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Datos innecesarios:
Me queda un par de clases para acabar la universidad, muero de nervios pero ya tendré tiempo de editar los desastres que dejé por aquí.

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Joseph consiguió que Robert abriera cupos para atenderlo. No le importó duplicar el pago por fines de semana o sesiones nocturnas pero necesitaba desahogarse y el alfa le había dado ese oportunidad.

Revisaban juntos el diario del omega y planteaban soluciones, escenario y diversas opciones que podrían ayudarle a manejar mejor cada situación, pasaron dos meses así hasta que el día del nacimiento llegó.

Joseph decidió no usar ningún tipo de neutralizador, su piel sería la primera que tocaría su bebé y no quería que estuviera contaminada.

"Tu aroma está muy fuerte" dijo Celeste desde la camilla arrugando la nariz "No lo recordaba tan dulce"

"Yo ni si quiera lo recordaba, esa loción que quita el aroma se volvió mi mejor amiga"

"Bueno, hueles como un algodón de azúcar" dijo divertida.

"Eww.. odio ese dulce" hizo un gesto de asco.

Celeste no había permitido que sus padres entren a la sala de partos, solo serían ella y Joseph. Había entregado a los médicos las instrucciones, firmadas por los omegas, en las que indicaban que el bebé sería entregado al omega varón.

Joseph se ponía cada vez más nervioso y su aroma dulce aumentaba cubriendo cada espacio de la sala.

"¿Estás lista?" Preguntó ansioso.

"Obvio que no" respondió la omega con miedo en su mirada.

"Todo va a salir bien, yo estoy aquí para ti, todo el tiempo" Celeste enlazó sus dedos con los del pelinegro.

"Bien, ¿qué tenemos aquí?" Dijo el obstetra entrando en el lugar "Huele a mamá aquí"

Celeste bajó la mirada avergonzada.

"Una cesárea, ya veo" dijo el médico observando el expediente "podrías dar a luz de manera natural, es más sano"

"No, una cirugía es más rápida y estoy mejor con eso"

"Entonces no se diga más, te pasaremos a quirófano, preciosa"

Joseph cambio su ropa por un mameluco desinfectado. Bufó al ver como le ajustaba y recordó el excesivo desayuno que Denisse lo obligó a comer tan igual como cada día.

"Estoy seguro que cuidar a Joan será lo mismo que hacer cardio"  susurró atando la cuerda al rededor de su cintura "Ufff.. este traje el trasero, necesito uno de estos para Ari.."

Un sabor amargo llegó a su boca, negó con la cabeza intentando alejar cualquier pensamiento y salió del cambiador.

Joseph sostuvo la mano de Celeste todo el tiempo. La omega no sentía nada pero eso no hacía que sintiera menos miedo, los minutos se hacían eternos entre cada pequeño paso que daba el equipo médico a lo largo de la cirugía.

"Ou" Joseph miró al médico "ojos aquí, pásame unas pinzas, esto será complicado"

Celeste miró con sus grandes ojos marrones al omega que acariciaba las hebras castañas de su cabello.

"No pasa nada" susurró

"Tenemos dos vueltas en el cordón umbilical" dijo el médico a su equipo "¿Cómo giraste tan rápido en pocas horas, chiquito?"

El bebé pasó los primeros segundos de su vida siendo liberado liberado de aquel cordón que lo ayudó a sobrevivir y que ahora lo privaba del aire.

Profesor (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora