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- Elliot -

El último bebé de la familia, un alfa pequeñito de grandes ojos verdes y sonrisa tímida.

Parecía una broma del destino entregar a estos padres un omega tan independiente y un alfa muy sensible como bebés pero estaban seguros de que no los cambiarían por nada.

Elliot nació como el hermano menor, su contextura delgada y talla pequeña lo hacían parecer a un más pequeño de lo que en verdad era. Solo hasta que comenzaron a crecer.

La pequeña copia de Aarom creció aceleradamente siempre pasando por unos centímetros a su hermano gemelo pero sin dejar su timidez.

No fue hasta que pusieron a los hermanos en salones de clase separados que se despegaron, Liam siempre era quien protegía a su hermano ganándose comentarios sobre haber nacido en los cuerpos equivocados.

Mientras el gemelo omega robaba suspiros y sonrisas con su delicadeza y talentos, Elliot solía pasar el tiempo escuchando el compás de la música en sus audífonos.

Su pasión fueron siempre los cómics que encontró en la habitación que solía ser de su padre cuando aún vivía con los abuelos. Amaba la literatura y todo lo que tenía que ver con pasar tiempo solo.

Mateo intentó de todo para que su cachorro se integre pero nunca encontró la manera. Solo su corazón calmaba su ansiedad al ver que su hijo más pequeño no tenía problemas con estar con sus hermanos.

Aún cuando no quería, pasaba las tardes con Olivia aprendiendo a dar golpes certeros y patadas que terminaban en resbalones. Liam siempre intentaba hacer de Elliot alguien más alegre pero al final, entendió que su hermano era como era y el ser gemelos no los hacia iguales.

"Papi.."

"Hola, campeón" Aarom estaba desarmando algunas cajas que tenía almacenadas en el estudio de su pequeña casa "mira esto"

El pequeño alfa de doce años se sentó en el suelo y recibió de su padre un pequeño marco de fotografía.

Aarom traía una ligera barba que lo hacía ver unos años mayor, cosa que aumentaba su ego cada que estaba con Mateo, los años lo volvieron más tolerante pero su personalidad encendida siempre sería su mayor característica.

"Eres tú.." Elliot señaló a la persona en el retrato.

"¿En serio? Creí que eras tú" para nadie era un secreto el gran parecido de los alfas. Liam, por más que llevara los rasgos de Aarom, tenía los gestos delicados de Mateo y sus brillantes ojos por lo que el parecido con su padre siempre quedaba en segundo plano.

"Yo tengo el lunar de mamá y aquí no está" sonrió ligeramente "Y nunca tuve una patineta"

"Eso es cierto" comentó Aarom "A tu edad, me lanzaba por las rampas más peligrosas del parque grande. Tu tío Zack y yo nos escapábamos de nuestras casas para ir a rodar en ese lugar" señaló las fotografía antes de regresar su vista a las caja.

Dentro quedaban las ruedas gastadas de alguna patineta, su casco y un guante.

"¿Esto usabas?"

"Así es" sonrió "aunque creo que el otro guante lo perdí en una pelea" Elliot río bajito "¿Quieres aprender a usar una tabla?"

"Me voy a caer, papá" dijo asustado.

"Es más que seguro" afirmó "pero tendrás una excusa para escapar de casa de vez en cuando" Elliot negó con la cabeza.

"A mamá no le gustará eso" río.

"Bueno.." Aarom dejó el casco sobre las manos de su hijo "Sobre la tabla o sobre el suelo, solo quiero ver una sonrisa aquí" dijo acariciando la mejilla pálida del pequeño.

Profesor (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora