"¿Estás embarazado?"
"¿Qué? No, ¿Cómo se te ocurren tantas locuras antes del desayuno?" preguntó Joseph ligeramente fastidiado.
"Es que.. tú, llevas esa cara pálida y acabas de vomitar" dijo sosteniendo su mano "Puedes hablar conmigo, ¿Ocurre algo?"
"Sabes que no puedo concebir" Arián miró al suelo "Si estuviera embarazado ya lo habrías notado, mi doctora dijo que el aroma cambia y yo solo siento que cada huelo peor"
"Lo siento, no volveré a sacar el tema. Pero, ¿Estás enfermo?" Joseph suspiró con fuerza.
"Secuelas de las drogas de mis padres"
"¿Hay algo que podamos hacer?"
Su omega gritó 'márcame', su cuerpo necesitaba los anticuerpos que solo la mordida del alfa podía proporcionarle.
"Podemos ir a caminar a la playa, eso me relaja" desvió el tema.
"¿Estás seguro? No te ves nada bien" insistió.
"Seguro el estúpido celo ya debe estar por llegar, quizás sea eso" acomodó su cabello tratando de mejorar sus aspecto.
"Desayunemos y luego vamos a tomar un poco de aire ¿Está bien?"
"Sí, claro" salieron de su habitación en el ático de la casa y se dirigieron a la cocina. Arián pidió a sus empleados que le permitieran atender a su omega y así fue, la mayoría de veces el rubio intentaba sorprender al omega con los pocos platillos que sabía preparar.
Joseph miraba desde la isla de la cocina donde se encontraba sentado como Arián ensuciaba más cosas de las debía para preparar un jugo de naranjas.
El desayuno le regresó un poco de color a las mejillas del omega y las conversaciones que planteaba el alfa los distraían de las nauseas.
"Pasarás la navidad con nosotros ¿verdad? mi madre ya mandó a bordar un calcetín con tu nombre y también una bombilla del árbol tendrá la 'J' grabada"
El rubio no entendía de las tradiciones cursis de su madres hasta que comenzó a pasar más y más tiempo con Joseph.
"Entonces estaré aquí, pero advierto que odio las pasas y las ciruelas, eso no es nada navideño" dijo arrugando la nariz.
"Lo tendré en cuenta" rio el alfa.
Después de su improvisado desayuno, ambos subieron a cambiarse a ropa de calle y se alistaron para salir. Arián tomó la costumbre de cambiarse lo más rápido posible y luego solo sentarse a mirar a Joseph mientras se vestía.
Al principio se ganó buenos golpes con almohadas y zapatos por ser un 'pervertido', pero luego se acostumbró a tener los ojos del rubio pegados a su cuerpo.
Arián vistió un buzo gris y Joseph, como siempre, una chaqueta de denim negra y unos jeans rasgados.
"¿Chicos? ¿A dónde van?" preguntó Denisse al verlos atravesar el recibidor.
"Saldremos a caminar. ¿Cómo está papá?" preguntó el alfa.
"Bien, está descansando. Las terapias los dejan agotado pero está mucho mejor" sonrió tranquila pues su alfa mostraba solo signos de mejora gracias a la perfecta compatibilidad con el donante.
Joseph oía todo apoyado en una pared, a pesar de haber hecho que Arián deje de lado lo que ocurrió aquel día, en su mente seguían dando vueltas tantas coincidencias demasiado obvias.
La voz de Denisse dejó de oírse y Arián se perdió de su campo de visión. Asustando liberó feromonas que captaron la atención del alfa, no lo notó hasta que su cuerpo golpeó el suelo y escuchó varias voces distante.

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Profesor (En Edición)
RomansaEn una sociedad que rechaza a los omegas varones, Mateo logra cumplir su sueño de ser profesional y entra, después de muchos años, a enseñar en una escuela de la ciudad. Asignado como profesor de historia, nada podría arruinar ese perfecto primer d...