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"Martin, por favor lleva a mi terapista a su casa. Él te indicará la dirección y hazle llegar mis disculpas por los inconvenientes"

"Claro, joven"

Cuando giró la mirada. Arián parecía un niño de 5 años rebotando en la cama de la alegría.

"Gracias, gracias, gracias"

"Sí, está bien. Espero que sí pasemos una buena noche"

"Tengo muchas cosas que contarte.."

Joseph vio a su mejor amigo en él pero una necesidad insana de abrazarlo llenó su cuerpo.

"Yo también tengo algo que mostrarte"

Arián asintió emocionado, mientras buscaba la pijama que quedó del omega.

Cuando giró su cuerpo encontró al pelinegro intentando ponerse de pie.

"No, qué haces" corrió hacia él "puedes caerte"

Joseph lo miró fijamente y con una sonrisa decidida se apoyó de las manos del rubio para enderezar su cuerpo.

"Ya puedo ponerme de pie"

El labio inferior del rubio tembló y sus ojos recorrieron la anatomía del mayor, todavía incrédulo.

"Estoy.. Estoy muy orgulloso de ti, sabía que podrías"

Sin saber cómo, el omega perdió el equilibrio y Arián la rodeó con sus brazos pegándolo a su cuerpo.

Los brazos de Joseph estaban sobre los hombros del alfa y sus rostros demasiado cerca.

Las mejillas del omega se colorearon y sus ojos se perdieron en la mirada verdosa del menor.

"Quiero besarte"

"Hazlo" respondió sin pensar.

No hizo falta más, Arián empujó sus labios contra los de Joseph y se fundió en un beso necesitado. El pelinegro se dejó llevar hasta que cayó en cuenta que la lengua del rubio intentaba entrar en su boca.

"Uhm.. espera, espera" dijo empujándolo. Ahora quien parecía un omega era Arián, con los labios hinchados, las mejillas rojas y los ojos brillantes.

"¿Qué pasó? ¿Hice algo mal?"

"Sí, obvio. Esto está m.." Joseph notó como la alegría se escapaba del rostro del rubio poco a poco "Yendo muy.. rápido, todavía no me hago a la idea"

Arián suspiró y una pequeña sonrisa se instaló en sus labios.

"Lo siento, vamos a tu ritmo" dijo deslizando sus manos por la espalda del pelinegro y ayudándolo a sentarse nuevamente "estoy feliz de verte de pie, lo estás haciendo muy bien"

Arián acercó la muda de ropa a Joseph para que este se cambie y le dio la espalda.

"No.. no hay problema, necesito tu ayuda" pidió "Sam hace algunos estiramientos en mis piernas cada que me cambio"

Joseph se quitó la camiseta para vestirse con la pijama sin percatarse que los ojos verdes del alfa viajarían de la vieja marca en su cuello a su pecho ligeramente hinchado y se clavarían, finalmente, en la cicatriz en su vientre.

"Indícame qué debo hacer" dijo el alfa colocándose de rodillas frente a él.

Luego de concluir con los estiramientos, Arián le ayudó a colocarse el suave pantalón de algodón.

"Estás listo" sonrió "¿Ahora qué quieres hacer?"

"Quiero jugar con mis hijos"

"Oh, claro.. pero debemos esperar a que despierten, ellos duermen apenas cae la  noche"

Profesor (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora