69. NO ESCAPARÉ NUNCA MÁS

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69. NO ESCAPARÉ NUNCA MÁS

Aquella noche, en compañía de Carl y Rick, pude escuchar los latidos de mi bebé por primera vez. Deseé con todo mi corazón que Daryl hubiera podido estar en este momento tan especial.

Lo necesitaba.

Padre e hijo me hicieron compañía durante toda la noche. El niño durmió gran parte del tiempo, pero Rick y yo éramos incapaces de conciliar el sueño. Cuando te acostumbras a vivir con miedo, la propia tranquilidad te causa más miedo.

Cuando amaneció le pedí que fueran a descansar, Rick más que nadie merecía un respiro. Merecía poder pasar un día sin preocupaciones, sin tener que vigilar ningún perímetro, ni tener que mancharse las manos de sangre. Un día de paz.

No había pasado más de media hora que Rick se había ido cuando apareció mi padre preocupado. Tuve que oír una pequeña charla sobre que ya no estaba sola y que debía pedir ayuda. Era curioso porque me sentía más sola que nunca.

"Cuánto más valioso es lo que tienes, es más dolorosa su pérdida"

Estuve dormida casi toda la mañana, me desperté un par de veces, cuando el médico vino a ver qué tal estaba, pero el resto del tiempo, mis ojos se mantuvieron cerrados.

Noté que alguien me movía lentamente, cuando abrí los ojos me encontré con Glenn. Aún tenía los ojos hinchados y rojos el llanto.

-Te han traído comida, no has probado bocado en todo el día... -murmuró y me ayudó a sentarme en la cama. Hizo una mueca parecida una sonrisa cuando me vio lo agobiada que estaba con el enorme bulto que tenía como barriga- Estás mucho más grande que Lori, ella sabía cómo moverse

Yo solté una risita. Parecía un robot con los engranajes necesitados de aceite, no era capaz de controlar mis movimientos, era como si el bebé creciera por segundos.

-Lori ya lo había pasado con Carl, para ella no era tan nuevo. Yo nunca he estado así, no llegué hasta este punto... -comenté. Debía de ser el cúmulo de saber que el bebé estaba bien, que iba a tener ayuda a la hora de dar a luz, o la tranquilidad que me daba estar en ZET, que sentí que por primera vez hablaba de aquél bebé perdido y no sentía la tristeza ahogándome. Parecía que estaba dando un paso adelante-

-Maggie tenía razón, ella decía que serías buena madre y... vas a serlo -pude oír cómo se quebraba su voz en cada palabra, cómo el simple hecho de nombrarla lo destrozaba por dentro-

-Siento mucho lo que le pasó -susurré tomando su mano y apretándola fuertemente-

-Creo que ella lo sabía hacía tiempo, que algo no iba bien, pero jamás nos lo dijo... -Glenn comenzó a llorar. Me partía el corazón verlo así; él no merecía haberla perdido, ni ella merecía morir- Si tan solo me lo hubiera dicho...

-No hubieras podido hacer nada, Glenn, no puedes culparte

Glenn me miró en silencio, nuestras manos seguían unidas, el llevó la mía hasta sus labios y la besó lentamente y después la soltó.

-Acaba de comer, volveré más tarde

Me mostró una sonrisa fingida y se marchó de allí. Me quedé sola comiendo algo parecido a un puré de verduras, aunque no podía definir el sabor. No me quejaba, en realidad lo agradecía, llevaba tanto tiempo sin poder probar un bocado decente, eso acababa sabiendo a gloria.

Estuve bastante rato a solas, aproveché para levantarme un poco y moverme, aunque fuera por la habitación. Al menos esta vez no estaba encerrada.

Volví a acostarme en la cama y cerré los ojos, no estaba cansada, pero tampoco quería ocupar mi mente con pensamientos que solo iban a hacerme más daño. Me sentía demasiado culpable por haberme alejado de Daryl, todo había sido mi culpa y no sabía cómo enfrentarme a las consecuencias.

ZET (The Walking Dead Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora