ZET (The Walking Dead Fanfic)

4. THE PULSE

4. THE PULSE

  Habríamos vuelto con los demás a un ritmo normal, pero escuchamos gritos, por lo que corrimos. Quizás el resto del grupo estaba en peligro, pero al llegar no vimos ni a un caminante, realmente no había nadie, ni siquiera coches. Nada. 

-¿Dónde demonios están todos?

-Hemos debido de alejarnos más de lo que creemos, lo que no sé, es en qué dirección –Shane miró a ambos lados de la carretera, ninguno parecía el correcto-

-Pero hemos oído los gritos…  venían de aquí-    

-El sonido ha debido de rebotar.

-¿Qué hacemos? –pregunté. No sabía cuál era el camino que debíamos de tomar. En unas horas podía comenzar a oscurecer, además Glenn nos necesitaba-

-¿Derecha o izquierda?  -pero yo me quedé en silencio. No sabía ni siquiera cuál elegir- ¡Vamos! ¡Di algo!

-¡Derecha!

Entonces Shane comenzó a correr hacia su lado derecho, corrimos durante unos cincuenta minutos, haciendo breves descansos. Y no encontramos al resto del grupo, por el contrario, observamos a lo lejos una enorme granja.

-¿Crees que puede haber alguien allí? –Pregunté- Podría ser un buen refugio para todos.  

-No lo sé, primero debemos encontrarlos a todos, después valoraremos esto...

De forma inmediata comenzamos a correr en la dirección contraria a la que habíamos venido. Debíamos recorrer los kilómetros que ya habíamos hecho más los que faltaran hasta llegar a los coches.

Ninguno de los dos decía nada, nos preocupábamos de correr. Poco a poco la noche estaba cayendo sobre nosotros. La luz en la carretera se había disminuido considerablemente y eso me ponía muy tensa.  Estaba mucho más  alerta de lo normal. A penas estábamos armados y ni siquiera llevábamos agua.  Por un momento me sentí realmente agotada, me faltaba el aire y me temblaban las rodillas, pero un ruido extraño me hizo volver a correr a gran velocidad.

A lo lejos vimos un montón de coches parados, debía ser allí. Nuestra idea se confirmó cuando, estando más cerca, oímos la voz de Rick hablando con su esposa Lori.

Supongo que debido a que me había relajado sabiendo que volvíamos a estar con el grupo, pero mi cuerpo no dio más y caí al suelo. Me costaba mantenerme erguida y no cerrar los ojos. Estaba demasiado agotada para dar un paso más. Sin yo quererlo, todo se volvió negro.

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Abrí los ojos y los rayos de sol me cegaron. Note un fuerte pinchazo en mis piernas que me hizo recordarlo todo: Shane y yo perdidos, Glenn, la savia… Ni siquiera sabía cómo había acabado en el asiento trasero del monovolumen de Shane. Me levanté cómo pude, a pesar del dolor de piernas y salí del coche.

-Ya has despertado –dijo alguien. Miré detrás de mí y vi a Daryl limpiando un poco su moto con un trapo que tenía algunas manchas de aceite- ¿Tan bien lo pasasteis Shane y tú que hoy ni siquiera puedes moverte?

No quise contestar a aquello, ni siquiera lo entendí.  ¿Acaso Shane no había dicho lo que nos había pasado? Tan solo me limité a mirarle con todo el odio que le guardaba dentro de mí. El verle con aquella moto, me hizo recordar una de las primeras veces que me había topado con él. Llevaba aquella chaqueta de cuero que odiaba y los vaqueros rasgados, se acercó a mí y me pidió una cerveza. Una parte de mí no quería hacerlo, a leguas se notaba que él no necesitaba una cerveza, necesitaba más bien descansar: ambos ojos morados y unas cuantas manchas de sangre en su pantalón. Me giré evitando recordar más. El pasado, pasado estaba. Ahora debía vivir el jodido presente.