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Los días no podían ser mejor para Aarom, su relación con Mateo iba cada vez mejor. Su padre sabía lo que ocurría con el omega pero decidió que ya estaba lo suficientemente grande para aceptar las consecuencias de la decisión que tomó y la principal consecuencia tenía el nombre 'mamá'.

Aún así la sonrisa no se quitaba de su rostro. Las miradas coquetas, a través del cerco de metal en la escuela, nunca faltaban pero no pasaban a más porque siempre traía los ojos de Gerald sobre él. 

Cuando Zack se enteró de todo lo que había ocurrido armó un escándalo propio de una telenovela, el autodenominado padrino de Olivia no pudo dar su opinión, aunque sabía que el no tenía voto en ese problema, no iba a desaprovechar la oportunidad de hacer un drama y ser mimado por Emma.

Los padres de Mateo estrecharon su relación con el omega, aunque la razón era la pequeña bebé risueña el corazón de Mateo se sentía en paz.

"Mi chico bonito, ¿te desperté?" preguntó a la vez que oía los murmullos perezosos y adormilados del omega al otro lado de la línea.

"¿Eso crees?" preguntó con los ojos cerrados "¿Es fin de semana, no? ¿vendrás?"

"Sip, Zack irá de día de playa con una chica y, supuestamente, conmigo" rio "¿Tienes algún plan para hoy?" 

"¿Puedo pasar todo el día en la cama? Es un buen plan y si vienes tú será mucho mejor, un alfa calientito a quien abrazar" 

"Dame una hora y estoy contigo" luego de cortar la llamada, el castaño intentó dormir una vez más pero Emma tocó suavemente la puerta y entró con una muy malhumorada Olivia en sus brazos. 

"Lo siento, cariño, pero olvidaste dejar el desayuno de cierta señorita" sobó su nariz en la mejilla de la bebé.

"Ou, mi pequeña tiene hambre" extendió sus brazos para recibirla. Intentó besarla pero ella sabía que un beso no llenaría su pancita y con algo muy similar a un gruñido comenzó a tirar de la camiseta del omega "¿Le gruñes a mamá?" rio con fuerza al ver a su pequeña salvaje. 

Emma se sentó a su lado mientras el omega acomodó a Olivia para que pueda alimentarla. 

"¿Dormiste bien?" 

"Sí, creo que sí" su sonrisa era tranquila "Aarom está por venir" comentó. 

"Te ves feliz" levantó las cejas dos veces con una sonrisa.

"Lo estoy" 

Emma le dijo al omega que ese día saldría y estaría regresando al caer el sol. Eso significaba que nuevamente tendría a Olivia a su cargo todo el día.

La bebé, alternaba su mirada entre la beta y su mamá, jugueteando con sus pequeños pies y jalando sus calcetines hasta quitarlos. Sonreía cada que Mateo la mirada y negaba con la nariz fruncida por sus travesuras. 

Aún con los planes de Emma, Mateo decidió no salir de su cama hasta que Aarom llegue. Se acurrucó con Olivia acostada sobre su pecho, la rubia cada vez tenía más fuerza en sus brazos pero aún lograba sostenerse para gatear. 

Mateo acomodaba las hebras doradas de su cabello, miraba cada detalle de ella y asentía cada que emitía un pequeño grito o balbuceaba. 

Emma se despidió de ellos con un beso en sus frentes y prometió volver temprano. Algunos minutos después el timbre sonó y el omega sabía muy bien quien era. 

Con Olivia en brazos bajó las escaleras y llegó a la puerta, fue la gran sonrisa del alfa en la puerta lo que emocionó a su omega.

"Mis dos personas favoritas" dijo Aarom extendiendo los brazos hacia ellos "¿Y Emma?" 

Profesor (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora