Roger aplazó reuniones y juntas, su alfa no le permitía alejarse de su cachorro, peor aún al ser por un descuido suyo lo ocurrido. Él y su omega se encargaron a ablandar la carga de su hijo, y aprovechar la oportunidad para conocerlo más.
Junto a Aarom y Mario instalaron una reja de madera que detendrían a Olivia cuando intente bajar las escaleras que llevan a la calle y evitarían que se precipitara al vacío en su nuevo carrito que ayudaría a ejercitar sus piernas.
Ambos abuelos pasaban buena parte del día enseñando a Olivia nuevas palabras y frases.
El alfa notó que Mateo era demasiado callado y aunque a veces se preocupaba no era más que su personalidad tranquila, por otro lado notó que Aarom no era siempre el chico alegre que veía en su casa, el alfa ojiverde manejaba un humor detestable que eliminaba cuando estaba con el castaño y su bebé.
Lo que había iniciado como una visita se había alargado a semanas. Nunca había sido muy cercano a su familia por lo demandante de su trabajo y era la primera vez que podía observarlos interactuar.
Siempre presionó a Mateo para que estudiara una carrera universitaria y supiera valerse por sí mismo. Nunca llegó a comprender la naturaleza de un niño omega que era excesivamente delicado y dependiente, tanto que para hacerlo más fuerte lo obligó a hacer deportes y excursiones. El alfa, buscando lo que consideraba mejor para su hijo, aprovecho todo el tiempo en el que Mateo no presentaba algún aroma atrayente para hacerlo más resistente.
Su alfa se retorcía al ver a su cachorro llorando, con las rodillas raspadas y moretones, pero él no presentaba compasión alguna y aunque algunas veces se arrepentía del trato que le dio de pequeño, ahora podía ver lo independiente y fuerte que se volvió su hijo.
El castaño nunca pedía ayuda a Aarom para nada dentro de casa, todos tenían claro lo que hacía falta en su despensa, el horario de medicinas de Olivia y cada actividad pendiente, lo cual no recargaba de trabajo a nadie.
El omega siempre despertaba directamente a alimentar a Olivia con su fórmula medicada, Emma alistaba el uniforme de Mateo y Aarom preparaba el desayuno para todos. Al terminar, Emma servía el desayuno, Aarom vestía a Olivia y Mateo se alistaba para el trabajo.
Sus rutinas eran sencillas y predecibles. Seguían considerando a la pareja como invitados, Roger no podía con el sentido de responsabilidad y llenaba a su familia de regalos, paseos y comidas para dejar atrás, por un momento, lo que ocurriría en algunos días.
"Dime muchacho, ¿eres feliz con mi hijo?"
"Claro que sí, señor. ¿Por qué lo dice?"
"Porque a tu edad es complicado llevar una vida familiar"
"No le puedo negar que algunas veces desearía tener más libertad para salir y hacer algunas cosas pero amo a Mateo, desde la primera vez que lo vi. No puedo renunciar a eso"
"Oír eso me tranquiliza, un hijo omega siempre es una carga pero el ver que un alfa lo ha marcado, reduce la preocupación"
"¿Lo dice por sus celos?"
"Porque son pequeños y frágiles, la mayoría veces no buscan un buen alfa que asista sus celos, el calor los ciega, y terminan siendo marcados a la fuerza o violentados, tu me entiendes"
"Sí, entiendo. Pero ese ya no es el caso, trataré de poner una sonrisa en el rostro de su hijo y si no lo logro, buscaré la manera de comprenderlo y ayudarle a conseguir superar lo que lo atormente"
"¿Aún tiene problemas con.. aquello?"
"Ya no es tanto. Cuando lo conocí temblaba al ver sombras en el piso o las paredes, no quería estar cerca de otros alfas y no toleraba ver los ojos de Olivia. Con el tiempo superó eso pero nuestro tiempo a solas terminaba con Mateo despertando a mitad de la noche espantado al sentirme a su lado"
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Profesor (En Edición)
RomanceEn una sociedad que rechaza a los omegas varones, Mateo logra cumplir su sueño de ser profesional y entra, después de muchos años, a enseñar en una escuela de la ciudad. Asignado como profesor de historia, nada podría arruinar ese perfecto primer d...