68. ONE LONE NIGHT

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68. ONE LONE NIGHT

-¡Daryl! ¡Daryl! -Grité- ¡Rick! ¡Carol! -Algunas personas salieron de la casa, pero eran tan pocos -¿Dónde están los demás? -pregunté asustada. Había imaginado durante el camino que Daryl salía de la casa apuntándonos con su ballesta y que era yo la que tenía que pedirle que bajara el arma. Pero no, tan solo salió Rick con Judith en brazos, y junto a ellos Carl, Tara y Glenn.

-Sólo quedamos nosotros... -dijo cabizbajo Rick-

-¿Qué? -pregunté-

-Cuando desapareciste todo cambió. Maggie enfermó y cuando murió... -volvió a agachar la mirada-

-¿Qué? -volví a preguntar. El rostro de Glenn demostraba lo duro que debía de haber sido para él. Se le veía devastado, él estaba enamorado de Maggie perderla era como perder una parte de él mismo, puede que incluso peor- ¿Y todos los demás? ¿Se marcharon?

-Sentían que se habían aprovechado de ti, por seguir aquí, por alimentarse de lo que tu padre había dejado para ti. Esto era tuyo y te lo arrebatábamos.

-Pero...

-Merle me habló de Washington, querían descubrir qué había pasado allí, por qué no había caminantes... podemos encontrarlos LeeAnna...

-De eso nos encargaremos nosotros -Notificó firmemente la militar- vosotros tenéis que ir a ZET, nuestro cuello está en juego por esto, si no llegas a salvo, nosotros no podremos entrar.

Estúpida jerarquía.

No quise preguntar más, tan solo acaté las decisiones que se tomaban. Esta actitud podía ser impropia de mí, pero algo me decía que eran buenas decisiones, que debía seguir este camino. Ayudé a los residentes en mi casa a recoger algunas pertenencias, aunque era poco lo que nos quedaba después de todo el camino que habíamos recorrido hasta ahora.

El rostro de Rick se iluminó cuando se enteró que su pequeña Judith era el futuro, que existía una cura, que aún siendo temporal, podía salvarnos. Era lo que él había estado buscando desde el principio y ahora lo conseguía.

La mitad de los coches tomaron rumbo a Washington, teniendo una nueva misión: encontrar al resto del grupo. La importancia de conseguirlos era que hacía meses que no encontraban un grupo tan grande que no fuera a resultar perjudicial para la zona en tonificación. Éramos personas de diferentes rangos sociales, de diferentes etnias y edades que habíamos aprendido a sobrevivir juntos.

Éramos lo que ZET necesitaba.

Escribí una nota para ellos, explicándoles que nosotros los habíamos enviado, que los iban a llevar a un lugar seguro; incluso puse en la carta improvisada algunos datos que solo ellos y nosotros podíamos conocer, que no fueran meras casualidades.

Carl no se despegó de mi hombro en todo el camino, intentaba darme ánimos y que no me sintiera sola. El chico al que tanto había visto crecer me demostraba que se estaba preparado para convertirse en un buen hombre, uno del que todos estuviéramos orgullosos.

-Ellos están bien, LeeAnna... -murmuró y apoyó su cabeza en mi hombro-

-Lo sé -apoyé mi cabeza sobre la suya y tomé su mano-

-Te ha crecido mucho la barriga en estos días... -Su voz sonaba tan tranquila que apaciguaba el ritmo acelerado de mi corazón-

-¿Cuántos días estuve desaparecida?

-Casi una quincena... -Bufé lentamente sintiéndome culpable de todo lo que había pasado. Que ellos se marcharan, que pudieran estar en algún peligro, la muerte repentina de Maggie. Era como si todo estuviera escrito y yo hubiera modificado algunas líneas sin querer hacerlo. Sin ser consciente de que lo hacía.

ZET (The Walking Dead Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora