuve con ellas la última vez que vine… ¿Porqué? ──siento que toda mi vida se ha vuelto un infierno desde que deje que ella se fuera de Las Vegas.

No debí dejarla irse…

──Por nada… es solo que no entiendo porque se fue así. ──susurro casi sin aire..

──Los Asghari son así, siempre andan corriendo. ──dice restándole importancia. ──. Lo importante aquí es que ya conociste a mi mejor amiga, la quiero mucho cariño… y tú debes de quererla también. Ahora, ven… quiero que nos tomemos unas fotografías. ¿Si? ──pide y niego para verla fruncir el ceño.

──Voy a dormir Hailey. Estoy cansado.

──Bharet… por favor.

──No. Voy a dormir, Hasta mañana. ──la dejo allí para entrar a la habitación.

Me siento en la orilla de la cama y marco su número, necesito que me escuche…
Necesito explicarme, jamás pensé que ellas se conocieran, las cosas con Hailey se dieron sin darme cuenta estaba metido en un infierno del cual ella no merecía hacer parte y no la busque… no pude..

La llamada cae al buzón, su voz… suena en mi oído.

──Hola… soy Grace Asghari, si es muy importante lo que tienes que decirme, deja un mensaje. Chao. ──gruño frustrado.

──Grace… soy yo, por favor llámame. Tenemos que hablar. ──digo desesperado, un largo suspiro sale de mis labios. ──. Escúchame y luego si quieres me desaparezco de tu vida, por favor.

Tranco la llamada dejándome caer en la cama…

¡Maldición!

Odio mi puta vida, odio en lo que me convirtió volver a Texas y en lo que perdí con mi regreso.

La perdí a ella y perdí a mi mamá.



****


El sol sale e ilumina toda la habitación, Hailey está dormida a mi lado, y aprovecho el momento para salir de la cama y arreglarme.

Voy a buscarla.

No respondió mis llamadas, ni mis mensajes…

No hay ni una señal de ella, no hay nada. Pero ya tengo su número y se la dirección de la empresa Asghari… voy por ella.

Una ducha rápida, y me visto sin hacer ningún ruido, Hailey sigue durmiendo y aprovecho el momento para tomar las llaves del auto y salir. Coloco la dirección en mi teléfono y el GPS me indica a dónde debo ir… así tenga que quedarme toda la mañana esperando por ella, la veré.


De hoy no pasa.

Llegó al imponente edificio y aparco cerca para entrar en él.

Me acerco a la recepción con calma.

──Buenos días, busco a Grace Asghari…

──¿Tiene alguna cita? ──niego con un largo suspiro.

──No, esperaba que pudiera ayudarme con eso. ──le sonrió y ella asiente marcando un número.

La escucho conversar con lo que parece ser la secretaria de Grace y de Beethzart Asghari, solo espero que pueda ayudarme a verla.

──Puede subir… la Señorita Asghari aún no llega, pero… debe estar en camino. Puede esperarla arriba sin ningún problema. ──me informa. ──. Esta en el piso ocho la oficina de la señorita.

──Gracias. ──susurro tomo el gafete que me da de visitante y entró al elevador sintiendo las piernas temblarme.

Estoy ansioso y nervioso.


Ella debe estarme odiando… aparecí siendo el novio de una de sus amigas, aparecí después de un año, rompí una promesa… y estoy seguro que rompí su corazón. 

──Señor, bienvenido. ──una rubia aparece frente a mí. ──. Sígame, por favor.

Me guía hasta una pequeña sala y me invita a sentarme.

──La señorita Asghari, no debe de tardar… normalmente llega temprano. ──susurra. ──. ¿Desea algo de tomar? 
──No, gracias… ──mis nervios hacen estragos en mi cuerpo.

Los minutos pasan más lento de lo normal y ella aparece… con un vestido rojo que realza cada uno de sus atributos, esta hermosa…

Más hermosa que nunca.

Me levanto para verla conversando con su secretaria, digo su nombre desesperado y ella se gira a verme, niega llena de dolor y no me permite acercarme, la seguridad la rodea y yo me siento impotente.

Sus ojos… me lo dicen todo, está herida… está dolida, jamás va a perdonarme.

La perdí.

──Solo escúchame… ──pido desesperado pegándola a mi pecho.

──¡Vete a la mierda! ──grita estampando su mano libre en mi mejilla, mi piel arde pero nada se compara con el dolor que siento por haberla lastimado tanto. ──. No te quiero cerca, vete con tu novia Bharet… que por cierto es mi maldita mejor amiga. Dime algo, ¿Cuándo me decías que vendrías por mí te estabas acostando con ella?

Eso dolió.

Jamás, todo con Hailey paso mientras no sabía de ella.

──Solo…

──Olvídate de que existo… por mi parte, tú no existes desde el maldito momento en que me rompiste el corazón. ──espeta.

Las puertas del elevador se abren y el mismo hombre que la busco anoche aparece con lo que parece un teléfono en su mano, corre a su lado y la toma de la mano.

¿Quién es él?

La seguridad me empuja hasta el elevador, aunque forcejeo no puedo con ellos.

──Grace, mi mamá murió… ──grito intentando que ella me preste atención.

Las lágrimas caen por mis mejillas…

──¡Maldición! ¡Grace! ──grito y las puertas se cierran, forcejeó y me libero del agarre de ambos hombres. ──. ¡no me toquen!

Saco mi teléfono y comienzo a llamarla nuevamente, insisto tanto que al rato su teléfono suena apagado. Soy escoltado hasta dónde está el auto y entró en él lleno de furia e impotencia.

¡Maldición!

Grace…

Grace AsghariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora