21. ERES TÚ

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21. ERES TÚ

Alguien llamó a la puerta, me levanté de un salto de la cama. Abrí la puerta y me topé con Tyreese, que estaba recostado en la pared opuesta.

-Han venido a buscarte, LeeAnna, el gobernador está aquí.

Pasé la mano por mi cabeza intentando peinarme un poco, estrujé un poco mis ojos para despejarme y salí de la habitación. El Gobernador me esperaba en el salón, lo saludé bajo la atenta mirada de Tyreese y Sasha.

-Demos un paseo –me invitó el líder-

Bajamos juntos hasta la calle. A penas estaba amaneciendo, las personas de  Woodbury comenzaban a salir de sus casas.

-Martínez me ha contado dónde te encontró ayer… Supongo que ahora tendrás muchas dudas. Tenemos caminantes dentro de Woodbury, debe parecerte una locura, pero tiene su explicación. En Woodbury no solo sobrevivimos, aquí también investigamos y nos divertimos. Tenemos que aprender a convivir con la presencia de esos seres, es lo único que podemos hacer para sobrevivir.

-Sigo sin entenderlo… siento que estamos en peligro.

-No, nuestro fin fundamental es haceros sentir que estáis a salvo, haceros sentir fuertes… -El Gobernador suspiró y se detuvo- LeeAnna, te invito a que vengas esta noche conmigo a  la Arena de Batalla. Te recogeré esta tarde en la consulta…  

Sin más, el Gobernador se marchó dejándome muy cerca de mi nuevo lugar de trabajo. Me quedé pensando en lo que había dicho. Si no había entendido mal, ¿utilizaban a esos caminantes para encontrar una cura? ¿Hacían investigaciones con ellos? Entonces, ¿por qué me había hablado de diversión?

Mi conversación con el Gobernador me había dejado mucho más confusa de lo que ya estaba. El gobernador tenía mucha labia, tenía don de gentes, sabía cómo convencer a la gente, eso lo notaba a leguas. Pero me había hecho inmune a todo eso, y no podía agradecérselo a nadie más que a mi padre. Tantas promesas demagógicas, tantas mentiras, tantas veces que quiso convencerme que las palizas que me propinaba realmente me las merecía… Al menos algo bueno había sacado de ello.

Llegué a la consulta antes que Alice. Entré al pequeño cuarto y me senté en la camilla. Alguien llegó y no podía ser otro que Merle. Me sentía bastante perseguida por él o quizás solamente notaba siempre su presencia por el disgusto que me causaba.

-Tienes que cambiarme las vendas –dijo entrando a la habitación. Sonó tan autoritario, tan mandón, que tuve ganas de lanzarle algo a la cabeza. Odiaba que me mandaran. En su lugar, me limité a sonreír, supongo que por eso que dicen que al mal tiempo buena cara-

-Buenos días, Dixon

-¡Muy bien muñeca! –A Merle también le cambió la cara- Me encanta que me esperes sobre una cama…  Se me ocurren tantas cosas para hacerte…

-No, No… acuéstate tú –le pedí mientras bajaba de la camilla- Esta vez seré yo quien te haga unas cuantas cosas a ti…-dije con voz seductora. Merle sonrió maliciosamente y se acostó-

Merle tenía la mente muy sucia y eso, aunque pudiera ser raro, me beneficiaba mucho a mí, más de lo imaginable. Me mordí el labio inferior y lo miré, después metí la mano por dentro de su camiseta, tenía parte de su piel cubierta por el vendaje que yo misma había puesto ayer.

-¿Te gusta, Dixon? –le pregunté. Me subí a la camilla, encima de él y comencé a quitarle la camiseta. Él se movió para ayudarme a hacerlo. Me sentía tan bien así que hasta me sorprendí-

-Muñeca, hazme lo que quieras –dijo. Yo sonreí y le miré-

-Me encanta que me digas eso, porque estoy deseando cambiarte la venda –Después de acabar mi frase me comencé a reír fuertemente. Su cara de disgusto no ayudaba a calmar mi gozo-

ZET (The Walking Dead Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora