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Los exámenes de ingreso llegaron, la noche anterior Aarom durmió en casa de Mateo argumentando que era para la suerte y prometiendo resultados positivos a sus padres.

Mateo se encargó de despertar primero y preparar un desayuno ligero pero lo suficientemente consistente para que el alfa tenga la suficiente energía para esa mañana. 

Las cuatro personas que habitaban la pequeña casa desayunaron juntas y entre risas y buenos deseos despidieron al nerviosos alfa de ojos verdes. 

Aarom había decidido seguir los pasas de su omega y convertirse en un profesor, sin embargo su fuerte siempre fueron los números y hacía ese lado se inclinaría. 

Por otro lado, Zack había escogido ser un psicólogo. Según sus palabras, Aarom lo había hecho inmune a los traumas pero ellos sabían que la principal inspiración para su elección fueron su madre y el más pequeño de sus hermanos. 

Los ojos de Mateo estaban clavados en el reloj de pared, sabía la hora exacta en que el alfa pondría el lápiz sobre el papel e iniciaría su examen. Había intentando ser lo más positivo cuando estuvo frente a él pero, ahora que estaba solo con Emma y Olivia, los nervios lo dominaron y caminaba de un lado a otro esperando que el alfa tenga buenos resultados. 

"Harás un agujero en el suelo y si sigues dando vueltas así" dijo Emma balanceando a Oliva sobre sus piernas. 

"Solo no quiero que le vaya mal, estaba muy emocionado" frotó sus manos y miró a su bebé. 

"El examen dura un poco más de tres horas, solo podemos esperar" el celular del omega sonó provocando un brinquito en la pequeña rubia. Mateo se apresuró a contestar y se sorprendió por la voz que oyó al otro lado de la línea. 

"Muchacho, ¿Cómo estuvo Aarom hoy?" La voz de Mario sonaba muy animada. 

"Eh.. Sí, muy bien, ya está en la universidad"

"Eso quería saber" respondió "Pero tú ¿Estás bien?" 

"S-solo un poco nervioso, pero estoy bien" La risa de Mario alivió un poco el estrés del menor. 

"Claro, ¿Quizás más tarde podamos ir a tu casa? Dudo mucho que mi cachorro vaya a regresar aquí a esperar los resultados" 

"¿La señora Amanda está bien con eso?"

"Tampoco es que tengamos más opciones, no te preocupes" 

Luego de despedirse, decidió concentrarse en que su casa esté presentable para la visita de los padres del alfa.

Emma bañó a Olivia y Mateo se encargó de limpiar la casa y preparar la comida del día. Las horas pasaron rápido y para terminar sus labores decidió tomar una larga ducha mientras Emma y su bebé dormían. 

La música suave y el aroma de su gel de baño siempre lo relajaban. Por algunos segundos paseaba sus dedos por el relieve de la piel que había quedado dañada de su embarazo, si bien no eran notorias, podían sentirse al tacto y más cuando su piel estaba húmeda. Hace un año hubiera llorado hasta dormir odiando su cuerpo pero ahora el recuerdo de Aarom arrullando a Olivia antes de dormir le hacía sentir que todo había valido la pena. 

Su relación con Amanda no mejoró, la omega buscaba una crítica en cada oportunidad que tenía con él. En algunas oportunidades había logrado hacerlo llorar de frustración y ni que decir cuando recibió un paquete por correspondencia y el mensajero era un alfa. 

Mateo no notó que mientras él firmaba el cargo de la entrega este lo estaba devorando con la mirada. Amanda se acercó a la puerta cuando el omega amablemente le sonrió para entregarle la hoja firmada, obviamente la mujer malinterpretó todo lo que vio y el aroma fuerte de ese alfa hizo que arremeta contra el castaño culpándolo de provocador. 

Profesor (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora