12. DELIRIOS

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12. DELIRIOS

Salí de la habitación con un propósito firme: arruinarle la vida a Daryl Dixon de la misma forma que él lo había hecho con la mía.

Bajé las escaleras enfurecida. No era capaz de contener la rabia que sentía dentro de mí. Ya había dejado muy claro a Daryl que no quería que ninguno supiera quién era. Pero ahora tenía muy claro lo que debía hacer, acabar con Daryl y alejarme de este grupo. Encontrar un nuevo refugio, o quizás, cumplir con la idea que tenía de ir a Washington. Ya lo decidiría luego.

-¿Dónde está Daryl? –Pregunté a Carol. Ella seguro que lo sabía, era su sombra-

-Ha ido a buscar a Sophia…

Cierto. Se había ido furioso. Intentar ir detrás de él sería inútil. Salí de la casa, tenía que encontrar algo con lo que poder desfogarme, quitarme la rabia que sentía dentro de mí. 

Encontré un bate de beisbol en la entrada, era perfecto. Lo cogí y me alejé de la casa, lo suficiente como para que no oyeran los golpes que daba. Golpeaba los árboles, el suelo… ¿Dónde estaban los caminantes cuando necesitaba desahogarme? Al volver a la casa, vi que Shane y Andrea se marchaban a hacer su ronda de búsqueda.

Lo malo de haber encontrado un sitio seguro, era que no había escape de allí.  Sentía mi corazón acelerado, una mezcla de adrenalina y odio.

-¿Qué ha pasado? –me preguntó Beth. A diferencia de su hermana, Beth apenas hablaba, apenas se relacionaba con nosotros. Su mirada me decía que sentía miedo de nosotros, o quizás tan solo de mí. No podía culparla, el chico al que había matado era su novio- 

-Nada… -dije- Se me ha acabado la paciencia

-Mi padre me enseñó que la paciencia es esencial para el equilibrio y la justicia. Así que haz un esfuerzo y recupérala –me dijo la chica con una sonrisa y se marchó-

Pasé el día a solas, no me apetecía estar con nadie. A pesar de que Lori vino un par de veces a preguntarme si me encontraba bien,  le hice creer que tan solo me sentía algo triste. Todos teníamos días malos. Éramos, al fin y al cabo, humanos. 

Poco a poco, todos fueron llegando de nuevo a la granja, sin noticias de Sophia, ni siquiera un rastro que seguir. Nada.

Yo estaba con T-Dog y Glenn en el porche hablando un poco sobre las tonterías que habíamos hecho de pequeños. Glenn habló sobre sus hermanas, T-Dog sobre su padre y yo sobre mi madre. Con pocas personas había hablado de ella.

-¿Habéis visto a Daryl? –Nos preguntó Carol- Creo que aún no ha vuelto…

Solté un bufido cuando Carol se marchó.

-¿Celosa? –me preguntó T-dog-

-¿De ella? ¿Por Daryl? –Solté una carcajada desde lo más hondo de mí- No me hagas reir. Tropecé con la piedra Dixon una vez, ahora que otras caigan, yo no.

-¡Cómo me encantas! –Dijo T-dog riendo-   

-¡Viene uno! ¡Un caminante! –gritó Andrea, que hacía vigilancia desde la caravana de Dale- ¡Por allí!

-¿Solo uno? –preguntó Rick. Andrea afirmó- No dispares, no podemos hacer ruido, atraerá a otros…

Todos comenzaron a correr en dirección al caminante. Todos íbamos armados. Nos detuvimos cuando estábamos a unos metros de él. Cuánto más me acercaba, menos podía creer lo que estaba viendo.

-¿No es Daryl? –preguntó Glenn. Parecía él, pero estaba sucio, lleno de sangre y malherido-

-¿Cuántas veces más me vas a apuntar a la cabeza? –Preguntó, confirmándonos que sí era él- ¿Vas a disparar o no?

ZET (The Walking Dead Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora