56. SAVING ME
Y de nuevo, Daryl Dixon me había reconstruido por dentro.
Daryl y yo estuvimos abrazados prácticamente toda la noche. De vez en cuando nos permitíamos descansar un poco. Habíamos hablado sobre nuestros planes, sobre qué haríamos los siguientes días. Él no estaba muy de acuerdo en ir hasta Baltimore y era comprensible, eran muchos los kilómetros que debíamos recorrer y contábamos con dos niños y ningún coche. Por otra parte yo seguía bastante débil y Daryl tampoco parecía estar del todo bien.
A penas comenzaba a amanecer, y Carl ya estaba despierto. Estaba dispuesto a seguir con nuestro camino, pero Daryl y yo habíamos tomado la decisión de permanecer allí unos días hasta recuperar fuerzas. Parecía que aquella casa podía ser un lugar seguro para nosotros.
-Me prometiste que buscaríamos a mi padre, me lo prometiste LeeAnna –reclamó el niño al saber que no nos marcharíamos todavía-
-Y lo buscaremos, pero no podemos marcharnos todavía. LeeAnna necesita recuperarse –explicó Daryl. Sentí un enorme escalofrío al ver cómo Daryl le hablaba al niño, parecía un padre hablándole a su hijo-
-Nos quedaremos –dije firmemente- no hay más que hablar
Acto seguido me marché de nuevo a la cama. Por momentos sentía que mi cuerpo se iba a romper a pedazos. Me acosté en la cama, junto a Judith. Pensé en la inocencia de aquella niña. Tenía la firme creencia de que todos los que seguíamos vivos teníamos que pagar por algo, todas las buenas personas habían muerto, pero Judith… tan solo era un bebé ¿pagaba ella los errores de otra persona? No era justo.
Aún tenía las manos manchadas de la sangre de Garreth. No me sentía culpable, cuando le conocí sabía que acabaríamos matándonos el uno al otro. Caminaba por la zona de las duchas de la prisión, era de las pocas zonas de la prisión que aún no ardían o estaban llenas de humo. Sin duda, el sistema de ventilación funcionaba.
Oí un grito femenino que me hizo estar alerta, mi única arma era mi catana que había conseguido recuperar tras mi enfrentamiento con Garreth. Salí del enorme baño y me adentré en el vestuario de los presos, lo único que pude ver fue al pelirrojo salir de allí corriendo, las paredes estaban manchadas de sangre y en el medio del lugar reposaba una joven moribunda: Beth. Me agaché y sujeté su cuello, tenía una herida muy profunda; a pesar de que sabía que no podría parar la hemorragia, al menos debía de estar con ella.
-Maggie… -comenzó a decirme, pero se ahogaba en su propia sangre-
-Ella están bien, pequeña, está a salvo –inmediatamente Beth esbozó una pequeña sonrisa y me entregó una pistola, afirmó levemente con la cabeza y no lo pensé más, no debía hacerlo. Besé su frente aun embadurnada de sangre y disparé. Un disparo que resonó en toda prisión, o quizás tan solo en mi cabeza. Durante unos segundos no era capaz de oír nada más que el rebote de aquella bala.
Habría querido dar sepultura digna a Beth, pero no podía olvidar las condiciones en las que estábamos en la prisión. Quería encontrar a todos los de la prisión y ayudarlos a escapar, aunque me costara la vida hacerlo, al menos no moriría en vano.
Oí un grito desgarrador y salí corriendo, no sabía dónde debía ir, pero no podía quedarme quieta. Me topé con uno de los hombres de Shane y sin pensarlo corté su cabeza en dos, como si de un caminante se tratara.
No quería pensar en lo que había hecho, matar una persona que quizás era inocente, que quizás estaba siguiendo órdenes de alguien a quien temía. Fuera como fuera, era el enemigo. Sin darle más vueltas.
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ZET (The Walking Dead Fanfic)
Fanfiction-Esto tiene que ser una broma... -Dije con un fastidio notorio- Habría preferido que fueras un caminante... -No puede ser cierto, tú no puedes estar delante de mí... -dijo completamente confundido- Solté una pequeña risa cargada de prepotencia. El...