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"La cagamos" 

"Joseph, no hables así. Fue mi culpa" el omega no estaba nada acostumbrado a estar cerca de Adrián cuando estaba molesto, de hecho nunca lo había visto así y su aroma turbio comenzaba a erizarle la piel. 

"Fue mi culpa, no debí sacar conclusiones apresuradas" el rubio abrió los ojos sorprendido, Joseph nunca se disculpaba, tenía la mirada baja y las mejillas rojas. 

"Estabas cerca del celo y seguro los aromas de mi padre y mi abuelo te aturdieron" dijo tranquilo "No te apenes, me gustas más cuando el tú altanero y engreído" sonrió suavemente.

"El estúpido celo nunca llegó, te dejé hacerme todo eso por nada, idiota" sus mejillas ardían por la vergüenza.

"Es cierto" una suave risa salió de sus labios "Sabíamos que no había nada seguro hasta que tu cuerpo comience a recuperarse" Joseph recordó las palabras de su madre sobre que nunca estaría completamente bien y probablemente con el tiempo llegue a empeorar.

"Sí, seguro" se acostó sobre la banca del parque donde solían reunirse "Mi madre me ignora olímpicamente y.." dijo mirando al cielo "Mi padre me mira con lástima" 

"Cuando terminemos la secundaria te sacaré de ahí" afirmó decidido 

"Creo que en tu casa, ahora, la situación es la misma ¿no?" sus ojos negros observaron el resto del alfa

"Mi padre está muy estricto conmigo, mi mamá está casi igual que siempre pero no habla mucho y cuando estamos cerca de mi abuelo se vuelve muy tímida"

"Lo siento" la voz baja de Joseph era baja y algo forzada.

"No, deja ya de culparte. Era entendible que se haya tardado tanto tiempo en decirlo, yo no hubiera podido. En verdad es muy valiente y yo solo lo ataqué con mis palabras" 

Joseph oía atento las palabras de Arián, desde la extraña reunión en casa del alfa las cosas no estaban del todo bien. Erick dio todos los indicios para la conclusión del omega, pero esas no fueron las pistas correctas. 

La reunión fue cortada cuando el abuelo de Arián se puso de pie y salió del lugar, Denisse corrió a su habitación con su alfa pisando sus talones. El rubio se quedó en silencio, con un muy incómodo Joseph a su lado, no fueron conscientes del tiempo hasta que la voz de Erick se oyó.

"Hijo, Joseph está cansado, por favor acompáñalo y regresa" miró como Joseph parpadeaba lentamente tratando de despertar "Necesitamos conversar" 

Arián miró a su padre y asintió, pasó su brazo por la cintura del omega y bajo sus piernas para cargarlo, Joseph apenas sintió el aroma del alfa llevó su nariz a su cuello y se acurrucó. 

Llegaron a la habitación del ático, después de arropar al omega y asegurar la puerta inició su camino de regreso. 

"Papá, estoy aquí" dijo en voz baja. 

"Ven" el rubio se sentó al lado de su padre "No sé como pudiste decir eso, ni de donde lo sacaste" frotó sus ojos "Tu madre tuvo que tomar pastillas para dormir, quizás todos esos libros que lees están estimulando demasiado tu imaginación."

"¿No tuve razón?" preguntó nervioso "Papá, ese día tu aroma quedó en el auto, era denso, tal como en un celo" 

"Apenas había iniciado tu primer celo, sentiste el aroma mucho más fuerte de lo que en verdad fue" respondió tranquilo.

"¿Qué?" Arián se desconcertó.

"Así fue. En esos días la empresa tuvo algunos problemas con las ventas, el estrés no me dejaba dormir, tuve fiebre por días y el cansancio era demasiado. Antes de ir a tu escuela, Martin me estaba llevando a un chequeo médico"

Profesor (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora