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"Aarom" el alfa de ojos verdes escuchó su nombre e inmediatamente volteó "Estuve hablando con Mateo, me comentó que Olivia no está muy bien y creo que hay darle unos días, un poco de espacio" Gerald trató de usar las mejores palabras. 

"¿Darle espacio?" preguntó algo incómodo "A mí no me dijo nada" 

"Sí, lo sé" respondió "Es una sugerencia, lo vi un poco distraído y creo que no está pasando por un buen momento" 

"Lo tendré en cuenta, gracias" respondió el muchacho antes de alcanzar a su primo en el patio. 

Cuando el alfa se acercó al cerco metálico lo vio sentado en una de las bancas con el celular entre sus manos. Zack notó el ambiente extraño y decidió usar el tiempo para comprar alguna golosina. 

"Oye, bonito" susurró el alfa. Mateo lo escuchó y lo buscó con la mirada, tenía la mirada cansada y se notaba la preocupación en su rostro. "¿Estás bien?" 

El omega negó con la cabeza "Mis padres están llegando a la ciudad y Olivia está un poco enferma" suspiró "Yo quería pedirte.." sus cejas se curvaron. 

"Sí, no te preocupes. Tómate tu tiempo para estar con tu familia" sonrió amablemente "Pero cuida mucho a mi chica ¿si? Todavía no tuvimos tiempo de usar nuestros gorros azules y tiene que estar fuerte para poder lucirlos" el castaño sonrió por las palabras del alfa.

"Eres el mejor, alfa" su omega se sentía feliz de tener a su lado a un alfa tan comprensivo, si duda esperaba poder compensarlo por ello.

Mateo había estado todo el día pendiente al teléfono, Emma o sus padres podrían llamarlo en cualquier momento. Habló con Esteban para que cubriera su turno en la biblioteca y pidió el permiso para salir con anticipación.  

Sabía la hora en la que llegarían sus padres a la ciudad, así que tomó un taxi y salió hacia el terminal de buses. Arregló su cabello y su uniforme de escuela, revisó su celular una vez más y se sentó frente a la puerta por donde ingresarían los viajantes.

Movía su rodilla de un lado a otro tratando de controlar su ansiedad hasta que por fin pudo visualizar a la pareja, su padre no vestía su habitual traje azul marino pero aún así no perdía ese toque formal que siempre lo caracterizaba, su madre tenía puesto un vestido de mangas largas y traía su abrigo en un brazo. A pesar de no ser una familia de mucho dinero siempre se esforzaron por mantener 'la clase', y Teresa era experta en su papel de orgullosa esposa de un excelente abogado. 

Mateo tomó su maletín y se acercó a ellos, los nervios hacían que su estómago revolotee pero mientras rápido pasara ese momento, más rápido estarían en el hospital con Olivia. 

"Mamá, papá" sus ojos pasaron por el rostro de ambos "Bienvenidos, gracias por estar aquí" 

"Muchacho, no has cambiado nada" dijo su padre apretando su hombro con más fuerza de la estaba acostumbrado, todo lo contrario a las habituales caricias que recibía de Emma. "Veo que conservas tu trabajo" observó el maletín en sus manos. 

"Sí, es mi segundo año" miró a su madre y sonrió "Mamá, te ves muy bien" 

"Gracias" dijo levantando una ceja, sus ojos viajaron directamente a su vientre. Su chaqueta abierta dejaba ver su delgadez "¿Cuándo conoceremos a la niña?"

"Ahora mismo, ella está en el hospital con su nana" dijo refiriéndose a Emma "Está estable pero me recomendaron tenerla en observación" caminaron hacia la parada de taxis, Mateo subió adelante y dio la dirección del lugar donde estaba su hija. 

Una vez allá, el omega pidió pases para sus padres y después de registrarse ingresaron juntos a la sala pediátrica. Emma se encontraba con la cabeza acostada sobre uno de sus brazos en la camilla y con el otro moviendo un pequeño peluche frente a Olivia, quien intentaba atraparlo. 

Profesor (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora