"¿Es una broma?" Mateo cerró sus puños al rededor de su vientre con fuerza "Yo estaba en supresores cuando eso ocurrió, ni si quiera logré saber quien fue mi atacante" sus ojos estaban rojos de las lágrimas que estaba reteniendo.
"Lo siento mucho, quise pensar que se habían equivocado por eso fue que te volví revisar y efectivamente hay dos latidos en ti" dijo la doctora alternando su mirada entre Mateo y Emma "Si tu diagnostico no fuera tan delicado te recomendaría un aborto pero puedes quedar permanente infertil y el feto ya está grande, no solo sería ilegal si no también altamente peligroso"
"¿Ese es el diagnostico final?" preguntó Emma con la voz muy baja "Sé que muchas hay procedimientos que no se mencionan, quizás haya otra salida" su mirada era sugerente pero la vida y la salud de Mateo ahora eran prioridad. Solo recibieron una negación por parte de la doctora.
Si existía alguien con la peor suerte del mundo seguramente era él, y a estas alturas de su vida sentía que el destino trataba de no dejarlo cumplir sus sueños. Ahora era un omega embarazado, sin alfa, sin lazo, sin familia, nada esto estaba en sus planes y era doloroso saber que estaba siendo forzado, de alguna manera, a aceptarlo.
"Llama a Gina, ella me va a ayudar" dijo con la vista perdida, tenía mucha fe en su psiquiatra y creía que a lo mejor ella tendría la salida a su problema. "¡¡Emma, llámala!!" gritó al ver que la beta no reaccionaba.
"Mateo, por favor no cometa una locura, es su vida la que va a arriesgar. Tiene opciones, quizás pueda dar al bebé en adopción o.."
"Claro, usted sabe el descontrol de hormonas que provoca un embarazo, ¿no es así? Yo no tengo quien se haga cargo de mi, no tengo un alfa, fui violado y ahora estoy siendo obligado a llevar a su hijo. ¿Mi vida no fue destrozada ya lo suficiente?" comenzó a llorar demasiado fuerte y Emma reconoció el inició de una crisis que no veía hace ya algún tiempo.
"Por favor, llame a una enfermera. Que traiga un tranquilizante suave" pidió Emma, y obligó a Mateo a sentar en el sueño, apoyó la espalda de este en su pecho y su cabeza en su hombro, le hablaba suavemente al oído pero su llanto no cesaba y sus manos temblaban cada vez más.
No pasaron mucho minutos hasta que entró una enfermera con una inyección que hizo que el omega pegue un grito de sorpresa pero logró dormirlo rápidamente. Cargaron al menor a la camilla y la doctora no tardó en cuestionar lo que había ocurrido.
"Lo siento, todavía no supera lo que le pasó. Ya no tenía estas crisis, supongo que la noticia lo alteró" dijo Emma mientras peinaba los cabellos pegados a la frente de Mateo, su cabello estaba volviendo a tener la apariencia rulosa y esponjada. "Supongo que esto va a ser un retroceso"
"Es la primera vez que tengo que dar la noticia de un embarazo como una mala noticia" un fuerte suspiro acompaño su comentario "Si usted de acuerdo podemos aprovechar que él está dormido para revisar al bebé"
Emma no se sentía cómoda pero sabía que el omega no iba a acceder a hacerse chequeos prenatales de buenas a primeras, subió la camiseta de Mateo lentamente y notó que no estaba tan delgado como cuando lo conoció pero ella lo atribuyó a que ahora se alimentaba mejor. Escuchó como una enfermera arrastró un ecógrafo dentro de la habitación y comenzaron.
"El tamaño del feto está bien, se ve sano. Todavía no podemos saber el sexo hasta dentro de un par de semanas pero podemos tratar de ver a que se asemeja más" buscó la posición correcta para poder observar mejor "Parece ser que será una niña, puede que me esté equivocando" imprimió algunas fotos y luego encendió un pequeño parlante dejando que los latidos de su corazón se escuchen muy fuerte y claro.
"Ese sonido es hermoso" dijo Emma recordando su único embarazo con nostalgia.
"Sí, es muy bonito y por eso es que estoy muy preocupada, Mateo puede atentar contra su vida por deshacerse de su bebé y quizás lo logre pero no creo que pueda volver a tener un cachorro, es un omega joven y muy bonito, sería una pena que pierda su capacidad de dar vida si no es esa su elección"
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Profesor (En Edición)
RomanceEn una sociedad que rechaza a los omegas varones, Mateo logra cumplir su sueño de ser profesional y entra, después de muchos años, a enseñar en una escuela de la ciudad. Asignado como profesor de historia, nada podría arruinar ese perfecto primer d...