Profesor (En Edición)

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A pedido de Joseph, Sam tuvo que entrar al agua para poder ayudarle con Joan. El omega quería que su bebé probara una piscina por primera vez en su vida.

El bebé tenía el ceño fruncido y observaba las manos de Sam sobre él.

"Todos tenemos el instinto de nadar" dijo el omega "Si soltamos a Joan, va a patalear e intentar salir a la superficie"

"Ni se te ocurra" dijo Joseph levantando una ceja.

"Ven conmigo, tú lo vas a soltar muy despacio y no vas a separarte mucho de él, así yo podré centrarme en atraparlos si pasa algo"

"Si le pasa algo a mi hijo, te mato" dijo con duda.

"Te juro que no pasará nada" respondió Sam rodando los ojos.

Y así lo hicieron, Joseph soltó a su cachorro en el agua logrando que el pequeño nadara en lo que normalmente conocen como "perrito"

"Te lo dije" la voz de Sam resonó sobre el ruido que provocaba Joan al golpear al agua desde los brazos de su madre.

"Mi pececito" dijo besando su mejilla regordeta.

Por otro lado, Arián paseaba a su bebé en el cochecito que llevó para él. Alex señalaba cada lugar colorido que llamaba su atención y luego miraba a su padre para ver su reacción.

El rubio amaba a su hijo, había superado lo que ocurrió mientras Joseph dormía pero no podía negar que era agotador estar solo con él, pues debía tener la vista pegada en el camino y en su pequeño pelinegro al mismo tiempo.

El médico los esperaba por la tarde y Arián quería asegurarse de que Alex tuviera la pancita llena.

El bebé adoraba las frutas y aprovechó para hacerlo probar un batido de leche y fresas. 

"¿Si te gusta?" Preguntó a su hijo.

Alex succionaba el vasito entrenador mientras observaba a su padre mover los labios, recordó que Joan agitaba la cabeza cada que sus niñeras movían los labios así que hizo igual causando una sonrisa en el ojiverde.

Un par de horas después padre e hijo partieron a la clínica en donde se encontrarían con su doctor.

Arián se encontraba en la sala de espera tomando las manitas de su hijo para que esté pueda caminar, aunque estar agachado en esa posición no era nada cómodo estaba contento de ver al pequeño dar esos torpes pasitos.

Cuando una enfermera llamó llegó el momento de entrar.

Un hombre algo mayor se encontraba adentro del consultorio, parecía ser bastante serio y resultaba algo intimidante.

"Buenas tardes, soy el doctor Jackson y.." levantó la mirada sorprendido "¿Un alfa? ¿Dónde está la mamá?"

"Solo somos nosotros, doctor" respondió incómodo el rubio.

"¿Está en la capacidad de informarme detalladamente la situación de su hijo?" Preguntó notando que no existía ninguna característica física similar entre las dos personas frente a él "Lo digo porque son las mamás quienes saben todo lo que ocurre con sus bebés y los alfas.. suelen ocuparse de otras cosas"

"Puedo encargarme de ello, está bien"

"Perfecto, entonces empezamos"

Arián respondió todas y cada una de las preguntas que hizo el médico. Cada diagnóstico que recibió su bebé y diferentes datos sobre su crecimiento.

"Parece ser un bebé saludable aunque demasiado quiero para tener un año" comentó el hombre de guardapolvo "empezaremos con los exámenes físicos y dejaremos para el final las muestras de sangre, orina y demás"